Miles de cubanos piden a san L¨¢zaro que la visita del Papa les traiga suerte
La iglesia de san L¨¢zaro, en el poblado de El Rinc¨®n, se llen¨® ayer de miles cubanos rebosantes de fe, puros y flores para Babal¨² Ay¨¦, el santo milagrero y sincr¨¦tico m¨¢s venerado en la isla, al que ped¨ªan que la suerte les acompa?e con la visita del Papa. Como todos los a?os, algunas personas llegaron a gatas con las rodillas cuajadas de llagas y sangre despu¨¦s de arrastrarse varios kil¨®metros desde el pueblo cercano de San Antonio de las Vegas. Otros cargaban piedras atadas al tobillo mientras sus familiares apartaban a la gente y limpiaban el polvo del camino.
Ni el p¨¢rroco Gabriel Torres, ni el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, se enga?aban. Sab¨ªan muy bien que la mayor¨ªa de los que se encontraban en el templo ven¨ªan a pagar promesas o a pedir favores a Babal¨² Ay¨¦, el orisha m¨¢s mujeriego y caritativo de la religi¨®n afrocubana, que se sincretiza con San L¨¢zaro.Eran las 10.20 y, en la sacrist¨ªa, Jaime Ortega se preparaba para oficiar una ceremonia religiosa multitudinaria en la que anunciar¨ªa una vez m¨¢s el viaje del Papa a Cuba en 1997. Ya lo hab¨ªa hecho en la catedral de La Habana durante el estreno mundial de Misa mubana, una composici¨®n de uno de los mejores pianistas de la isla, Jos¨¦ Mar¨ªa Vitier, y en la que cant¨® Silvio Rodr¨ªguez. Entonces estuvo presente un miembro del Bur¨® Pol¨ªtico del Partido Comunista, el ministro de Cultura Armando Hart, pero este 17 de diciembre, en la iglesia de San L¨¢zaro, s¨®lo hab¨ªa devotos del viejo.
El viejo, o Babal¨² Ay¨¦, fue siempre uno de los orishas preferidos por los cubanos debido a sus poderes milagrosos y a su capacidad de resolver problemas. Por ello, todos los a?os, desde mucho antes de la revoluci¨®n, el santuario de San L¨¢zaro, en El Rinc¨®n, fue un lugar de peregrinaciones masivas los d¨ªas 15, 16 y 17 de diciembre. Cuando la crisis se agudiz¨®, ¨¦stas aumentaron y llegaron a ser de m¨¢s cien mil personas durante los tres d¨ªas.
Las solicitudes de los fieles han ido cambiando. Los curas m¨¢s veteranos recuerdan que en 1993, cuando la situaci¨®n econ¨®mica fue m¨¢s grave, la gente ped¨ªa dinero, comida, y hubo una noche, la del 16 de diciembre, en que miles de cubanos profirieron dentro de la iglesia gritos de "libertad, libertad". En aquella ocasi¨®n, ante el temor de que la reclamaci¨®n popular pudiese provocar una respuesta policial, el p¨¢rroco tranquiliz¨® a algunos periodistas y ne¨®fitos: "Nos han asegurado que, mientras la gente s¨®lo grite libertad, no va a pasar nada".
En 1994 se produjo la "crisis de las balsas", y, aquellas navidades muchos cubanos pidieron p¨²blicamente ante el altar que sus familiares retenidos en la base naval de Guant¨¢namo pudiesen entrar a EE UU. "En los dos ¨²ltimos a?os, la gente pide cosas mucho m¨¢s concretas: que les funcione bien su negocito privado, que puedan casarse con un gallego o salir del pa¨ªs por v¨ªa legal", comentaba ayer uno de los fieles.
El mulato, con el cuello engalanado de collares de santo, escuch¨® a Ortega cuando, durante su homil¨ªa, anunci¨® que el Papa visitar¨ªa Cuba muy pronto. No ten¨ªa mucha noci¨®n de las tensiones que hab¨ªan marcado las relaciones Iglesia-Estado en los ¨²ltimos a?os, pero s¨ª sab¨ªa que recientemente Fidel Castro y el Papa se hab¨ªan reunido en Roma, y que ahora la Iglesia era mejor vista por el Gobierno de su pa¨ªs. Sin embargo, como a muchos de los que estaban all¨ª, parec¨ªa darle igual. "Yo s¨®lo he venido a traerle a San L¨¢zaro unos tabacos y unas flores para que me d¨¦ salud a m¨ª y a mi familia", dijo.
Dentro de la Iglesia hab¨ªa dos altares. Desde uno, donde estaba San L¨¢zaro obispo, el arzobispo explicaba que la devoci¨®n a los santos es algo totalmente distinto del honor que se tributa a Dios. En. el otro, una imagen de L¨¢zaro el mendigo estaba rodeada de gente que tiraba flores, monedas y puros mientras ped¨ªan que la suerte les acompa?e el a?o pr¨®ximo, el de la visita del Papa.
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