?Y los parados?
Una de las pocas verdades vendidas por el se?or Aznar es la disminuci¨®n del n¨²mero de parados en Espa?a, pero lo que no dice el se?or Aznar son las causas.Una de las conocidas y esgrimidas por todos los Gobiernos anteriores y por los que vendr¨¢n son las coyunturales, es decir, las ocasionadas por las temporadas tur¨ªsticas.
Pero hay una causa bastante desconocida y que avergonzar¨ªa a cualquier Gobierno con verg¨¹enza: la emigraci¨®n.
La famosa, multitudinaria y triste emigraci¨®n de los a?os cincuenta-sesenta, principalmente a Alemania, no es en la actualidad ¨²nicamente un bochornoso recuerdo, sino una desconsolada realidad de nuestros d¨ªas. Lo que antes fue Alemania ha pasado a ser Francia, B¨¦lgica, Reino Unido, etc¨¦tera. Y es precisamente aqu¨ª, en el Reino Unido, en ciudades como Londres, Manchester o en la norte?a Edimburgo, donde m¨¢s palpable es esta realidad.
En Edimburgo, capital tur¨ªstica de la vieja y verde Escocia, es constatable el cambio acaecido en los ¨²ltimos a?os.
Al sempiterno grupo de estudiantes llegados para aprender o mejorar su nivel de ingl¨¦s se le a?ade ¨²ltimamente un cada vez m¨¢s nutrido grupo de j¨®venes y no tan j¨®venes desalentados por la falta de perspectivas laborales en su pa¨ªs, que llegan a este bonito rinc¨®n de Europa buscando un casi siempre dif¨ªcil futuro.
Al l¨®gico efecto desestabilizador del desarraigo se unen otros, como el lenguaje, la cultura y las costumbres, la carest¨ªa de vida en un pa¨ªs de primera velocidad europea, la falta de nuestro sol, nuestras playas, nuestro ambiente, etc¨¦tera. Pero nada de ello desanima a estos "exiliados econ¨®micos" a la hora de sopesar en la balanza la situaci¨®n en Espa?a o la emigraci¨®n.
Por contra, es aqu¨ª donde la solidaridad laboral, que no puede existir en Espa?a por la precariedad, se respira y se disfruta. El trabajo pasa de mano en mano, siempre hay "otro espa?ol" reci¨¦n llegado a quien ayudar, siempre hay una habitaci¨®n que deja uno para que la habite otro, siempre hay una informaci¨®n que pasar; en suma, lo que podr¨ªa llamarse gueto se convierte en camarader¨ªa y apoyo ante unas dificultades comunes. A todos ellos les une lo mismo: morri?a y enfado de no tener oportunidades en su propio pa¨ªs.
?Se ha preguntado el se?or Aznar por qu¨¦ ning¨²n europeo emigra a Espa?a? Pi¨¦nselo, y cuando encuentre la soluci¨®n y la ponga en pr¨¢ctica, todos ellos, Sulamita, Pep¨®n, Rosa, Manolo... todos, volver¨¢n, y esta vez no s¨®lo para Navidad.-
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