"Para cambiar una sociedad hay que cambiar sus dioses"
Los economistas Jos¨¦ Luis Sampedro y Carlos Berzosa defienden en su nuevo libro la lucha contra el subdesarrollo
"La educaci¨®n es la clave para conseguir el cambio en una sociedad. El mundo no puede cambiar si no cambia sus dioses, sus valores. Si queremos lograr algo, debemos quitar valor al dinero, que es lo que mueve la actual sociedad". Jos¨¦ Luis Sampedro, de 79 a?os, economista y escritor de ¨¦xito, lo dice con el mismo entusiasmo que un joven quincea?ero contestatario. Junto a Carlos Berzosa, tambi¨¦n economista, de 51 a?os, acaba de publicar el libro Conciencia del subdesarrollo veinticinco a?os despu¨¦s (Taurus), en el que hacen un llamamiento a la conciencia colectiva para luchar contra la injusticia en el mundo.
La conversaci¨®n transcurre en casa de Sampedro. Un s¨¦ptimo piso con vistas en un barrio burgu¨¦s de Madrid. Sampedro y Berzosa hablan relajados. Pero el fondo de lo que dicen es agresivo. Reformista. Consideran que no se puede seguir as¨ª. "Para que las cosas se pongan bien es preciso que se vayan poniendo peor; si no, no cambian", dice Jos¨¦ Luis Sampedro. "Todo cambio implica una evoluci¨®n final de lo que hay. En ese sentido es en el que yo personalmente soy optimista: el ocaso del sistema hace pensar en una nueva etapa".
Conciencia social
Entre ambos, 28 a?os de diferencia. Pero les une mucho m¨¢s. Sampedro es catedr¨¢tico jubilado de Estructura Econ¨®mica, y Berzosa, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada y decano de la Facultad de Econ¨®micas de la Universidad Complutense. Y adem¨¢s los dos mantienen viva una conciencia social que les hace luchar contra las tendencias econ¨®micas en boga.Esa ideolog¨ªa les ha llevado a publicar el libro que se present¨®, la semana pasada. "Es un libro que yo hice hace 25 a?os y que en su momento tuvo ¨¦xito", explica Sampedro. "Ahora se ha pensado que era buena idea retomar la historia. Pero en vez de poner los datos al d¨ªa, hemos pensado que era m¨¢s eficaz mantener el texto y que otra persona, independiente, hiciese un estudio paralelo, que mantiene los mismos centros de inter¨¦s y se atiene a la situaci¨®n de hoy.
Eso tiene la enorme ventaja de que permite al lector comparar lo de hace 25 a?os y lo de ahora".
La pregunta surge r¨¢pidamente: ?qu¨¦ ha pasado en estos 25 a?os? "Mucho", responde Berzosa. "Yo destacar¨ªa la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn, la crisis de los a?os 70, que afecta a los pa¨ªses desarrollados y crea mucho desempleo, y la crisis de la deuda exterior que afect¨® a todo el mundo en los a?os 80. Estos hechos han sido relevantes. Pero adem¨¢s muchas tendencias que Sampedro se?alaba entonces han seguido d¨¢ndose, e incluso se han acentuado. Por ejemplo, el foso que separa a los pa¨ªses ricos de los pobres. Hay, adem¨¢s, otra cosa que se ha constatado, porque Sampedro es un anticipador de ideas y ya dijo entonces que en los pa¨ªses desarrollados se iba a producir un aumento de subdesarrollo interno. Eso se ha agravado desde los a?os 70, porque ha aumentado el paro, se ha producido la precariedad del empleo, se han incrementado los brotes de pobreza en estos pa¨ªses, adem¨¢s de a marginaci¨®n y los procesos migratorios que est¨¢n a la orden del d¨ªa en todos los pa¨ªses desarrollados".
Los dos economistas se expresan con cierta resignaci¨®n. Incluso pesimismo. Se ve que no comulgan con las nuevas ideas socioecon¨®micas que rigen el mundo hoy en d¨ªa. Y lo reconocen. "S¨ª, se puede decir que la visi¨®n es pesimista", afirma Sampedro, "porque no se ha resuelto ninguno de los problemas que se planteaban entonces. Algunos ya eran muy graves, como el subdesarrollo, y no s¨®lo no se han resuelto, sino que han empeorado en el sentido de que la distancia entre ricos y pobres es mayor. Pero, m¨¢s que pesimista, el libro es realista en el sentido de que, aunque han empeorado muchas cosas, han mejorado otras".'
Es el momento de lanzar las ideas revolucionarias. ?Qu¨¦ tiene que pasar para que acabe esta era negativa? ?Cu¨¢l es el suelo en donde tiene que rebotar la crisis? "No lo s¨¦", responde Sampedro. "Creo que hay crisis pol¨ªticas muy graves, como lo que est¨¢ sucediendo en ?frica, en Chiapas... Este tipo de conflictos pueden conducir a transformaciones m¨¢s profundas. Incluso las tensiones internas de los pa¨ªses ricos pueden ayudar al cambio".
Carlos Berzosa mira con respeto *al catedr¨¢tico ya jubilado y se atreve a a?adir un mensaje positivo: "No hay que perder de vista las nuevas actitudes de la gente. Los movimientos ciudadanos, como el del 0,7% y otras organizaciones no gubernamentales, van creciendo y sensibilizando al resto de la gente de la necesidad de cambiar. Aunque s¨®lo sea por ego¨ªsmo, por el mero hecho de que no nos afecte a nuestro bienestar, muchas veces se toman medidas en defensa de los m¨¢s pobres".
De cualquier forma, la ideolog¨ªa predominante en los pa¨ªses desarrollados no es precisamente favorable a resolver estos problemas... Sampedro responde r¨¢pidamente: "Desde luego que no. Pero es que la, ideolog¨ªa predominante es totalmente anacr¨®nica. Es una ideolog¨ªa anclada en el siglo XVIII y que se basa en el convencimiento de que la mejor br¨²jula para adoptar decisiones econ¨®micas es el mercado. Y, con el tiempo que ha pasado desde entonces, el mercado no ha resuelto nada".
Confundir valor y precio
El economista y novelista se anima cuando se trata de criticar la doctrina neoliberal. "Esa frase famosa de que el mercado es la libertad es una bobada", asegura, "yo siempre que la oigo les digo que prueben y que vayan al mercado sin un c¨¦ntimo. Si se va al mercado sin un c¨¦ntimo no se tiene libertad alguna; de lo que se deduce que quien est¨¢ dando la libertad no es el mercado, sino el dinero, valor supremo de esta civilizaci¨®n. Que conste que esto no es ir contra el mercado. El mercado es imprescindible en una sociedad con divisi¨®n del trabajo. Pero s¨ª estoy contra que el mercado sea el valor supremo, o sea que lo que no tiene precio en el mercado no tiene valor ninguno. Eso ya lo dec¨ªa ya Antonio Machado: cualquier necio confunde valor y precio. As¨ª de claro".?Qui¨¦n enarbola en estos momentos la bandera de la lucha contra la desigualdad? La pregunta recibe una respuesta r¨¢pida de ambos: "Hay economistas tercermundistas que lo hacen, pero toda idea opuesta al sistema carece de los altavoces para que su voz se oiga en todo el mundo". Surgen entonces en la conversaci¨®n los movimientos de voluntarios, como el del 0,7%, y las organizaciones no gubernamentales (ONG). "Este tipo de organizaciones son el futuro", dice Carlos Berzosa. "Sobre todo, porque la situaci¨®n de desequilibrios entre ricos y pobres va a empeorar cada d¨ªa, y esforzar¨¢ a los gobernantes a hacer m¨¢s concesiones y a dar la sensaci¨®n de que se hace algo. Adem¨¢s, este tipo de movimientos consigue algo muy importante: aumenta la toma de conciencia de la gente hacia esos problemas. Es bueno que sigan surgiendo movimientos que se ocupen de asuntos que el Estado est¨¢ dejando de lado con esa nueva concepci¨®n mercantilista".
Y para terminar, el ¨²ltimo mensaje revolucionario. Sampedro lo dice con voz tranquila y mirada p¨ªcara: "Al final se tendr¨¢ que producir el cambio. No queda m¨¢s remedio. Todo acaba cambiando, aunque se tenga que deteriorar la situaci¨®n hasta el l¨ªmite".
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