El Cristo de Medinaceli, restaurado por primera vez en cuatro siglos
El Cristo de Medinaceli, una talla del siglo XVII cuya veneraci¨®n provoca largas colas de devotos los primeros viernes de mes, ha sido restaurada por primera vez en cuatro siglos por el Instituto del Patrimonio Hist¨®rico Espa?ol. El 17 de enero volver¨¢ a exponerse al culto con una novedad: el pie derecho, el que besan los fieles, estar¨¢ protegido por una pantalla para evitar su desgaste. En su lugar se besar¨¢ una medalla.
Una pantalla de metacrilato proteger¨¢ el pie derecho, en el que las efusiones de los devotos a lo largo de los a?os han provocado un fuerte desgaste.Isabel Poza, Raimundo Cruz Sol¨ªs y Crist¨®bal L¨®pez Romero, restauradores del Instituto dependiente del Ministerio de Educaci¨®n y Cultura, as¨ª se lo aconsejaron a la Fraternidad de los Capuchinos, que regenta la iglesia de Jes¨²s de Medinaceli, en la calle del mismo nombre, en Centro. Y ¨¦stos han seguido la recomendaci¨®n.
M¨¢s que los besos de los fieles, que ahora se depositar¨¢n en una medalla de plata con la imagen del Cristo, lo que m¨¢s deteriora el pie es el pa?o que se pasa para limpiarlo despu¨¦s de cada ¨®sculo.
A lo largo de ocho meses, los tres restauradores han rebajado con bistur¨ª la suciedad acumulada en la superficie de la imagen, respetando la p¨¢tina y las veladuras, es decir, el poso acumulado por los a?os.
Otra importante tarea ha sido la de afianzar la estructura de esta talla articulada de madera. Era necesario cerrar las grietas que atravesaban el t¨®rax de la figura y, sobre todo, reforzar su peana, ya muy d¨¦bil, y sus pies, agrietados por los a?os y por el traj¨ªn a que est¨¢ sometida la imagen durante las procesiones de Semana Santa.
La peana se ha embutido en otra mayor y de los pies se han eliminado unos clavos, colocados hace siglos, que los estaban erosionando,
Los capuchinos calculan que cada primer viernes de marzo el templo se abarrota con el paso de m¨¢s de 200.000 devotos, de los que, despu¨¦s de un m¨ªnimo de siete horas de espera, ni la cuarta parte consigue besar los pies de la imagen.
Este nazareno del siglo XVII se atribuye a los escultores sevillanos Francisco de Ocampo o Luis de la Pe?a. Su existencia ha sido azarosa. Poco despu¨¦s de su construcci¨®n fue trasladada a la ciudad marroqu¨ª de M¨¢mora y en 1681 regres¨® a la bas¨ªlica madrile?a de Jes¨²s de Mecinaceli .All¨ª se expone desde entonces, con alg¨²n desplazamiento debido a las guerras napole¨®nicas, la desamortizaci¨®n de Mendizabal y la guerra civil.
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