Asesinados en Chechenia una espa?ola y sus cinco compa?eros de Cruz Roja
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El dibujo de una metralleta con el signo de prohibido encima marca la entrada del hospital de guerra de Nov¨ªye Atagu¨ª, donde en la madrugada de ayer fueron asesinados la enfermera espa?ola Fernanda Calado y otras cinco personas del equipo de Cruz Roja Internacional (CICR) en Chechenia.A fuego de metralletas murieron Calado y sus cinco compa?eros (una canadiense, dos noruegas, una neozelandesa y un holand¨¦s) en esa localidad, a unos 50 kil¨®metros de Grozni. Fue un "acto premeditado y cobarde", afirm¨® un portavoz del CICR. Los asesinos entraron por la puerta trasera del hospital.
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Editorial en la p¨¢gina 12
Pistoleros enmascarados mataron a los seis miembros de la Cruz Roja mientras dorm¨ªan
Viene de la p¨¢gina primera"Iban enmascarados. Deb¨ªan de ser una quincena", dice Rusl¨¢n Bektan¨²rov, uno de los miembros del servicio de escolta del hospital, que tiene prohibido portar armas. Bektan¨²rov se?ala la parte de la cerca donde todav¨ªa est¨¢n las huellas de quienes se deslizaron por ella en la madrugada. "Golpearon a uno de los guardias, que se acerc¨® al o¨ªr ruido, y a los otros los retuvieron en la garita que est¨¢ junto a la puerta principal", afirma con explicaciones algo confusas.
Ninguno de los miembros del turno de noche, que sufri¨® el ataque, est¨¢ presente en la conversaci¨®n. Seg¨²n las enfermeras chechenas, los asaltantes se desplazaron hasta el bloque donde resid¨ªa el personal extranjero y entraron en las habitaciones, que no estaban cerradas con llave, disparando contra quienes se encontraban en su interior. "No se llevaron absolutamente nada", dice Zura Nurs¨¦, miembro del equipo m¨¦dico checheno, subordinado al personal de la Cruz Roja Internacional, que estaba al frente del hospital.
Las enfermeras chechenas proceden de distintas regiones y ciudades de la rep¨²blica y a partir de ayer afrontan nuevas responsabilidades, al haberse marchado, por plazo indefinido, todo el personal de la Cruz Roja Internacional destacado en Nov¨ªye Atagu¨ª.
Hubo advertencias previas antes del atentado. Hace un mes, un grupo de asaltantes, tambi¨¦n enmascarados, treparon por la misma valla y despojaron, a punta de ametralladora, a los miembros de la escolta del hospital de radiotransmisores port¨¢tiles. M¨¢s tarde, alguien crey¨® advertir la presencia de un veh¨ªculo sospechoso en las cercan¨ªas del establecimiento. Se habl¨® entonces de aumentar el n¨²mero de la escolta, pero las armas estaban excluidas.
Sobre los posibles autores del atentado no hay ninguna. informaci¨®n oficial, s¨®lo rumores que suenan en los corrillos de ociosos, desocupados o enfermos. Un enfermo del hospital habla de una "provocaci¨®n del Servicio Federal de Seguridad ruso", y en las calles de Grozni hay quien sospecha de Salm¨¢n Rad¨²iev, el jefe guerrillero que actualmente retiene a 22 polic¨ªas cerca de la frontera con Daguest¨¢n. Rad¨²iev, que organiz¨® el secuestro de rehenes en la ciudad de Kizliar el pasado enero, se ha manifestado contra la celebraci¨®n de las elecciones presidenciales, previstas para el 27 de enero pr¨®ximo, y asegura que los comicios son innecesarios, porque pronto volver¨¢ el presidente Dzhojar Dud¨¢iev. Dud¨¢iev muri¨® a consecuencia de un atentado el pasado abril, pero el mito sobre su "retorno" contin¨²a vivo.
En cualquier caso, los autores del atentado pertenecen a la categor¨ªa social que no est¨¢ interesada en las elecciones, en las cuales competir¨¢n 19 candidatos, comenzando por los principales jefes independentistas, incluido el comandante guerrillero Shamil Bas¨¢iev, que perpetr¨® otra toma de rehenes en la localidad rusa de Budi¨®nnovsk en junio de 1995. Lo que s¨ª puede decirse es que los asesinos no est¨¢n interesados en la legitimaci¨®n de una estructura de poder en Chechenia. Con sucesos como el de Nov¨ªye Atagu¨ª es dif¨ªcil pensar en el reconocimiento internacional con el que sue?a el presidente checheno Zelimj¨¢n Yandarb¨ªev.
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