La feria de Londres lucha por hacerse un hueco en el mercado
"El arte abstracto puro no funciona bien", dice el galerista Mathew Flowers
Damien Hirst, y la breve cuadra de j¨®venes artistas pl¨¢sticos brit¨¢nicos que han seguido de alguna forma sus pasos, es el mayor gancho en Art 97. La novena edici¨®n de la feria de arte contempor¨¢neo de Londres se inaugur¨® el mi¨¦rcoles con renovados deseos no s¨®lo de mera supervivencia, sino de hacerse un hueco entre las grandes. La tarea no es sencilla.Un paseo por el agradable edificio que acoge la muestra, el Business Design Centre, en Islington, el barrio del norte de Londres donde vive el l¨ªder laborista Tony Blair, muestra con toda crudeza lo cerca que est¨¢ el arte actual -al menos el que se exhibe en Art 97- de la mera decoraci¨®n de interiores. En Islington, el visitante puede admirar desde una ins¨ªpida pintura de Hirst -Beautiful handsome paintig, puesta a la venta al precio de 24.000 libras- hasta el ¨²ltimo grito en mobiliario para ba?os.
Estrictas y recargadas piezas de decoraci¨®n, junto a la obra del ¨²ltimo descubrimiento art¨ªstico de la temporada, el galardonado artista Douglas Gordon, ¨²ltimo premio Turner que se concede a los j¨®venes valores pl¨¢sticos. Arte y negocio coexisten aceptablemente en Art 97. Este a?o no ha vuelto a repetirse la iniciativa del pasado, cuando un pu?ado de galer¨ªas extranjeras expuso aqu¨ª los trabajos de sus artistas. Ni siquiera est¨¢n todos los grandes brit¨¢nicos. Las galer¨ªas Waddington y Anthony d'Offay no se han tomado la molestia de alquilar espacio en Islington. ?Razones? Hay quien opina que la falta de coleccionistas y aut¨¦nticos -o quiz¨¢ arriesgados- amantes del arte en el Reino Unido ha terminado por desilusionarles.
"La mayor¨ªa de nuestras ventas son al extranjero, especialmente Am¨¦rica", se?ala Daniela Gareh, de la galer¨ªa White Cube, donde se exhibe Damien Hirst. Las cifras que arroj¨® la edici¨®n del a?o pasado (30.000 visitantes, 2,5 millones de libras de ventas) son extremadamente modestas si se comparan con la rutilante Arco de Madrid o las grandes ferias de Par¨ªs y Chicago.
Valores nuevos
Organizadores y artistas se quejan de la falta de esp¨ªritu coleccionista en la sociedad brit¨¢nica. Los elegantes caballeros y damas que paseaban con aire de expertos el d¨ªa de la inauguraci¨®n -Annabel Heseltine, hija del viceprimer ministro Michael Heseltine, entre ellas- se lo piensan dos veces antes de apostar una libra por los valores nuevos. Los Douglas Gordon, Gary Hume o Anish Kapoor que cuelgan de las provisionales paredes del Business Design Centre tienen un limitado mercado, a juzgar por la opini¨®n de galeristas como Mathew Flowers, due?o de Flowers East y uno de los grandes beneficiarios en las ventas de la edici¨®n del a?o pasado. "El arte abstracto puro no funciona bien. Ni tampoco estas complicadas cosas contempor¨¢neas", explicaba Flowers en unas declaraciones a la prensa londinense.El p¨²blico est¨¢ necesitado tambi¨¦n de un poco de originalidad. Hab¨ªa que ver los grupos de curiosos que se arremolinaban en el espacio de la galer¨ªa White Cube para comprobar los efectos deformantes de un espejo c¨®ncavo de vinilo, sensaci¨®n de la feria, realizado por Wyn Evans. Inverse, reverse, perverse -t¨ªtulo de la obra m¨²ltiple- se vende por 10.500 libras y, seg¨²n la encargada de la exposici¨®n, ha sido un ¨¦xito.
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