El rock duro espa?ol remonta el vuelo con Ob¨²s y Bar¨®n Rojo
"Ni Blackmore ni Glover han muerto", se?ala el reivindicativo y orgulloso Dosis de heavy metal. Esta pieza de Ob¨²s no son¨® en la noche del s¨¢bado en su reestreno oficial, pero tanto nos da. Estar¨¢ presente en la racha de conciertos que brotan por doquier. El esp¨ªritu es lo que importa. ?Qui¨¦n teme al lobo (el rock duro) en 1996? Es rid¨ªculo, tiene piel de cordero. ?Qui¨¦n se atrevi¨® a decir que el g¨¦nero no era sino un estruendo de ruido y vatios desatados? ?Qui¨¦n manifest¨® que estos m¨²sicos no ten¨ªan sensibilidad? Torpezas y prejuicios de otro tiempo: rompamos las barreras. Ob¨²s y Bar¨®n Rojo, que tanto monta monta tanto, dos nombres ya cl¨¢sicos en la historia reciente del rock duro espa?ol, compartir¨¢n en los pr¨®ximos meses varios escenarios musicales por el territorio nacional. Y en otros casos, ir¨¢n por cuenta y riesgo solitarios. Es igual: hay que verlos, se sea veterano o se tengan pocos a?os.
"Cuando era ni?o o¨ª el tema Casi me mato, y ahora queremos ver qu¨¦ es esto", cuenta Crist¨®bal, un pedro?ero de 17 a?os que est¨¢ acompa?ado por Juan Angel, de la misma edad. Es el D¨ªa de la Juventud en la localidad conquense de Pedro?eras. Se nota: la chavaler¨ªa se acerca con curiosidad a las leyendas del metal pesado nacional. Pero tambi¨¦n estamos los que o bien peinamos canas o (mal) nada ya se puede hacer.
Desde Madrid han viajado Herminio, Poli y Joaqu¨ªn, treinta?eros emocionados ante la buena nueva del regreso de Ob¨²s. Les une al grupo la amistad personal y, en alg¨²n caso, la colaboraci¨®n profesional. Nervios antes del partido llamado del a?o y del siglo y de las estrellas entre Real Madrid y Barcelona, nervios ante el estallido de Ob¨²s. "Como en el 81, t¨ªo, ?te acuerdas?". Como si fuera ayer, compadre, aunque han pasado 15 a?os que s¨®lo pueden pesar en el cuerpo no en el alma.
Calor popular
Al grano: la capital del ajo no tiene m¨¢s vuelta de hoja que la denominaci¨®n de origen de su producto estelar. Fuera supercher¨ªas, por tanto. Se esperaba mayor entrada en el polideportivo local, pero no falt¨® el calor popular. No hace falta vestir el uniforme para sentir un repertorio trepidante. ?Que no son¨® en condiciones? Sin duda, pero aqu¨ª importa el entusiasmo de unos m¨²sicos de edad madura pero sue?os de adolescente. Y no queremos olvidar a la representaci¨®n musical del pueblo castellanomanchego.
En ello se manifest¨® TCH-La Banda, cuya mayor¨ªa de canciones sirvi¨® para emular modestamente al rock callejero tan propio de este extraordinario pa¨ªs. Nunca vimos el tema de Maneras de vivir en voz femenina. Rosendo Mercado y la hermosa joven que lo interpret¨® sabr¨¢n perdonarnos esta ligera fantas¨ªa sexual.
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