Aburrida tarde de fin de a?o
Vaya aburrimiento de corrida. Fue un espect¨¢culo de poca calidad que no merec¨ªa la sufrida afici¨®n capitalina de despedida de a?o. Antonio Urrutia estuvo tenaz ante el reserv¨®n y quedado primero, que intent¨® saltar la barrera y fue pitado en el arrastre. Como el animal embest¨ªa con la cabeza alta y punteaba, el ensimismo del matador provoc¨® que fuera zarandeado en dos ocasiones.Con el avisado cuarto, el coletudo de Aguascalientes mostr¨® vulgaridad con el percal y lo banderille¨® pueblerinamente. Agarrado a tablas, dio por alto cuatro chicotazos y varias veces hizo el desplante de poner su frente en la testuz del toro, acto cirquero de topacarnero. Se le olvid¨® que en el ruedo adem¨¢s de voluntad debe existir buen gusto.
Viejo / Urrutia, San Rom¨¢n, Ben¨ªtez
Toros de Cerro Viejo, chicos 1?, 2? y 4?. Recto con trap¨ªo; descastados, d¨¦biles y mansos excepto el 3?.Antonio Urrutia: media trasera tendida (ovaci¨®n y salida al tercio -aviso retrasado-); media trasera tendida (silencio). Oscar San Rom¨¢n: estocada (ovaci¨®n y salida al tercio); pinchazo y estocada delantera ca¨ªda (silencio). Leonardo Ben¨ªtez: estocada atravesada que asoma y dos descabellos (ovaci¨®n y vuelta al ruedo); estocada trasera desprendida (palmas). Monumental Plaza de M¨¦xico. 29 de diciembre. Un cuarto de entrada.
El valiente desempe?o de ?scar San Rom¨¢n al segundo, que cortaba el viaje y tambi¨¦n fue pitado en el arrastre, careci¨® de estructura. Exponiendo mucho, le endilg¨® dos series por el derecho, aunque el calamocheo de la bestia le impidi¨® templarlos. Pero a la hora de la verdad hizo la cruz soberanamente y coloc¨® un estoconazo.
El ¨²nico astado con cuajo fue el quinto, aunque tambi¨¦n fue pitado en el arrastre. El espada de Quer¨¦taro titube¨® ante la agresividad del burel, que se acostaba por ambos lados, y no supo darle la lidia adecuada. Leonardo Ben¨ªtez salud¨® al suelto tercero con ver¨®nicas que prosigui¨® con chicuelinas y se adorn¨® en un quite por calecherinas. En el ¨²ltimo tercio lo llev¨® a los medios camin¨¢ndole con torerismo, y de all¨ª le enjaret¨® unos derechazos. Como se dio cuenta que el ejemplar se empleaba con claridad en la querencia, el venezolano lo traste¨® en tablas donde interpret¨® dos series de templados y mandones redondos. Lig¨® una tanda de suaves naturales, pero perdi¨® el trofeo por el desacierto en la colocaci¨®n del acero al dejarlo haciendo la guardia.
Al soso sexto, el diestro de Caracas lo recibi¨® acompa?¨¢ndole muy bien en el viaje en unos lances a pies juntos. Tras lucirse en el segundo tercio con un vistoso galleo y un paro al quiebro, lidi¨® con acierto a un bicho que lo buscaba.
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