Misi¨®n en Belgrado
FELIPE GONZ?LEZ ha recibido un encargo sembrado de dificultades: mediar entre el presidente yugoslavo, Slodoban Milosevic, y la oposici¨®n que se manifiesta desde hace cuatro semanas para que se rectifique lo que aparece como claro fraude en las elecciones municipales del 17 de noviembre. Aunque le honra recibir el encargo de la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n de Europa (OSCE) y aceptarlo, no cabe olvidar que fue del propio Milosevic de quien parti¨® la oferta para que la OSCE mandara una misi¨®n de informaci¨®n a la Rep¨²blica Federal de Yugoslavia para verificar los resultados de aquellas elecciones municipales.La presi¨®n internacional ha ido increment¨¢ndose sobre Belgrado, mientras a diario se suceden las manifestaciones masivas y pac¨ªficas en las calles de diversas ciudades serbias, abanderadas por Belgrado. La oposici¨®n, coligada bajo la bandera de Unidos, reclama que se le reconozca su victoria en los ayuntamientos de las principales ciudades que le fue aparentemente robada por las. comisiones electorales y el Tribunal Supremo, controlados ambos por el Partido socialista de Milosevic, que consigui¨® que se anularan varios de estos comicios y se ordenara repetirlos pese al boicoteo de la coalici¨®n opositora.
Milosevic podr¨ªa estar buscando una salida digna que le permitiera ceder a la oposici¨®n fuerza municipal para poder conservar ¨¦l el poder en la federaci¨®n, incluso m¨¢s all¨¢ de las elecciones generales de 1997. Intenta a toda costa evitar un boicoteo internacional que le impida iniciar la recuperaci¨®n de una econom¨ªa maltrecha y ca¨®tica.
El r¨¦gimen de Milosevic, uno de los ¨²ltimos de Europa que no han iniciado a¨²n una verdadera transici¨®n del socialismo real, ha evitado hasta el momento la represi¨®n con la fuerza de sus 80.000 polic¨ªas. Ha optado por manipulaciones informativas, detenciones selectivas y un silencio que, indirectamente, s¨®lo rompi¨® ayer al recibir a tres estudiantes de la ciudad de Nis para prometerles que se respetar¨ªa la voluntad de los electores. Milosevic parece apretar en algunos lugares y ceder en otros, como en Nis y en otra ciudad donde finalmente ha admitido la victoria de la oposici¨®n, en un movimiento de "divide y vencer¨¢s".
Milosevic sabe que la oposici¨®n que le hace frente es sumamente variopinta, que re¨²ne desde nacionalistas conversos a moderados, aut¨¦nticos dem¨®cratas pero cuyos partidos no son ni fuertes ni bien organizados. Y que el r¨¦gimen cuenta a¨²n con el apoyo del campo y de los obreros industriales, pese a que algunos cuellos azules se hayan dejado ver en las manifestaciones y los sindicatos empiecen a protestar.
En este contexto, la misi¨®n que encabezar¨¢ Gonz¨¢lez resulta delicada, ya que ha de ayudar a deshacer el entuerto y a la vez evitar que Milosevic se sirva de posibles concesiones reconocidas ante representantes internacionales para consolidar su poder. Pero, justamente, si la OSCE ha elegido a Gonz¨¢lez debe ser porque pretende que su misi¨®n vaya m¨¢s all¨¢ de la b¨²squeda de informaci¨®n o valoraci¨®n de los resuItados de las elecciones municipales. Por su propia personalidad, Gonz¨¢lez, firmante un a?o atr¨¢s en nombre de la Uni¨®n Europea de los acuerdos de Dayton sobre Bosnia e impulsor del papel de Espa?a en la pacificaci¨®n de los Balcanes, tiene autoridad para intentar una mediaci¨®n entre Milosevic y la oposici¨®n, consciente de los peligros y trampas que hay en el camino.
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