Medios de incomunicaci¨®n
Menudas plataformas digitales nos preparan. Despu¨¦s de casi 14 a?os de poder socialista acomplejado en el plano internacional, incapaz de defender los intereses del pa¨ªs, por fin el nuevo presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, va a poner a Espa?a en ¨®rbita mundial en los umbrales del siglo XXI. Por una vez llegaremos a tiempo a la nueva revoluci¨®n inform¨¢tica. Seremos ciudadanos de primera en la sociedad de la informaci¨®n. Por eso, a pie y a caballo, en Prado del Rey se anuncian canales y m¨¢s canales de televisi¨®n que har¨¢n resonar el idioma espa?ol por todo el planeta. Es la hora en que todos se retratan pero por la que Anson ha trabajado incansable desde hace decenios. El coro de sus 400 millones de hispanohablantes se alza frente al poder de las tinieblas y la babel desmayada. En Europa, como dijo Mitterrand ante el Parlamento de Estrasburgo y confirm¨® Rodr¨ªguez, secretario de Estado para la Comunicaci¨®n, ante la Asociaci¨®n de Periodistas Europeos, s¨®lo hay futuro para dos idiomas, el ingl¨¦s y el espa?ol.Ese pron¨®stico certero ha conmovido al viejo continente. Informan los corresponsales que los m¨¢s de 100 millones de europeos que a¨²n se expresan en alem¨¢n han empezado angustiados sus clases de idiomas en los Institutos Cervantes m¨¢s pr¨®ximos a sus localidades de residencia para no quedar "arrumbados por el viento de la historia en la playa de la insignificancia", conforme presagiaba Julio Cer¨®n. Ya nadie discute, que las pr¨®ximas elecciones para la Casa Blanca en el a?o 2000 se decidir¨¢n en la plataforma digital, donde Abc, Televisa y dem¨¢s compa?eros del equipo de percusi¨®n marcar¨¢n el paso alegre del voto hispano hac¨ªa las urnas norteamericanas, seg¨²n mejor convenga al renacido imperio ling¨¹¨ªstico espa?ol. La Real Academia de la Lengua empieza a configurarse as¨ª como el nuevo e irremediable centro de poder capaz de que las cosas vuelvan a su sitio en este mundo bab¨¦lico y desnortado.
Pero mientras unos y otros se acomodan para presentar el grandioso desfile ansoniano, cuando ya se oyen los claros clarines, en las tribunas todo son todav¨ªa comentarios menores, que traducen alg¨²n desconcierto. As¨ª sucede, por ejemplo, con la visita del presidente Aznar al premier John Major en su sede londinense del n¨²mero 10 de Downing Street, el pasado 27 de noviembre. El encuentro de ambos l¨ªderes permite comparar la forma en que fue reflejado informativamente por los medios de comunicaci¨®n espa?oles y brit¨¢nicos. Los de nuestro pa¨ªs se deshicieron en titulares donde Major expresaba a Aznar "todo su apoyo" a la pol¨ªtica del Gobierno espa?ol frente a Cuba. Entonces, para entender lo sucedido, conviene hacer el esfuerzo de trasladar la escena a Madrid y volverla por pasiva. ?Cabe imaginar al citado premier o al presidente Chirac en los jardines de Moncloa al concluir una entrevista escuchando c¨®mo Aznar presta "todo su apoyo" a la pol¨ªtica del Gobierno brit¨¢nico, o franc¨¦s, frente a Kenia o frente a Senegal?
Atendamos a continuaci¨®n al Financial Times, que titula al d¨ªa siguiente del hist¨®rico encuentro, a un columna en su p¨¢gina 8, "Spanish fishermen are urged to speak English". El peri¨®dico informa que el Gobierno del Reino Unido dio cuenta de sus planes para reformar la pol¨ªtica com¨²n de pesca de la Uni¨®n Europea, que incluyen una nueva obligaci¨®n de que las tripulaciones de los barcos registrados en Gran Breta?a hablen ingl¨¦s. Seg¨²n el FT, "Mr. Aznar seemed amused". El presidente, seg¨²n el diario, se declar¨® adem¨¢s seguro de que los pescadores espa?oles podr¨ªan aprender ingl¨¦s pero, detr¨¢s del idioma, la cuesti¨®n discutida son las cuotas pesqueras. Y la pretensi¨®n brit¨¢nica es impedir que los barcos con propietarios fuera del Reino Unido puedan pescar por cuenta de las cuotas otorgadas a ese pa¨ªs. Semejante intento figura en un protocolo que Major quiere incluir en los acuerdos de la Conferencia Intergubernamental y sin. cuya aprobaci¨®n promete el bloqueo de cualquier progreso de la misma. As¨ª que, una vez m¨¢s, como se prueba en este caso de Downing Street, los medios informativos han sido "medios de incomunicaci¨®n". ?Viva Cuba libre!
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