Di Pietro es acusado de traficar con obras p¨²blicas mientras fue ministro
La Guardia de Finanze, la poderosa polic¨ªa fiscal italiana, sostiene en la pr¨¢ctica que Antonio di Pietro es un delincuente habitual y de un calibre clandestino incomparablemente mayor que el de todos los que salieron a la luz en cuatro a?os de la Operaci¨®n Manos Limpias. En el informe policial que sirvi¨® de base a los espectaculares registros del viernes se afirma que Di Pietro no s¨®lo pudo cobrar dinero por el trato de favor prestado a algunos investigados, sino que ha traficado con las obras p¨²blicas que promovi¨® en su breve periodo de ministro. Di Pietro lo calific¨® ayer de "mentira abyecta".
Hay m¨¢s, porque si fueran ciertas las sospechas del Grupo del Investigaciones contra la Criminalidad Organizada (GICO), la unidad especializada de la Guardia de Finanze encargada de las pesquisas contra el ex magistrado, Di Pietro habr¨ªa incluso falsificado una de las pruebas b¨¢sicas del proceso por corrupci¨®n de polic¨ªas fiscales que se sigue contra Silvio Berlusconi. Se trata de un pase que demuestra que un abogado que intermediaba en la corrupci¨®n de los financieros visit¨® la oficina del entonces primer ministro. Berlusconi, que el jueves revelar¨¢ a los jueces "detalles para dejar helado" sobre Di Pietro, ha sostenido siempre que ¨¦l no recibi¨® al abogado. Un ex carabinero ha denunciado ahora que Di Pietro, le pidi¨® en una ocasi¨®n que consiguiera un pase de la presidencia a nombre del letrado en cuesti¨®n y sin fecha fija. El GICO pide que se investigue.
Di Pietro representa, en definitiva, el centro de "un lobby judicial lucrativo", seg¨²n la terminolog¨ªa de estos agentes formados y pagados para desmontar los imperios empresariales de los mafiosos. El mecanismo era simple: Antonio Lucibello, abogado amigo de Di Pietro, se acercaba a los investigados por el entonces magistrado y les promet¨ªa que, si pagaban una sustanciosa minuta, no ir¨ªan a la c¨¢rcel. Francesco Pacini Battaglia, un banquero instalado en Suiza que tom¨® por abogado a Lucibello cuando Di Pietro le meti¨® en apuros, garantizaba cualquier pago seguro en el extranjero. Durante los seis meses que Di Pietro estuvo en el Ministerio de Obras P¨²blicas, el negocio cambi¨® de escenario, pero siempre con Lucibello como intermediario, y Pacini Battaglia en calidad de financiero de confianza y localizador de constructores dispuestos a pagar sustanciosas mordidas.
Todos estas revelaciones aparecen en el informe de mil p¨¢ginas que la opini¨®n p¨²blica italiana empieza a conocer por entregas a trav¨¦s de los peri¨®dicos , cuando todav¨ªa no se ha repuesto del choque psicol¨®gico de los 68 registros que 230 hombres del GICO realizaron el viernes en dependencias relacionadas con 28 personas presuntamente vinculadas al ex magistrado.
Lo visto hasta ahora del informe de los financieros no es menos chocante que sus actuaciones. Habr¨ªa que buscar en los archivos del KGB o de la Gestapo para encontrar un entramado similar de hilaciones y conjeturas a partir de hechos simples y ambiguos, generalmente una frase de conversaciones interceptadas en las que no interviene jam¨¢s el investigado, sino terceros. "Es todo verdad", dicho a un amigo por Paccini Battaglia "borracho despu¨¦s de un litro de vino", seg¨²n consta en el informe, es el principal indicio contra el ex fiscal, unido a un contrato encontrado en Suiza.
La situaci¨®n es preocupante, porque, como se pregunt¨® d¨ªas pasados el veterano periodista Indro Montanelli, ?qui¨¦n creer¨¢ en los dem¨¢s jueces, y menos a¨²n en los polic¨ªas fiscales investigados en gran n¨²mero por corruptos, si resultara que Di Pietro ha sido Al Capone? ?Y qu¨¦ puede ocurrir si todo fuera falso y el ex magistrado volviera a la pol¨ªtica, con su estilo populista y desenvuelto, a pescar votos justicieros? Montanelli no logra saber cu¨¢l de las dos hip¨®tesis es m¨¢s temible.
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