"El futuro del pa¨ªs est¨¢ en las urnas, no en la calle"
Vuk Draskovic, de 50 a?os, barba negra, pelo revuelto; cristiano y mon¨¢rquico; activista contra las guerras en Bosnia-Herzegovina y Croacia; l¨ªder del Movimiento de Renovaci¨®n Serbio (MRS), es el opositor por excelencia al r¨¦gimen de Slobodan Milosevic. Sufri¨® c¨¢rcel y torturas en 1993. Es una de las tres cabezas visibles de Zajedno (Unidos). Aspira, como su compa?ero de coalici¨®n Zoran Djindjic, a ser presidente de Serbia. En su despacho de la calle de Kneza Mihaila, el manifest¨®dromo de Belgrado, bajo un bello icono, asegura que no desea la c¨¢rcel para Milosevic y que en Serbia es necesaria una figura integradora como el Rey de Espa?a.Pregunta. ?Aspira usted a ser presidente de Serbia, o cree, como dijo el otro d¨ªa, que su tiempo ha pasado? ?Estar¨ªa dispuesto a ceder el cargo de primer ministro a Djindjic?
Respuesta. No es una cuesti¨®n personal. Es de estrategia. Habr¨¢ que elegir de entre nosotros al que tenga m¨¢s posibilidades de derrotar al candidato socialista. La l¨®gica impone que ¨¦ste sea el del partido m¨¢s fuerte de Zajedno [en las ¨²ltimas elecciones fue el MRS]. Hubo un acuerdo de caballeros para apoyar a Djindjic como candidato a la alcald¨ªa de Belgrado y a m¨ª como candidato a la presidencia de Serbia. En caso de vencer, nombrar¨ªa a Djindjic primer ministro del Gobierno.
P. La envergadura de las protestas ha sorprendido a todos y, por lo visto, a Milosevic. ?Les ha sorprendido tambi¨¦n a ustedes?
R. A m¨ª, no. Cre¨ªa en una catarsis. Lo que tenemos en las calles es gente que no quer¨ªa la disoluci¨®n de Yugoslavia, que estaba en contra de la guerra durante la guerra.
P. La coalici¨®n apoya ahora los acuerdos de Dayton, ?cost¨® mucho el acuerdo?
R. Fue m¨¢s f¨¢cil de lo que hab¨ªa pensado. Era uno de los puntos que nos separaban. La victoria de las fuerzas dem¨®cratas en Serbia ser¨¢ c¨®mo un virus que muy pronto afectar¨¢ a Bosnia y a Croacia, facilitando la salida de los pol¨ªticos que provocaron la guerra. Despu¨¦s, estoy seguro de que llegaremos a un acuerdo que permita la aplicaci¨®n total y real de Dayton.
P. ?Fue la guerra un error de Milosevic o colectivo?
R. El crimen es personal y la responsabilidad tambi¨¦n.
P. ?Incluye a Milosevic?
R. Depende de los jueces de La Haya.
P. Ha habido en los ¨²ltimos d¨ªas dos muertos en Kosovo. ?Podr¨ªa tener Milosevic la tentaci¨®n de agitar ese polvor¨ªn para erigirse de nuevo en gran salvador?
R. Es posible, desde luego, que intente resolver la crisis electoral en Serbia creando una en Kosovo.
P. ?C¨®mo van a desalojar a Milosevic del poder?
R. Queremos que reconozca primero todos los resultados de las
elecciones de noviembre. Despu¨¦s parar¨ªamos las protestas e iniciar¨ªamos negocia ciones con ¨¦l sobre la liberaci¨®n de los medios y las condiciones democr¨¢ticas de las elecciones en diciembre. Su futuro debe ser resuelto en las urnas, no en la calle.
P. ?Es ahora, en su debilidad, m¨¢s peligroso que nunca?
R. S¨ª. Es un boxeador noqueado que lanza golpes incontrolables.
P. ?Es la oposici¨®n una amalgama de intereses diferentes que confluyen en el frente anti-Milosevic -dem¨®cratas, liberales, mon¨¢rquicos, nacionalistas- molestos con la paz de Dayton?
R. La situaci¨®n es similar a la transici¨®n espa?ola. Lo que nosotros necesitamos es un don Juan Carlos como el suyo. Y lo tenemos. Se llama el pr¨ªncipe Alexandr. Si ganara las elecciones, devolver¨ªa la nacionalidad a la familia real y convocar¨ªa un refer¨¦ndum para que el pueblo decidiera entre monarqu¨ªa parlamentaria o rep¨²blica.
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