De tumbo en tumbo
LA SEPARACI?N de sus cargos internos y petici¨®n de renuncia a los p¨²blicos del senador y diputado auton¨®mico Carlos Piquer supone la ca¨ªda del cuarto pilar que durante a?os sostuvo al PSOE de Arag¨®n. La evidencia de que Piquer pag¨® con la tarjeta de cr¨¦dito que utilizaba como portavoz del grupo parlamentario en las Cortes de Arag¨®n los gastos de una juerga en un prost¨ªbulo ha desencadenado este nuevo episodio del proceso de autodestrucci¨®n del PSOE en la tierra de Luis Rold¨¢n.Rold¨¢n, entonces concejal de Zaragoza, y Jos¨¦ Marco, tambi¨¦n obligado a dimitir, se disputaron en un momento dado el apoyo de las bases locales, ante la expectaci¨®n de una direcci¨®n nacional del PSOE dividida entre felipistas y guerristas. Hubo un pacto entre el guerrista Marco, entonces presidente de la Diputaci¨®n, y el ex alcalde zaragozano Antonio Gonz¨¢lez Tr¨ªvi?o -el tercer pilar-, que acab¨® como el rosario de la aurora. Marco, que fue presidente del Gobierno de Arag¨®n mediante un pacto con un tr¨¢nsfuga del PP, fue obligado a dimitir hace dos a?os. Trivi?o, que abandon¨® el PSOE antes de que lo expulsaran, fue amonestado por intentar beneficiarse del Parlamento Europeo aumentando en varios miles de kil¨®metros las dietas de desplazamiento, so pretexto de un cambio de residencia a Canarias.
El cuarto jinete, Carlos P¨ªquer, era el populista del grupo. Su adaptabilidad le hizo sobrevivir en medio de la batalla, pactando con unos y otros y benefici¨¢ndose de su popularidad en unas bases que valoraban m¨¢s su dedicaci¨®n a las agrupaciones locales que sus inclinaciones privadas. Nadie le acusa directamente de ning¨²n delito, pero utilizar la tarjeta de cr¨¦dito asociada a un cargo institucional para pagarse juergas es m¨¢s de lo que cualquier partido puede tolerar. Se resiste a dejar su esca?o de senador porque no quiere renunciar al aforamiento en el caso en que sea procesado. Dado que lo que se investiga es una trama de supuesta corrupci¨®n policial relacionada con la prostituci¨®n y el tr¨¢fico de drogas, es dif¨ªcil imaginar un uso m¨¢s perverso de ese privilegio. Arag¨®n se ha convertido para el PSOE en un escaparate de lo peor de su pasado. Queda por saber si las claves de lucha interna volver¨¢n a imperar a la hora' de meter la basura bajo la alfombra.
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