Los secretos de la ONU
En el corto espacio de un mes, la sede central de las Naciones Unidas ha silenciado total o parcialmente la divulgaci¨®n p¨²blica del contenido de dos informes. El primero, fechado a finales de octubre, era el informe de la Comisi¨®n que investiga el tr¨¢fico de armas a la regi¨®n de los Grandes Lagos. Pero gracias a una oportuna filtraci¨®n del documento, hemos sabido de la existencia de 11 pa¨ªses investigados que no han querido facilitar ning¨²n tipo de datos a dicha Comisi¨®n. El segundo informe es el referido a las repercusiones de los conflictos armados en la poblaci¨®n infantil, y del que se han censurado los anexos que identifican a los cascos azules autores de violaciones y de fomentar la prostituci¨®n infantil.Era evidente que la publicaci¨®n de cualquiera de los dos informes iba a tener repercusiones pol¨ªticas directas en los pa¨ªses denunciados o puestos en cuesti¨®n, ya sea por haber suministrado armamento de forma ilegal o por tener tropas en misiones de paz cometiendo serias violaciones de los derechos humanos. El primer informe finaliz¨®, adem¨¢s, en un momento de profunda crisis en el Zaire, en plena discusi¨®n sobre si hab¨ªa que formar una fuerza multinacional que garantizara la distribuci¨®n de ayuda humanitaria, y en la que a buen seguro habr¨ªa pa¨ªses acusados de haber vendido armamento a la zona. En cuanto al informe Machel, el descr¨¦dito sobre la propia ONU y los cascos azules resulta inevitable, aunque se trate de hechos que afecten a un porcentaje peque?o del contingente que presta servicios en operaciones de paz. Es posible, adem¨¢s, que Estados Unidos tenga un gran inter¨¦s en desacreditar la gesti¨®n del a¨²n secretario general de la ONU, y darle la estocada final agitando el contenido de los informes. Pero a pesar de todo ello, lo cierto es que el descr¨¦dito se produce igualmente con el secretismo y la ocultaci¨®n de los datos.
Lo m¨¢s grave de esta censura es que la falta de transparencia concede impunidad a los transgresores de la ley. La no publicaci¨®n oficial del informe sobre las transferencias de armas estimula la continuaci¨®n de este comercio en zonas de conflicto y, como se ha visto en el caso espa?ol, fortalece la voluntad de muchos Gobiernos de no divulgar si han vendido armas a los Grandes Lagos en los ¨²ltimos a?os, produci¨¦ndose una lamenable complicidad entre traficantes, Estados y organismos internacionales para guardar secretos, aunque maten.
Los cascos azules que han cometido violaciones o han participado en la organizaci¨®n de redes de prostituci¨®n no tendr¨ªan impunidad si Naciones Unidas divulgara lo que sabe. La ONU no tiene potestad para juzgar y castigar los delitos cometidos por los cascos azules, pero la transparencia de sus informes permitir¨ªa que las opiniones p¨²blicas de los pa¨ªses implicados reclamaran una r¨¢pida y justa actuaci¨®n judicial en sus respectivos pa¨ªses. ?sta es la virtud de la transparencia. El secreto, por el contrario, ampl¨ªa la responsabilidad de los delitos hasta quienes amparan el silencio, enturbia la respuesta a la cuesti¨®n de "qui¨¦n nos proteger¨¢ de nuestros protectores", e impide trazar una clara l¨ªnea divisoria entre quienes violan los derechos humanos y quienes los protegen y cumplen.
En 1993, la organizaci¨®n Human Rights Watch edit¨® un interesante estudio sobre el cumplimiento de los derechos humanos por parte e los cascos azules. Un a?o despu¨¦s, Aminist¨ªa Inernacional public¨® un programa de 5 puntos para introducir los derechos humanos en as operaciones de paz. Ambos documentos hac¨ªan referencia tanto a la necesidad de auentar el componente de derechos humanos en todas las misiones de la ONU, como a la urgencia de terminar con la impunidad de aquellos que participando en misiones de paz cometen serias violaciones de derechos humanos. Pero la mitificaci¨®n que todos los Estados hacen de sus cascos azules y de su participaci¨®n en tareas humanitarias, ha impedido que hasta ahora se hayan puesto en marcha los mecanismos que eviten esa impunidad.
Los esc¨¢ndalos provocados por los dos informes a que hemos hecho referencia deber¨ªan servir al menos para terminar con los secretos de la ONU y abordar con valent¨ªa y realismo lo bueno y lo malo de las operaciones de paz, algo que s¨®lo ser¨¢ posible mediante una completa transparencia de la misma informaci¨®n generada desde Naciones Unidas.
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