De Sevilla a Alicante (pasando por Roma)
HACE DOCE a?os, el presidente de la Junta de Andaluc¨ªa, Rafael Escuredo, dimiti¨® de su cargo al descubrirse que la empresa Dragados, adjudicataria de numerosas obras p¨²blicas en Sevilla, le hab¨ªa construido un chal¨¦. M¨¢s recientemente, el consejero de la Generalitat catalana Jaume Roma tambi¨¦n se vio forzado a dimitir al conocerse que la empresa beneficiaria de sus adjudicaciones le hab¨ªa construido en 1992 una casa. Estos d¨ªas, el consejero de Industria de la Generalitat valenciana Diego Such se ve inmerso en un caso similar al descubrirse que en los a?os en que era vicerrector de la Universidad y adjudicaba obras por importe de 1.200 millones de pesetas a Dragados, esta misma empresa, y bajo las ¨®rdenes del mismo arquitecto, le constru¨ªa su casa particular en condiciones que ahora se investigan, pero que aparentemente resultaron muy ventajosas. Con el agravante de que la obra se realiz¨® incumpliendo la normativa. municipal de Alicante. El caso tiene el morbo a?adido de que cuando ocurrieron los hechos Such era dirigente local del PSOE y ahora lo es del PP.Ante el bombardeo de informaciones, el consejero ha realizado una escueta defensa que mantiene demasiados interrogantes abiertos. Por una parte, ha optado, a indicaci¨®n de Zaplana, por pedir una r¨¢pida comparecencia en las Cortes para explicarse, y ha adelantado algunos de los argumentos que emplear¨¢: minimizar como simple error de oportunidad la decisi¨®n de contratar su obra privada con Dragados, alegando que entonces era "s¨®lo un profesor universitario y no un pol¨ªtico" y atribuir a una campa?a orquestada por el rector de la Universidad de Alicante, Andr¨¦s Pedre?o, las informaciones publicadas, todo ello como represalia por la creaci¨®n de la Universidad de Elche. A la vez, ha exhibido las fotocopias de unas letras que indicar¨ªan que entre 1988 y 1989 pag¨® 3,5 millones a Dragados y otros 7,5 a empresas menores subcontratadas,. Junto a estas letras ha aportado, sin ofrecer m¨¢s explicaciones, otras por valor de ocho millones de pesetas que dice haber pagado tambi¨¦n a Dragados nada menos que dos a?os despu¨¦s y en un solo d¨ªa, justamente cuando era proclamado candidato del PP a la alcald¨ªa de Alicante y empezaba a convertirse en un verdadero hombre p¨²blico con demasiados enemigos.
Con tan reducido equipaje, Such, que habr¨ªa hecho un gran favor a su presidente dimitiendo de forma inmediata, deber¨¢ esmerarse mucho m¨¢s en su comparecencia del pr¨®ximo martes en las Cortes, no tanto para "lavar el honor" suyo y de su familia, como ha dicho, sino para convencer de que su relaci¨®n con Dragados no puede ser calificada de trato de favor; para aclarar el c¨²mulo de irregularidades urban¨ªsticas en que incurre su vivienda, y para someterse a un strip-tease fiscal sin tapujos ante los diputados y la opini¨®n p¨²blica que evidencie, al menos, que sus cuentas est¨¢n meridianamente claras.
Jaume Roma dijo en 1995, cuando el Parlamento catal¨¢n le reclam¨® sus declaraciones de renta y de patrimonio, que esa "exhibici¨®n de la intimidad" era "un coste excesivo" para su vocaci¨®n pol¨ªtica. Sin duda es el precio que en ocasiones como ¨¦sta exige la transparencia democr¨¢tica y el respeto a las leyes que deben cumplir todos los ciudadanos. Tanto m¨¢s sus gobernantes.
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