Esperanza congelada
Los vecinos de La Ventilla se resienten del fr¨ªo mientras el Ivima retrasa la entrega de sus casas
Los cinco mil y pico vecinos del barrio de La Ventilla, en el distrito de Tetu¨¢n, simbolizan como pocos los contrastes de la gran ciudad. Viven justo a espaldas de la opulenta plaza de Castilla, pero pocas zonas hay en Madrid, sobre todo en el norte, tan humildes y modestas como esta discreta barriada de casitas bajas y desvencijadas. Por eso el invierno, con su ola de nieve y fr¨ªo negro, se est¨¢ haciendo particularmente cuesta arriba para quienes a¨²n han de conformarse con esos chamizos de paredes desconchadas, carentes de calefacci¨®n y con cuartos de ba?o comunes para varias viviendas.El presidente de la asociaci¨®n de vecinos, Jos¨¦ Jackson, confiesa su preocupaci¨®n. "Llev¨¢bamos mucho tiempo sin pasarlo tan mal", protesta. "Son viviendas en muy mal estado, construidas de mala manera hacia 1950 y sin protecci¨®n ni c¨¢maras de aire ni nada". La concejal del PSOE en el distrito, Ruth Porta, se alinea con ellos. "La gente est¨¢ soliviantada, y es normal", advierte. Y unos y otros coinciden a la hora de se?alar un culpable: el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima), que deb¨ªa haber realojado a las personas m¨¢s desfavorecidas de la colonia all¨¢ por octubre de 1995.
La Ventilla figuraba, en efecto, en el Plan Municipal de Remodelaci¨®n de Barrios, pero se ha quedado para el final de todo. "El problema es una mezcla de poca voluntad presupuestaria y de absoluta incompetencia por parte del gerente del Ivima", esgrime Porta. El propio aludido, Juan Jos¨¦ Franch, la corrige: "Durante este a?o entregaremos 600 viviendas en ambos m¨¢rgenes de la futura avenida de Asturias. Las otras 900 estar¨¢n listas antes de concluir la legislatura [en 19991. Hay dinero y voluntad, y eso se puede demostrar con papeles en lamano", afirma el gerente del Ivima.Franch apunta razones t¨¦cnicas para justificar la demora en la rehabilitaci¨®n de la colonia. "El censo con el que trabajamos", detalla, "se remonta a 1982 y hay much¨ªsimos datos que no se corresponden con la realidad. Y es complejo lo de ir liberando suelo para construir a continuaci¨®n. Alg¨²n vecino incluso nos ha dicho: "No vayan tan aprisa, que no me da tiempo a organizar la mudanza". Quiz¨¢ sean los menos. "S¨®lo s¨¦ que estos se?ores, cada vez que hablan con los periodistas, ofrecen un plazo distinto para entregar las viviendas", se lamenta Jackson.
Mientras resuelven tantas trabas, en La Ventilla se otea el cielo, una ma?ana tras otra, con moh¨ªn de preocupaci¨®n. Franch cree que si las casas est¨¢n as¨ª de deterioradas es porque "han tenido poco mantenimiento por parte de sus propietarios", pero ¨¦stos no tienen el cuerpo para pol¨¦mica: el fr¨ªo les atenaza. El ansiado realojo est¨¢ congelado y ellos, otro tanto de lo mismo.
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