El arquitecto del oasis
Los hijos de Cano Lasso se?alan el edificio de viviendas de la calle de La Bas¨ªlica como su obra maestra
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Hace apenas 15 d¨ªas, el arquitecto Julio Cano Lasso visit¨® las obras de los que ser¨ªan sus ¨²ltimos edificios: la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia (UNED) en Las Rozas, en fase de remate, y un bloque de 400 viviendas sociales en Valdebernardo (Vic¨¢lvaro), a punto de terminar, Entre manos ten¨ªa tambi¨¦n, y desde hac¨ªa 15 a?os, una nueva fase -la pen¨²ltima- de la rehabilitaci¨®n del cuartel del Conde Duque. El s¨¢bado pasado, Cano Lasso, acad¨¦mico de la Facultad de Bellas Artes de San Fernando y uno de los maestros de la construcci¨®n moderna, mor¨ªa a los 76 a?os v¨ªctima de una neumon¨ªa.
Construcci¨®n uniforme
Sus edificios, sobrios y funcionales, perpet¨²an hoy su memoria: La central de Telef¨®nica en el barrio de La Concepci¨®n (1966-1972), el edificio de viviendas de la calle de La Bas¨ªlica, la colonia de San Antonio de la Florida, un bloque de pisos en la calle de Ponzano, el edificio de oficinas Arag¨®n de la calle de Alcal¨¢, la casa de los Marqueses de Castrillo en Collado-Villalba, varias parcelas de viviendas construidas en el barrio de San Blas...Tambi¨¦n ha dejado abierto su estudio de arquitectura, situado en la exquisita urbanizaci¨®n de La Florida (carretera de La Coru?a), en el que ayer continuaban trabajando cuatro de sus ocho hijos -Diego, Gonzalo, Alfonso y Luc¨ªa, todos arquitectos-.
Del legado de su padre hablaba ayer, con la emoci¨®n contenida, Diego Cano Pintos, de 42 a?os: "Ten¨ªa muchos proyectos entre manos, pero quiz¨¢, si hubiera que destacar una obra maestra de mi padre, por el gran reconocimiento que ha tenido- ¨¦sta ser¨ªa la de las viviendas de la calle de La Bas¨ªlica".
Este edificio, de construcci¨®n uniforme, acoge m¨¢s de un centenar de viviendas. Visto desde la plaza, bien parece una muralla. Y, al igual que en las fortificaciones ¨¢rabes, toda su vida permanece encerrada en el interior: un amplio y c¨®modo patio ajardinado con tres portales a los que se accede por un pasillo que nace en la calle del General Moscard¨®, de Tetu¨¢n.
A media tarde, todo era tranquilidad en este patio de vecinos. Ni un ruido, no se mov¨ªa una hoja. Algunos inquilinos entraban y sal¨ªan. En silencio. Algunos hab¨ªan visto ayer por primera vez, en los peri¨®dicos, el nombre de Julio Cano Lasso, el hombre que dise?¨® los muros que habitan.
Uno de los vecinos, que prefiri¨® no dar su nombre ante el bochorno que le produc¨ªa su ignorancia, declar¨®: "Me da un poco de verg¨¹enza, porque no ten¨ªa. ni idea de qui¨¦n era el arquitecto, pero hay que decir, en honor a la verdad, que este hombre cre¨® en pleno centro de Madrid un peque?o oasis. La distribuci¨®n de las viviendas es perfecta".
Con buena precisi¨®n, su hijo Diego defin¨ªa este peque?o para¨ªso arquitect¨®nico: "La gente lo ha valorado por la manera en que se resuelve y se respeta todo el tema urbano. Tiene una original fachada de ladrillo continuo, con aberturas interiores. Los huecos son repetitivos. ?sta es una de las fijaciones que ten¨ªa mi padre". Todos sus hijos coincid¨ªan en se?alar la valiosa herencia, sentimental, que les dej¨® el maestro Julio Cano Lasso.
"Aprendimos a mirar el mundo de otra manera, con sensibilidad, teniendo en cuenta siempre el entorno que nos rodea. Como profesionales y como-personas, se lo debemos todo a ¨¦l. Era serio, riguroso y sensible". Ahora, los cuatro continuar¨¢n haciendo arquitectura como ¨¦l les ense?¨®: con los pies en el suelo.
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