El legado de un hombre enigm¨¢tico
La personalidad y el f¨ªsico de Indur¨¢in han transformado el ciclismo de finales de siglo
Miguel Indur¨¢in puso ayer el punto final a su carrera. Aquel de quien tanto se ha escrito seguir¨¢ siendo un hombre enigm¨¢tico para los espa?oles. Austero, t¨ªmido, fr¨ªo y a la vez sencillo. Como ciclista ingresa en el podio de los m¨¢s grandes de todos los tiempos y como ellos deja una herencia y el nombre de su sucesor en blanco. Su legado significa una transformaci¨®n del ciclismo y de los ciclistas. Hay que hablar de otra forma de hacer la carrera y de un tipo de ciclista total, capaz de atacar en cualquier terreno.Indur¨¢in deber¨¢ adaptarse a una nueva vida, al igual que los espa?oles tendremos que acostumbramos a vivir el mes de julio con otro talante. Indur¨¢in ya no nos garantiza m¨¢s: nuestra relaci¨®n con el ¨¦xito ser¨¢ diferente a partir de ahora. Habremos de aprender a sufrir de nuevo. Pero, eso s¨ª, hemos perdido complejos por el camino. Y como demostraci¨®n, lo mejor de su testamento: no ha aceptado la derrota en el Tour.
Porque Indur¨¢in se marcha con apetito, como hac¨ªa durante su rutina como corredor. El mismo ha manifestado sentirse en disposici¨®n de atacar el sexto Tour. Esa duda le perseguir¨¢ mientras viva y ser¨¢ lo mejor de su ¨²ltima p¨¢gina, la mejor forma de combatir su abandono en la Vuelta, su ¨²ltimo acto en una carrera oficial. Sus competidores en el podio de los grandes, desde Anquetil hasta Hinault pasando por Merckx, se marcharon plenamente conscientes de que hab¨ªan dicho su ¨²ltima palabra en el Tour. Indur¨¢in se marcha sin aceptar esa derrota.
Cuando Indur¨¢in comenz¨® a ser Indur¨¢in, Ech¨¢varri sentenci¨® que pod¨ªa llenar los casilleros vac¨ªos del ciclismo espa?ol. Por entonces, Espa?a s¨®lo hab¨ªa aportado al ciclismo un conjunto desigual de escaladores y un breve balance de grandes victorias. Ahora que Indur¨¢in es historia, el ciclismo espa?ol puede vanagloriarse de haber dado al mundo una figura equiparable a los grandes de todos los tiempos, el tipo de deportista que nos quita todos los complejos: era el mejor contrarrelojista, el mejor escalador, el m¨¢s fuerte, el m¨¢s alto, el m¨¢s...
Anquetil era el c¨¢lculo, Merckx la fuerza e Hinault la ambici¨®n. ?Qu¨¦ quedar¨¢ de Indur¨¢in? Quedar¨¢ esa capacidad para derrotar psicol¨®gicamente a sus rivales, confundidos ante un hombre que se desplazaba por la carretera sin ofrecer s¨ªntoma de debilidad. "Corre con una m¨¢scara", dijo Chiappuci. Quedar¨¢n sus silencios. "Los silencios de Indur¨¢in hablan", dec¨ªa Ech¨¢varri. Quedar¨¢ una personalidad enigm¨¢tica, un dechado de virtudes f¨ªsicas puesto al servicio de una capacidad estrat¨¦gica inigualable.
Desde 1991, el ciclismo ha cambiado de signo. Ya no puede hablarse de una divisi¨®n de tareas, de una distinci¨®n entre escaladores y rodadores, entre hombres peque?os y hombres grandes. Indur¨¢in ha ense?ado un nuevo ciclismo: el de corredor total.
Y quedar¨¢ de Indur¨¢in el propio Indur¨¢in, aquello que es verdaderamente inimitable, que forma parte de una personalidad fuera de lo com¨²n. Por ejemplo, su meticulosidad, su sentido de la disciplina, su esp¨ªritu de sacrificio, su paciencia unida a su sencillez, su frialdad servida en dotes de diplomacia. Siempre ha resultado ser un hombre enigm¨¢tico por lo reservado de su car¨¢cter, pero luego terminaba siendo incomprensiblemente simple.
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