Los estragos del climaterio
M¨¢s all¨¢ del jard¨ªnDirecci¨®n: Pedro Olea. Gui¨®n: Mario Camus. Fotograf¨ªa: Alcaine. M¨²sica: N. Piavoni. Espa?a, 1996. Int¨¦rpretes: Concha Velasco, Fernando Guill¨¦n, Giancarlo Giannini, Miguel Hermoso, Ingrid Rubio, Manuel Bandera, Mary Carrillo. Madrid: Palacio de la M¨²sica, Acte¨®n, Roxy A, Vergara.
El ¨¦xito entre un determinado tipo de lectoras de las novelas de Antonio Gala ha dado lugar a que se adapten al cine con suntuosidad. Tras el ¨¦xito de p¨²blico de la interesante La pasi¨®n turca, rechazada por el autor de la novela, se llega a M¨¢s all¨¢ del jard¨ªn, mucho m¨¢s fiel al original pero bastante menos atractiva.
A pesar de tratarse de una cuidada producci¨®n de Andr¨¦s Vicente G¨®mez con un bien construido gui¨®n de Mario Camus, una s¨®lida direcci¨®n de Pedro Olea y un eficaz grupo de conocidos actores a cuya cabeza est¨¢ Concha Velasco, el resultado es una comedia melodram¨¢tica plana, sin ninguna fuerza.Lejos del interesante y rico cine con y para mujeres que hizo Hollywood durante los cuarenta, las razones del fracaso de esta producci¨®n hay que buscarlas en el conglomerado de lugares comunes que encierra. Contada a lo largo de una vuelta hacia detr¨¢s desde Ruanda, narra c¨®mo la vida de la arist¨®crata sevillana Palmira Gadea se derrumba cuando el m¨¦dico le comunica que ha llegado al climaterio.
En muy poco tiempo la arist¨®crata descubre que su marido tiene una amante, que su hija est¨¢ embarazada de un desconocido y que su hijo es homosexual. Por si esto fuera poco, la amante resulta ser la amiga de su d¨ªscola hermana, su nieto nace hemof¨ªlico y su hijo se mata en un accidente de carretera. Si se tiene en cuenta adem¨¢s que se muere su querida ama, que es su conciencia particular, y que sus sucesivos amantes son un homosexual y un chulo, se entiende que todo esto la lleve a decidirse a dejarlo todo, a abandonar su casa y los restos de su familia, para irse a Ruanda en busca del gran amor de su vida.
Narrada sin ¨¦nfasis y sin el menor sentido del humor, este c¨²mulo de desastres convierte a Palmira Gadea en un personaje que, lejos de las intenciones de sus creadores, a primera vista es gafe y m¨¢s al fondo terriblemente ego¨ªsta. De manera que la tosca par¨¢bola que se esconde tras el t¨ªtulo llega a ser lo contrario de lo pretendido. El resultado es una comedia melodram¨¢tica que se hunde por exceso de elementos en juego, pero tambi¨¦n a causa de la poca fuerza que tiene cada uno de estos elementos.
La ¨²nica soluci¨®n para sacar adelante el c¨²mulo de desastres inventados por Antonio Gala hubiese sido convertirlo en un excesivo, terrible y desgarrado melodrama, pero esto es algo que queda muy lejos de las intenciones del productor, del guionista, del director y de los actores, por lo que en ning¨²n momento tan siquiera se, apunta un atisbo de este su ¨²nico, posible y l¨®gico camino.
Babelia
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