La juventud de EE UU vuelve a la hierba
La marihuana llega al Senado trassu legalizaci¨®n para uso m¨¦dico en California y Arizona
, Los j¨®venes norteamericanos vuelven a fumar marihuana, y sus padres a debatir apasionadamente sobre las ventajas y los riesgos de esta hierba. ?Es verdaderamente m¨¢s nociva que el tabaco o el alcohol? ?Debe generalizarse el ejemplo de California y Arizona y despenalizarla para uso m¨¦dico? ?C¨®mo decir a los hijos que no la prueben cuando uno mismo la fum¨® en sus a?os mozos? Nunca, desde los tiempos de la contracultura, Estados Unidos le hab¨ªa dedicado tanta atenci¨®n a la Cannabis sativa.Un comit¨¦ especial del Senado estudia estos d¨ªas c¨®mo oponerse a la decisi¨®n adoptada en refer¨¦ndum el pasado 5 de noviembre por los electores de California y Arizona de despenalizar el uso de la marihuana, siempre que un m¨¦dico la "recomiende" en el tratamiento de enfermedades como el c¨¢ncer, el sida, la anorexia, el glaucoma, la artritis, las migra?ias y "cualquier otro mal para el que la marihuana produzca alivio".
Los senadores y los representantes de la Casa Blanca que participan en el comit¨¦ afrontan dos serios problemas. El primero es que, aunque la legislaci¨®n federal proh¨ªbe la marihuana desde los a?os treinta de este siglo, la decisi¨®n de los dos Estados fue plenamente democr¨¢tica y en su aprobaci¨®n participaron centenares de miles de ciudadanos a los que nadie puede calificar de marginales. El republicano Dan Lungren, fiscal general de California, acaba de reconocer ante 300 fiscales y polic¨ªas reunidos en Sacramento que, salvo que otro refer¨¦ndum cambie la victoriosa Propuesta 215, ya no est¨¢n autorizados a detener a aquel que fume marihuana por Ieg¨ªtimas razones m¨¦dicas". El segundo problema de Washington es que los argumentos para "satanizar" la marihuana son endebles.
"La marihuana m¨¦dica provoca un dolor de cabeza legal", dec¨ªa el pasado jueves en su primera p¨¢gina The Washington Post. Era el tercer reportaje consecutivo que- ese diario consagraba a la marihuana. El anterior se titulaba 'Mientras que los votantes y los j¨®venes reactualizan la marihuana, sus peligros siguen siendo un misterio'. Citando estudios cient¨ªficos, el reportaje se?alaba que un uso excesivo puede provocar p¨¦rdidas de memoria, debilitar el organismo ante la bronquitis y, en el caso de personalidades psicol¨®gicamente d¨¦biles, abrir la puerta a otros narc¨®ticos. Pero conclu¨ªa: "La verdad es que poco se sabe sobre los peligros de fumar marihuana con frecuencia".
A la hora nocturna de mayor audiencia, la cadena de televisi¨®n NBC ha, emitido durante varios d¨ªas un programa especial titulado Gone to pot; una expresi¨®n que podr¨ªa traducirse como Colocado. Una de las im¨¢genes que ilustr¨® el del pasado d¨ªa 3 es una escena de la pel¨ªcula Clueless (Sin pistas), en la que un grupo de muchachas fuma un porro mientras se r¨ªe del lema "Just say no" ("Di tan s¨®lo no") empleado en la campa?a contra las drogas liderada en los ochenta por Nancy Reagan. Y es que, seg¨²n una encuesta del Departamento de Salud y Servicios Humanos, la marihuana vuelve a ser ampliamente fumada por los j¨®venes norteamericanos. Uno de cada tres teenagers dice haberla probado, y uno de cada 10 se proclama consumidor habitual.
El semanario Time tambi¨¦n le ha consagrado a la hierba su portada y 10 p¨¢ginas de su edici¨®n norteamericana. '?Qu¨¦ decir? Usted prob¨® el porro cuando era joven, puede que incluso inhalara, ?qu¨¦ contarle entonces a sus hijos?', dice el titular. Un dibujo muestra a un padre hablando con su hija ante la mirada interrogante de un porro con gafas de sol.
El dilema es tan real como la inquietud por saber c¨®mo se pagar¨¢n las compras de Navidad. Seg¨²n un estudio de la Universidad de Columbia, el 49% de los llamados babyboomers, los norteamericanos nacidos tras la II Guerra Mundial y que hoy tienen entre 40 y 50 a?os de edad, fumaron hierba en su juventud, sin que ello tuviera consecuencias en sus posteriores carreras profesionales y vidas familiares. El m¨¢s famoso es el hombre m¨¢s poderoso del mundo. El haber reconocido que fum¨® marihuana en su etapa universitaria, aunque no se trag¨® el humo, no le ha impedido a Bill Clinton ganar dos elecciones presidenciales.
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