Saduceos
El nacionalismo es un sentimiento muy noble y lleno de trampas mortales. A veces adopta un car¨¢cter religioso. En este caso sus dioses se manifiestan en la cima de algunos montes de la patria o se esconden en el Rh negativo de sus fieles, esto es, en cualquier Sina¨ª o en la sangre de cierta clase de monos. En ocasiones este sentimiento se expresa a trav¨¦s de palabras rom¨¢nticas: libertad, independencia, raza o destino, palabras que calientan el coraz¨®n y que so n todo y nada. De cualquier modo, el nacionalismo radical, en algunas personas, equivale a una infecci¨®n o inflamaci¨®n grave de tejidos vitales., Cuando este sentimiento toma un car¨¢cter religioso los l¨ªderesi nacionalistas ejercen la pol¨ªtica, como sacerdotes, que a su vez pueden ser saduceos, escribas o, fariseos. Tambi¨¦n los guardianes de ese t¨®tem sagrado son conoc¨ª dos como soldados o asesinos patriotas, terroristas o ejecutores lit¨²rgicos de sacrificios humanos seg¨²n de qu¨¦ lado del alta se les contemple. Puesto que s trata de religi¨®n y de pol¨ªtica saducea, me planteo la siguiente trampa: ?cu¨¢ntos terroristas tiene que haber en la c¨¢rcel para que en lugar de presos se les con sidere prisioneros? Si el nacionalismo radical es una infecci¨®n grave, ?que sucede cuando a un tejido tan inflamado y febril se aplica el bistur¨ª? Los saduceo eran expertos en formular preguntas cuyas respuestas.llevaba todas a un callej¨®n sin salida. Por ejemplo: ?debe ser eficaz polic¨ªa en el Pa¨ªs Vasco contra los terroristas? Si no lo es se acusada de estar en connivendo con ellos. Pero si se convirtiera e una maquinaria perfecta de capturar etarras, no s¨®lo a los que atan, sino tambi¨¦n a los que gritan "Gora ETA", pronto las c¨¢rceles de Espa?a ya no podr¨ªan albergar a tantos presos o prisioneros. Y un d¨ªa se recibir¨ªa la llamda de Jimmy Carter anuncianda su visita. Si es cierto que las infecciones no se operan en el quir¨®fano, se puede pensar que en el Pa¨ªs Vasco ha llegado la hora de la pol¨ªtica o de los antibi¨®ticos, auque ¨¦stos se administren por los sacerdotes como sacramentos.
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