Los paises desarrollados hacen ofertas millonarias por equipos nucleares rusos
Los residuos at¨®micos de la peninsula de Kola se convierten en un gran negocio
Los residuos nucleares de la pen¨ªnsula de Kola, en el extremo noroccidental de la Federaci¨®n Rusa, se pueden convertir en un negocio de grandes proporciones. Los contactos a escala internacional se est¨¢n acelerando, y los primeros resultados ya se dejan ver. El Gobierno de Estados Unidos ha llegado a un principio de acuerdo para comprar las cabezas nucleares de los misiles que portaban los temidos y hoy abandonados submarinos nucleares de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica. Franceses e ingleses est¨¢n en avanzadas negociaciones para formar un consorcio que les permita el procesamiento del combustible nuclear. Los japoneses tambi¨¦n est¨¢n interesados en un proyecto similar.
Adem¨¢s, Noruega, Rusia, y EE UU han llegado a un principio de acuerdo para la construcci¨®n de una planta purificadora de l¨ªquidos radiactivos, y los finlandeses ya est¨¢n trabajando con los residuos l¨ªquidos de los rompehielos nucleares. Las autoridades de la regi¨®n se muestran optimistas porque c¨®mo los residuos nucleares se convierten en un preciado bien que les traer¨¢ capital y trabajo.Casi la mitad del arsenal nuclear sovi¨¦tico se encontraba en esta pen¨ªnsula. Desde el importante puerto de Murnmansk, la flota de submarinos ten¨ªa salida libre a aguas internacionales. Hoy, el problema nuclear y la profunda crisis del otrora poderoso aparato militar se pueden ver en forma simb¨®lica en el puerto de esta ciudad de medio mill¨®n de habitantes.
Con fr¨ªo glacial golpeando desde el mar de Barents, se puede ver al gigantesco portaaviones Almirante Kuznetsov descansar en el muelle, acompa?ado de un poderoso barco portahelic¨®pteros. Un poco m¨¢s all¨¢, semihundido y abandonado, un submarino. En el siguiente muelle, el de flota de rompehielos at¨®micos, desde dos viejos barcos que sirven de bodega de residuos nucleares, se carga el primer tren que llevar¨¢ esos residuos para su procesamiento a los centros de Majakin, a los pies de los Urales y a 3.000 kil¨®metros de distancia.
Los ocho submarinos de la flota at¨®mica, producen unos 600 metros c¨²bicos de residuos de baja radiactividad. En las bodegas de los muelles, los finlandeses de IVO-Group han instalado un moderno purificador f¨¢cilmente transportable, y "cuyos filtros altamente sensibles", seg¨²n el doctor Juhani Johansson, "podr¨ªan trabajar tambi¨¦n con l¨ªquidos de mayor contenido radiactivo".
El gran drama es justamente ese material altamente radiactivo que emana de muchos de los 150 submarinos nucleares tipo Taifun y Delta IV abandonados en las costas de los fiordos de la pen¨ªnsula. All¨ª, sin recibir pago alguno y, a veces, sin ¨¦xito- intentan mantener los submarinos a flote, para impedir que los reactores nucleares hagan contacto con el agua salada, pues produce un efecto altamente contaminante.
Estudios occidentales indican que el problema nuclear de la pen¨ªnsula de Kola es tan grave que se tardar¨¢ de 30 a 50 a?os resolverla. Ahora, con la perspectiva de flujos de capital occidental, las estimaciones son m¨¢s optimistas. "Con la ayuda financiera de Occidente y con la capacidad profesional de nuestros cient¨ªficos podremos solucionar el problema en menos de 15 a?os", declar¨® a EL PA?S Sanislav Pichugin, ingeniero jefe de la ATP-Atomflot, empresa reparadora y tecnol¨®gica d¨¦ los rompehielos nucleares.
Durante el periodo sovi¨¦tico, ciudadanos de todo el vasto imperio ven¨ªan a trabajar a Murmansk, donde, debido a las duras condiciones de trabajo, el salario era el doble que en Mosc¨². Entre las prerrogativas figuraban dos meses, de vacaciones al a?o. Hoy por hoy, esas prerrogativas han desaparecido, y los ciudadanos deben conformarse con un salario medio de 150 d¨®lares al mes
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