Resultados desoladores
E destino ha querido que, tras cinco a?os de independencia, Rusia necesite una operaci¨®n para ponerle puentes cardiacos, como la que ha experimentado su presidente, Bor¨ªs Yeltsin. Pr¨¢cticamente no hay esfera del quehacer vital de la sociedad y el Estado que no padezca embolia de los vasos sangu¨ªneos, que irrigan el coraz¨®n y cerebro del organismo estatal. Rusia atraviesa a¨²n por la dolorosa fase de consolidaci¨®n del Estado y del poder. Y cinco a?os no han bastado para aclarar cu¨¢les son los l¨ªmites del nuevo Estado sobre los que se extiende el poder de Mosc¨² y del Centro Federal, ni el car¨¢cter de la organizaci¨®n estatal. Tras abandonar el modelo estatal unitario y supercentralizado, Rusia lucha desesperadamente para no convertirse en una confederaci¨®n. Las tendencias hacia la desintegraci¨®n total del pa¨ªs no se han superado a¨²n. Las nuevas autoridades rusas emprendieron la edificaci¨®n del Estado bas¨¢ndose en las ideas de divisi¨®n de poderes y en la creaci¨®n de mecanismos de frenos y contrapesos. Pero el pa¨ªs carece hoy de una cultura pol¨ªtica democr¨¢tica, una sociedad civil desarrollada y unos partidos representados en las instituciones por unos pol¨ªticos responsables. Y en este contexto las ramas del poder se han convertido en corporaciones independientes que combaten entre s¨ª por imponerse.El bombardeo de la Casa Blanca y la Constituci¨®n adoptada en diciembre de 1993 pusieron fin a los principios de la divisi¨®n de poderes y a los mecanismos de frenos y contrapesos, para restablecer -al menos formalmente- la jerarqu¨ªa de los poderes. La nueva Constituci¨®n puso al presidente por encima de todas las estructuras del poder. Sin embargo, ni siquiera con las competencias casi ilimitadas que posee, Yeltsin ha logrado consolidar el poder. Las instituciones pol¨ªticas a¨²n son muy d¨¦biles en Rusia. El Estado es incapaz de plasmar las decisiones de las autoridades ejecutivas y legislativas. Como los partidos est¨¢n form¨¢ndose, las posibilidades de movilizar a la poblaci¨®n son escasas. La corrupci¨®n erosiona el Ej¨¦rcito, la Seguridad y la polic¨ªa. El resultado es la constante aparici¨®n de diversas estructuras de emergencia, lo que no impide que las leyes sigan sin cumplirse en las regiones. Los impuestos no se recaudan, los cr¨ªmenes no se descubren, y el Ej¨¦rcito y las fuerzas del Interior han mostrado una preparaci¨®n moral y combativa terriblemente baja durante la campa?a chechena, entre diciembre de 1994 y agosto de 1996.
Todos los intentos de reconstruir la vertical del poder que se destruy¨® con la abolici¨®n del partido comunista han fracasado hasta ahora. En los ¨²ltimos cinco a?os las regiones han adquirido nuevos derechos y competencias. Cuando concluyan las elecciones de los gobernadores provinciales y presidentes de las rep¨²blicas de la Federaci¨®n, cabe esperar que la influencia de Mosc¨² sobre las regiones se debilite a¨²n m¨¢s. Esta influencia del Centro se debilita tambi¨¦n porque el poder federal moviliza y redistribuye cada vez menos recursos y pierde su atractivo para las regiones. S¨®lo 10 de las 89 unidades administrativas de la Federaci¨®n son donantes, mientras que las 79 restantes viven a costa del presupuesto federal. Los donantes han empezado ya a coordinar sus acciones frente al Centro Federal y las regiones mantenidas. En este campo proliferan nuevos conflictos que amenazan a la integridad del Estado.
En la econom¨ªa, las reformas que durante casi cinco anos trataron de implantar mecanismos de mercado han fracasado totalmente. Las medidas monetaristas de los reformadores rusos no han brindado los resultados esperados. Es irrefutable que la pol¨ªtica econ¨®mica de Gaidar-Chub¨¢is-Chernomirdin ha fracasado tambi¨¦n. La inflaci¨®n se ha contenido a costa de la casi total destrucci¨®n de la industria, la ciencia, la educaci¨®n y la infraestructura. Pero esto no ha ayudado a aumentar las inversiones en el sector real de la econom¨ªa. La econom¨ªa est¨¢ desangrada por la cr¨®nica falta de dinero, los jubilados reclaman sus pensiones, los estudiantes sus becas, los obreros sus sueldos, pero el Estado no tiene dinero.
Otro fracaso de la pol¨ªtica econ¨®mica es la privatizaci¨®n masiva, a consecuencia de la cual Rusia realmente carece hoy de propietarios capaces. El Estado ha perdido los resortes para dirigir la econom¨ªa, y los nuevos propietarios no pueden modernizar las empresas para hacerlas competitivas. El avance hacia el mercado se ha estancado, puesto que un reducido grupo de bancos y corporaciones industriales se ha fusionado con los funcionarios p¨²blicos para acceder al presupuesto del Estado y robar los recursos materiales y financieros de la naci¨®n. Mientras tanto, los elevados impuestos sobre el beneficio y los elevados intereses bacarios arruinan la peque?a y mediana empresa. Semejantes reformas de mercado no nos han brindado un Estado eficiente, ni un propietario eficaz, ni unos mecanismos y procediminetos de mercado efectivos.
El quinto aniversario del Estado ruso independiente se celebra sobre el tel¨®n de fondo de una lucha cada vez m¨¢s intensa entre las nuevas empresas y el Estado por controlar los recursos y el poder a escala nacional. Por el momento se est¨¢ imponiendo el grupo olig¨¢rquico del capital bancario, representado en las estructuras del poder por Anatoli Chub¨¢is. Este grupo trata de controlar al Gobierno y al presidente, los medios de informaci¨®n y el Ej¨¦rcito y la polic¨ªa, as¨ª como tambi¨¦n de recuperar la vertical ejecutiva y el control de Mosc¨² sobre las regiones. No obstante, este grupo carece de suficientes recursos para poder lograr sus objetivos y resulta demasiado odioso para otros importantes sectores empresariales y pol¨ªticos. El resultado de la contienda depender¨¢ en gran medida del estado de salud del propio presidente. A los cinco a?os de empezadas las reformas, la lucha por el poder se despliega en Rusia con nueva fuerza y, mande quien mande, el pr¨®ximo a?o veremos intentos de consolidar el poder en una batalla entre los partidarios del Estado fuerte, los patriotas, y los dem¨®cratas radicales, entre el Centro Federal y las regiones.
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