Los Quince aprueban en Dubl¨ªn las reglas de funcionamiento de la moneda ¨²nica
![Xavier Vidal-Folch](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Faedae0bb-0d6e-459f-9dfe-2706e5fe4722.png?auth=a063b8a6c517022901a88a95f4c1505572e8da3a560efb661a27e9349d5e2921&width=100&height=100&smart=true)
Los Quince llegaron ayer al acuerdo sobre el Pacto de Estabilidad para despu¨¦s de la moneda ¨²nica, el ¨²ltimo obst¨¢culo que les enfrentaba sobre el funcionamiento del euro y que amenazaba con provocar una crisis en los mercados. El acuerdo se alcanz¨®, al borde del abismo, cuando el primer ministro irland¨¦s amenaz¨® con "explicar al mundo exterior" las desavenencias. El pacto del Pacto -que impone a los socios de la Uni¨®n Europea una r¨ªgida disciplina presupuestaria, sopena de graves sanciones-, supone un equilibrio entre las r¨ªgidas tesis alemanas y la flexibilidad de Francia y el resto de socios.
La sensaci¨®n de abismo surgi¨® al mediod¨ªa. El ministro irland¨¦s, Ruairi Quinn, relat¨® a los jefes de Estado o de Gobierno el fracaso del Ecofin (los ministros de Econom¨ªa) en sus esfuerzos por alcanzar el acuerdo sobre el Pacto. Pese a haber trabajado hasta las cuatro de la madrugada con mil enmiendas transaccionales. Pese a disponer de un borrador de acuerdo, una sola cifra de discordia empantanaba el asunto."En consecuencia, s¨®lo nos queda explicar al mundo exterior lo que ha pasado", amenaz¨®, sonriente, el primer ministro irland¨¦s, John Bruton. Mentaba, sin mencionarla, la bicha de los mercados. ?C¨®mo reaccionar¨ªan al fracaso? "Cat¨¢strofe", respondieron al un¨ªsono el canciller Helmut Kohl y el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac. Y ordenaron a sus ministros que cerraran las diferencias. Lo hicieron.
El texto del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (se le a?adi¨® el segundo concepto, a petici¨®n de Chirac) as¨ª alumbrado supone un complicad¨ªsimo equilibrio entre la rigidez y el automatismo reclamado por el ministro alem¨¢n Theo Waigel -apoyado en parte por el holand¨¦s Gerrit Zalm- y la discrecionalidad m¨¢s o menos absoluta propugnada por todos sus colegas. Se basa en la enmienda transaccional belga, y plasma la fren¨¦tica labor de mediaci¨®n del luxemburgu¨¦s Jean-Claude Juncker, "el ¨²nico que sabe todos los idiomas y conoce todos los tecnicismos", por ser primer ministro y titular de Econom¨ªa, como subray¨® Quinn.
El ¨²nico punto de discrepancia era la cl¨¢usula eximente de sanciones contra los pa¨ªses del euro que desborden el techo m¨¢ximo de d¨¦ficit permitido (3% del PIB) por causa de "circunstancias excepcionales". Alemania quer¨ªa cuantificarlas, a fin de acotarlas y restringirlas, para que las multas fueran autom¨¢ticas. Los otros se opon¨ªan a la cuantificaci¨®n y el automatismo, primando el juicio discrecional del Consejo sobre lo que es o no una circunstancia excepcional.
Salom¨®nico, el texto final incluye una cuantificaci¨®n, con lo que Waigel presumi¨® ante sus ciudadanos, temerosos de trocar el marco de oro por una moneda de hojalata, de que el pacto "asegura que el euro ser¨¢ una moneda fuerte y estable", as¨ª como que las sanciones son "semiautom¨¢ticas", muy cerca del automatismo que ¨¦l propugnaba. Y al tiempo, deja escapator¨ªas sin cuantificar, que permitir¨¢n al Consejo decidir discrecionalmente -o sea, de forma no mec¨¢nica- sobre si un pa¨ªs ultradeficitarlo se libra de la sanci¨®n. Que puede alcanzar hasta medio punto de su PIB, lo que supondr¨ªa 400.000 millones de pesetas en la hip¨®tesis de que Espa?a lo incumpliese. Los otros socios destacaban esta discrecionalidad -ya se sabe que cada cual arrima el ascua de la lectura a la sardina de su inter¨¦s- para subrayar la ausencia de automatismo.
Seis programas espa?oles
Junto al Pacto de Estabilidad, los Quince aprobaron las otras dos grandes reglas de la moneda ¨²nica: el Estatuto Jur¨ªdico del euro y el nuevo Sistema Monetario Europeo, o SME-bis, (ver informaci¨®n adjunta). Pese a las quejas de Chirac seg¨²n las que "Europa no puede limitarse a un proyecto monetario", al asunto del empleo se le dedic¨® mucha ret¨®rica. Lo pr¨¢ctico: Espa?a present¨® seis programas de "pactos territoriales de empleo", para zonas con mucho paro: bah¨ªa de C¨¢diz; cuencas mineras de Palencia y Le¨®n; de Asturias; Vall¨¨s Occidental, y Ceuta y Melilla. Estas zonas, junto a las elegidas por los otros Gobiernos, se beneficiar¨¢n del apoyo econ¨®mico de la Comisi¨®n, dedicado a la confecci¨®n t¨¦cnica de los programas, y de su impulso pol¨ªtico, como escaparates de "experiencias piloto" de creaci¨®n de empleo.
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