"Aqu¨ª la palabra rendici¨®n no existe"
Los secuestradores expresaron a varios periodistas su voluntad de resistir hasta la muerte
"Estamos en una misi¨®n, queremos la liberaci¨®n de todos nuestros compa?eros, y, si el Gobierno no cede, comenzaremos a ejecutar prisioneros. ?Somos claros? La liberaci¨®n de todos nuestros camaradas o moriremos junto a los rehenes. Aqu¨ª la palabra rendici¨®n no existe", afirm¨® un secuestrador identificado como Comandante Tito, al parecer uno de los l¨ªderes del comando del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) que en la pasada madrugada (hora espa?ola, ¨²ltima hora de la tarde del martes en Per¨²) tom¨® la Embajada de Jap¨®n en Lima. "Creo que cuando hablan de matar van muy en serio", asegura Dante Flores, de Radio Programas de Per¨², la primera emisora en hablar con el comando."Hay gente muy importante all¨¢ dentro [en la residencia del embajador de Jap¨®n en Lima], por eso no creo que el Ej¨¦rcito intente un asalto. El dispositivo de seguridad, por el n¨²mero de hombres y material alrededor del edificio, no permite pensar en un ataque inmediato", sostiene Flores. La emisora Radio Programas de Per¨² ha hablado tres veces con los guerrilleros. "Son ellos los que se ponen en contacto con nosotros", dice el periodista.
"En las dos primeras parec¨ªan muy tranquilos, no as¨ª en la ¨²ltima". A esa tercera comunicaci¨®n pertenece la amenaza de inmolarse junto a los rehenes si no hay liberaci¨®n de todos sus presos, entre 200 y 500 personas, seg¨²n las fuentes. "Somos un grupo de fuerzas especiales que venimos a cumplir una misi¨®n, y usted seguramente sabe que un grupo de fuerzas especiales tiene objetivos claros y precisos", dice el Comandante Tito. "Aqu¨ª la palabra rendici¨®n no existe. Decimos solamente: o el Gobierno cede, o nos morimos todos".
La periodista peruana Alfonsina Barrionuevo fue liberada en la tercera tanda. "Parec¨ªa una pel¨ªcula, algo no real", asegura en una conversaci¨®n telef¨®nica desde Lima. "Primero hubo una gran explosi¨®n, cre¨ªmos que se trataba de, un globo de gas. Despu¨¦s tiros. Creo que dispararon al aire. Gritaban: 'Todos al suelo, que nadie se levante'. Pasamos mucho miedo, pues no sab¨ªamos qui¨¦nes eran ni qu¨¦ era lo que nos iban a hacer".
Los guerrilleros iban uniformados con pa?uelos blanquirrojos con las siglas de su organizaci¨®n escritas con carboncillo. Barrionuevo cree que el golpe estaba perfectamente preparado.
"Sab¨ªan lo que buscaban. Son guerrilleros no muy j¨®venes, que est¨¢n entre los 22 y los 38 a?os. No parec¨ªan nerviosos. Me sorprendi¨® que fueran tan educados. No hubo insultos ni palabras malsonantes. Incluso, cuando est¨¢bamos [los rehenes] sentados en la escalera, ped¨ªan permiso para pasar".
Alfonsina Barrionuevo no oy¨® acentos for¨¢neos entre los guerrilleros -"parec¨ªan todos peruan¨®s"-, no as¨ª el periodista de Radio Programas de Per¨² Dante Flores, que asegura que en el comando puede haber extranjeros. Una acusaci¨®n hist¨®rica del Gobierno peruano contra este movimiento, al que vincula con Cuba.
"Nos separaron por habitaciones. Una hora y media despu¨¦s nos dijeron que iban a liberar a las mujeres y a las personas de m¨¢s edad. Yo sal¨ª en el tercer grupo", dice Alfonsina Barrionuevo. Entre las primeras en dejar el edificio estuvieron la madre y la hermana del presidente Alberto Fujimori. "Estoy segura de que ellos [los guerrilleros] no sab¨ªan qui¨¦nes eran, si no ?de qu¨¦ salen!, hubiesen sido sus mejores rehenes", sostiene la periodista peruana.
La periodista del diario franc¨¦s Le Monde Nicole Bonnet estaba tambi¨¦n dentro de la residencia del embajador en el momento del asalto y recuerda los hechos con gran nitidez: "El calor era asfixiante, y un humo espeso hab¨ªa invadido algunos salones. Los del MRTA, metralleta en mano gritaban: 'No nos mir¨¦is. Queremos liberar a nuestros camaradas'. En ese momento intervino el embajador japon¨¦s: 'No dispar¨¦is. No hag¨¢is nada. Que la polic¨ªa se vaya'".
Movimiento de p¨¢nico
"Los guardias de seguridad que rodeaban la Embajada", contin¨²a Nicole Bonnet, "empezaron a lanzar gases lacrim¨®genos en direcci¨®n a la residencia creando un nuevo movimiento de p¨¢nico. El representante en Per¨² del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja, Michel Minning, que estaba en la recepci¨®n, se hizo con el meg¨¢fono de uno de los asaltantes para dirigirse a las fuerzas de seguridad: 'No disparen. Est¨¢n poniendo en peligro la vida de los rehenes'. El desorden era indescriptible; los invitados apenas pod¨ªan respirar. Eso no era problema para los asaltantes que iban provistos de m¨¢scaras de gas".La periodista francesa prosigue su relato: "La polic¨ªa ces¨® de disparar. Minning sali¨® de la sede diplom¨¢tica para iniciar las negociaciones para la liberaci¨®n de las mujeres y los ni?os. El jefe del comando le comunic¨®: 'No cederemos. Estamos dispuestos a asumir todos los riesgos para obtener la liberaci¨®n de nuestros companeros'. Entretanto, en los salones, el comando, una veintena de hombres, trataba de indentificar entre los invitados a los miembros de la familia Fujimori y a los parlamentarios de su partido. A su vez, el jefe del comando intentaba tranquilizar a los rehenes: 'No somos Sendero Luminoso. No matamos a gente indefensa, por eso las mujeres y ni?os han podido salir sanos y salvos'". Ese mismo dato lo menciona Alfonsina Barrionuevo: "Cuando supimos que no eran de Sendero nos quedamos m¨¢s tranquilos, pues este grupo [el MRTA] no es tan violento".
Pero el comando, que toma el nombre de Hermigidio Huerta, un obrero muerto por la polic¨ªa el 4 de enero de 1979, se declara dispuesto a todo. "No s¨¦ qu¨¦ es lo que va a pasar", dice Barrionuevo, "es una situaci¨®n muy dificil. Ellos Pos terroristas] saben lo que hacen. Pienso en toda esa gente que est¨¢ dentro, espero que todo termine bien, que no haya muertos".
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