Pintar lejos de casa

El conflicto b¨¦lico Irak-Ir¨¢n arranc¨® de su pa¨ªs a S., un fornido iran¨ª de 33 a?os, a principios de los ochenta. "En aquella situaci¨®n era imposible trabajar en el mundo del arte.", relata en un correcto castellano. Alexi vivi¨® una aventura de pel¨ªcula, pero real como la vida misma, para escapar de su Georgia natal: enganchado a los bajos de un autob¨²s. Y Weronika, de 36 a?os, suspir¨® de alivio cuando el comunismo se vino abajo en Polonia, pero puso tierra de por medio al comprobar que la codiciada democracia le deparaba una vida, fregona en ristre, igualmente miserable. Son algunas de las historias de los 49 creadores de medio mundo que la comisi¨®n de refugiados de la Cruz Roja ha reunido en la exposici¨®n Artistas en el exilio.Ninguno de los dibujantes consultados admit¨ªa tener miedo de su pasado, pero casi todos se mostraban recelosos a la hora de facilitar nombre y apellido. "Pon s¨®lo Weronika, por favor", rogaba esta licenciada en Bellas Artes que desembarc¨® en Espa?a hace siete a?os con un marido matem¨¢tico, una hija de muy corta edad y un pu?ado de monedas que le robaron en la primera esquina. "As¨ª, sin dinero, tuvimos que quedarnos para buscar algo. Fue, en cierta medida, una suerte", rememora. Cruz Roja les facilit¨® vales de comida y cama en un albergue de San Blas y les puso a aprender el idioma. Resultado: Weronika da ahora clases de dibujo en varios colegios de Collado Villalba, una localidad que ha recreado en ¨®leos de atm¨®sfera casi parisiense.

Los voluntarios de la secci¨®n de refugiados constituyen los principales aliados de estos emigrantes a la fuerza. Se llaman Elisa, Carmen y Luis, y los tres rondan las 75 primaveras, pero hacen gala de un entusiasmo arrollador e incondicional. "Es que a estas edades hay que poner a trabajar el intelecto para que no se te atrofien los sentidos", dice Luis Heras, que se embarc¨® en 1936 en la defensa de Madrid y acab¨® dando con sus huesos en el exilio franc¨¦s. "?se es un motivo m¨¢s para tener una sensibilidad especial hacia estos temas", dice.

Heras tambi¨¦n se encarga de la bolsa de trabajo de la Cruz Roja, un servicio del que anda muy pendiente Elio Librado D¨ªaz, cubano de 43 a?os y uno de los pocos que da su nombre de buena gana. Huy¨® de Fidel a ra¨ªz de que dos de sus hermanos se refugiaran en la Embajada de Chile. "Todo el mundo en Cuba piensa c¨®mo marcharse", sostiene. Los pinceles no le dan para vivir en el Occidente democr¨¢tico: se defiende como alba?il y ahora anda en el paro, "apuradillo". ?Volver¨¢ a su pa¨ªs cuando cambien las cosas? "Puede ser, puede", contesta, al igual que buena parte de estos artistas, aunque sospechan que les quedan a¨²n muchos a?os de seguir pintando lejos de casa.

Artistas en el exilio. Hasta el 12 de diciembre en el Centro Pr¨ªncipe de Asturias (Hermanos Garc¨ªa Noblejas, 14).