El Atl¨¦tico hace valer su punter¨ªa
El Extremadura puso a los rojiblancos en m¨¢s aprietos de lo que dice el resultado
El Atl¨¦tico ejerci¨® el despotismo de los grandes y acall¨® a golpe de goles la peque?a revoluci¨®n del proletariado rural que propuso Josu Ortuondo. Para los de Antic lo mejor fue el resultado en un partido que resolvi¨® con una formaci¨®n tan provisional como pr¨¢ctica y en la que los dos debutantes, Prodan y Paunovic, se engarzaron c¨®modamente. Acumula el Atl¨¦tico un nuevo resultado positivo, pero no es para echar las campanas al vuelo. Al fin y al cabo fue un triunfo ante el colista y su juego, aunque disciplinado, estuvo disperso en l¨ªneas generales y cohibido en muchos momentos.Josu Ortuondo aparece como uno de esos escasos exponentes del romanticismo futbol¨ªstico. Se sostiene en base a una fe ciega en sus convicciones y se enfrenta con una valent¨ªa singular a situaciones manifiestamente desequilibradas como la de ayer. En tono ret¨®rico y familiar hab¨ªa advertido que su equipo, junto al Atl¨¦tico, es, como bloque, lo mejorcito de la Liga, y desde esa perspectiva indiscreta y arrogante plante¨® un partido abierto y sin temores previos.
Porque el Extremadura arranc¨® explosivo y mucho m¨¢s seguro que su rival en el control del bal¨®n sobre un terreno traicionero en el que Dur¨¦ flot¨® inicialmente como pez en el agua y Toni se ahog¨®, incapaz de sujetar al argentino. De las botas de Dur¨¦ salieron cuatro centros que rompieron a una zaga rojiblanca enquistada. Fue un f¨²tbol de miserias y enredos en el centro del campo. El Extremadura desaprovech¨® las circunstancias de un L¨®pez hecho un manojo de nervios, pero Antonio se empap¨® de lentitud y torpeza con su rudimentaria t¨¦cnica.
La formaci¨®n que present¨® Antic estaba abierta a cualquier especulaci¨®n. Ausentes seis titulares, la oferta rojiblanca resultaba imprevisible. El balc¨¢nico trat¨® de consolidar la zaga con el debutante Prodan y un L¨®pez restituido a una posici¨®n que se le antoj¨® en sus primeros instantes harto inc¨®moda. La reforma continu¨® en la l¨ªnea medular con otro debutante, Paunovic, en la banda derecha, arropado por Vizca¨ªno y Caminero, mientras Bejbl se ajustaba en la banda izquierda. Arriba, Kiko se reencontr¨® con Juan Carlos como compa?ero de fatigas ya arrancadas.
Los males le llegaron al Atl¨¦tico por atr¨¢s. Prodan trat¨® de dar contundencia a una zaga imprecisa. La mediana se convirti¨® en un mercadillo del pelotazo hasta que la fortuna se visti¨® de rojiblanco; eso s¨ª, con generosa invitaci¨®n de la zaga local en un fallo de marcaje. Por momentos, el Extremadura baj¨® la guardia y el Atl¨¦tico asom¨® la cabeza con cierto orgullo. Sin embargo, un Ortuondo incorregible engord¨® su caudal ofensivo con Ferreira y Quique; el conjunto azulgrana tir¨® de car¨¢cter, y, tras el descanso, el Atl¨¦tico mostr¨® al desnudo un c¨²mulo de debilidades.
S¨®lo un penalti escamoteado por Jap¨®n Sevilla, un par de intervenciones precisas de Molina y la mala fortuna para el Extremadura en forma de larguero, recondujeron la te¨®rica l¨®gica a favor del Atl¨¦tico. Cuando m¨¢s dominaba y mejor jugaba el Extremadura lleg¨® el segundo gol atl¨¦tico para desolaci¨®n de la grada. Dos apariciones certeras de Kiko, justo en ese momento en el que m¨¢s le puede doler al rival, adelantaron el final de un partido extra?o pero emotivo.
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