El Atl¨¦tico vive en estado de gol
Los rojiblancos, con m¨¢s tantos que juego, agravan los problemas del Zaragoza
Anda el Atl¨¦tico metido en un periodo de gol asustante, capaz de desacreditar el m¨¢s concienzudo tratado de estad¨ªstica y probabilidades. ?ltimamente, con los rojiblancos no vale medir el n¨²mero de remates a puerta, ni la posesi¨®n de bal¨®n, ni la calidad del juego. El Atl¨¦tico ha reducido al m¨¢ximo las variables que influyen en un partido. S¨®lo procesa goles. En Almendralejo, le sucedi¨® algo de eso. Y ayer, ante el Zaragoza, volvi¨® a repetir f¨®rmula: mal juego, escasas ocasiones y poco contacto con el bal¨®n. Pero a cambio propuso la m¨¢s efectiva de las respuestas: gol, gol y gol.Cuando el equipo se march¨® a la ducha en el descanso, tras 45 minutos gobernados por el Zaragoza, el marcador luc¨ªa un desconcertante 3-0. La pelota hab¨ªa sido del Zaragoza casi en exclusiva; las oportunidades hab¨ªan ca¨ªdo fundamentalmente del lado visitante, abortadas unas veces por la mala punter¨ªa y otras, por la impagable seguridad de Molina; el Atl¨¦tico no se encontraba a s¨ª mismo por ning¨²n lado, y eso que Antic no se cansaba de revolver de un lado a otro a sus jugadores en busca de la combinaci¨®n salvadora (pas¨® a Paunovic, que empez¨® por la derecha, a la izquierda; a Vizca¨ªno, que se mov¨ªa por el centro, a la derecha, y a Bejbl, que ocup¨® la izquierda tras la lesi¨®n de Caminero, al centro); las entradas duras empezaban a aparecer por el bando rojiblanco como arma de supervivencia, y la gente del Calder¨®n bostezaba, o, a veces, se entreten¨ªa con las dificultades que para dirigir el portacamillas se encontraba la chica que lo conduc¨ªa... Todo jugaba contra el Atl¨¦tico. Todo, menos el gol, su gran aliado.
Antes de cumplirse el primer minuto lleg¨® el primero, con el sello inconfundible de Caminero y su privilegiada sangre fr¨ªa dentro del ¨¢rea. Baj¨® con el pecho una olla que le lleg¨® desde la derecha, su toque de distinci¨®n, aguant¨® una tarascada y coloc¨® la pelota en la red. Caminero suaviz¨® el partido para su equipo y, sin saberlo, alcanz¨® probablemente una marca hist¨®rica: se lesion¨® (?qu¨¦ fragilidad la de este futbolista!) y no volvi¨® a tocar la pelota.O sea, un bal¨®n, un gol. La ausencia de Caminero la acus¨® el Atl¨¦tico y la aprovech¨® el Zaragoza para adue?arse de la contienda. Esp¨¢rrago hab¨ªa vuelto a revolucionar su equipo, con nombres nuevos, sistema nuevo y actitud nueva. El Zaragoza jugaba a tocar la pelota y a buscar la puerta contraria con m¨¢s empe?o que la protecci¨®n de la propia. La medida le vali¨® para meter en complicaciones al Atl¨¦tico, pero no le redimi¨®. Al contrario, reforz¨® sus ya numerosos problemas clasificatorios. Los goles del Atl¨¦tico le fueron castigando de mala manera. En los momentos de mayores apuros rojiblancos, Paunovic, un nuevo producto Antic que promete, se estren¨® como goleador. Y despu¨¦s, Kiko compens¨® su desastrosa primera mitad con un gol de sombrero.
Con el marcador tan de cara, la cita resuelta y el Zaragoza ya rendido, el Atl¨¦tico subi¨® de nota en la segunda parte. Se reencontr¨® con su afici¨®n, con la pelota y con el juego, y engord¨® su goleada. El Zaragoza vio al fin puerta, pero los inmediatos tantos de Kiko y Esn¨¢ider apagaron enseguida cualquier esperanza de remontada. El gol de Higuera lleg¨® tras un despiste de Prodan, que tuvo un deb¨² en el Calder¨®n m¨¢s bien discreto. Se mostr¨® el rumano poderoso en el juego a¨¦reo, pero evidenci¨® cierta dureza y, sobre todo, una comprensible falta de entendimiento y sincronizaci¨®n con sus compa?eros de zaga .Peor fue el estreno de Konrad, el guardameta austriaco que ha incorporado el Zaragoza para huir del pozo de la tabla: una versi¨®n no demasiado exagerada dir¨ªa que le tiraron a puerta cinco veces y le marcaron cinco goles. Su disculpa es el Atl¨¦tico, que ha empezado el a?o en estado de gol.
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