El Gobierno y los mineros bolivianos sellan la paz social
El Gobierno de Bolivia y los trabajadores del distrito minero de Uncia, en el altiplano boliviano, firmaron el domingo por la noche (la madrugada del lunes en Espa?a) un acuerdo que ha puesto punto, pero no final, a cuatro d¨ªas de graves enfrentamientos entre mineros y fuerzas de la polic¨ªa y el Ej¨¦rcito, con un saldo de nueve muertos y un centenar de heridos de bala.Los distritos mineros de Uncia, Llallagua y Siglo XX revivieron los d¨ªas aciagos de dictadura y reg¨ªmenes de fuerza de las d¨¦cadas pasadas cuando. Entre el jueves y el domingo, los mineros se enfrentaron con palos, piedras y dinamita a centenares de polic¨ªas y a los 2.000 soldados del Ej¨¦rcito desplazados al lugar para reabrir la mina de Capasirca.
Los trabajadores de Capasirca hab¨ªan tomado la mina, ahora propiedad de la empresa canadiense Da Capo, para reclamar el pago de tributos que beneficien a la regi¨®n, de donde "se ha extra¨ªdo una enorme riqueza y ha quedado una tambi¨¦n enorme pobreza que lacera y lastima a los bolivianos", seg¨²n el presidente de la Comisi¨®n de Derechos Humanos de la C¨¢mara de Diputados, Juan del Granado, que junto a otros dos parlamentarios impidi¨® que se consumara "una brutal matanza y un enfrentamiento de envergadura".
El acuerdo entre Gobierno y mineros obliga b¨¢sicamente a los trabajadores a devolver la mina, el armamento y equipo que arrebataron a la polic¨ªa y al Ej¨¦rcito durante los enfrentamientos y a aceptar la presencia de la polic¨ªa en ese campamento minero de no m¨¢s de 300 habitantes.
El Gobierno se comprometi¨® a, apoyar las negociaciones entre antiguos y nuevos propietarios para solucionar los problemas laborales y ratific¨® el derecho de las regiones a imponer tributos y regal¨ªas aunque no aludi¨® a ninguna gesti¨®n espec¨ªfica para lograr que los anteriores propietarios cumplan con este pago. El diputado Del Granado anunci¨® que el Parlamento investigar¨¢ el caso para establecer responsabilidades de "esta masacre", la tercera m¨¢s grave despu¨¦s de las matanzas de 1942 y 1964.
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