Detenidos 14 ecologistas al tratar de impedir la descarga de soja transg¨¦nica en Barcelona
Greenpeace duda de la inocuidad de la leguminosa creada por una multinacional
Los silos, de la empresa Cargill en el puerto de Barcelona empezaron en la ma?ana de ayer a recibir las 45.000 toneladas de habas de soja, de las que un 2% son transg¨¦nicas, que transporta el barco polaco Uniwersitet Jagiellonski. El encadenamiento anteanoche de siete activistas de Greenpeace, a los topes de defensa del muelle de Cargill, tan s¨®lo retras¨® unas horas el atraque del carguero. Todos ellos y otros siete ecologistas que les apoyaban desde cuatro zodiac fueron detenidos. Se trata del segundo barco con soja transg¨¦nica que llega a Barcelona en diez d¨ªas.
Los catorce activistas de Greenpeace detenidos por la Guardia Civil en el puerto barcelon¨¦s pasar¨¢n esta misma ma?ana a disposici¨®n judicial, tras permanecer desde la noche del domingo en dependencias policiales, bajo la acusaci¨®n de coacci¨®n y desobediencia a la autoridad.La soja objeto de pol¨¦mica ha sido desarrollada mediante ingenier¨ªa gen¨¦tica por la multinacional norteamericana Monsanto con el fin de hacer resistente la planta al herbicida Roundup. Este producto, el m¨¢s usado en todo el mundo para combatir de forma no selectiva las malas hierbas, es fabricado a base de glifosato por la misma compa?¨ªa agroqu¨ªmica. Gracias a esta modificaci¨®n gen¨¦tica, el herbicida podr¨¢ ser aplicado durante el desarrollo mismo de la planta de la soja.
Mientras grupos ecologistas y de consumidores consideran peligrosa para la salud humana y el medio ambiente esta variedad transg¨¦nica, Monsanto, las empresas extractoras de semillas y el propio Ministerio de Sanidad defienden que su producci¨®n y comercializaci¨®n para uso alimentario cumple todos los requisitos legales de seguridad. Se amparan para ello en la decisi¨®n de la Comisi¨®n Europea del pasado 3 de abril de autorizar esta soja transg¨¦nica al no haber "razones para creer que vaya a tener efectos perjudiciales para la salud y el medio ambiente".
Los ecologistas, en cambio, no lo ven tan claro. "C¨®mo. podemos descartar que esta manipulaci¨®n, gen¨¦tica no tendr¨¢ efectos nocivos a largo plazo cuando Monsanto s¨®lo la ha probado durante un m¨¢ximo de 10 semanas sobre vacas, pollos, ratas y peces y adem¨¢s utilizando semillas no tratadas con el Roundup", se pregunta Ricardo Aguilar, responsable de campa?as de Greenpeace. En esta misma l¨ªnea, la bi¨®loga de la fundaci¨®n Acci¨®n Internacional para los Recursos Gen¨¦ticos Anna Rosa Mart¨ªnez entiende que deber¨ªa aplicarse el principio de precauci¨®n, ya que "la inserci¨®n de genes extra?os en el genoma de la soja modifica de forma impredecible su metabolismo, pudiendo aumentar su conocido potencial alerg¨¦nico".
Como reconoce la propia Monsanto, la comerc¨ªalizaci¨®n de esta nueva soja persigue aumentar las ventas del herbicida Roundup. "La gran promesa de la revoluci¨®n biotecnol¨®gica", explica esta misma bi¨®loga, "era la de erradicar el hambre en el mundo y no la de estimular el uso de herbicidas".
Aunque el glifosato no se encuentra entre los herbicidas mas t¨®xicos del mercado, su utilizaci¨®n durante el crecimiento de la planta transg¨¦nica hace aumentar, seg¨²n los ecologistas, los residuos que deja en las habas de soja. Greenpeace ha denunciado que, pese a ello, la administraci¨®n espa?ola no comprueba que los residuos de glifosato no superen los l¨ªmites legales.
Estos an¨¢lisis topan con la dificultad de que la soja transg¨¦nica llegue a Espa?a mezclada con otras semillas de la misma leguminosa no modificadas gen¨¦ticamente, sin que sea posible distinguirlas externamente. La Comisi¨®n Europea, tras recibir, seg¨²n Greenpeace, fuertes presiones del gobierno estadounidense, decidi¨® que no hab¨ªa razones de seguridad para justificar tal segregaci¨®n o un etiquetado espec¨ªfico. "Monsanto tiene miedo de que los consumidores ejerzan libremente su derecho a elegir lo que quieren comer", asegura Montserrat Arias, miembro de la asociaci¨®n Vida Sana.
La soja de llegada: a Barcelona s¨®lo tiene un peque?o porcentaje de soja transg¨¦nica, advirti¨® ayer a EL PA?S Armando Albert, presidente de la Sociedad Espa?ola de Biotecnologia y miembro de la Comisi¨®n Nacional de Bioseguridad (en funciones), informa Alicia Rivera. "Como en Estados Unidos la soja transg¨¦nica ha sido autorizada y se comercializa sin etiquetado especial, no se diferencia de la soja tradicional y nadie puede garantizar que en una carga no exista soja transg¨¦nica", a?adi¨®.
La mayor¨ªa de las habas de soja que llegan a Espa?a se utilizan para la fabricaci¨®n de piensos para el ganado. Se usa tambi¨¦n, en forma de harina, aceite, prote¨ªna vegetal o emulsionante, como ingrediente de m¨¢s de 30.000 productos alimentarios de consumo habitual como galletas, margarinas, sopas, chocolates y alimentos infantiles.
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