Serrat arrasa en La Habana tras diez a?os de ausencia en Cuba
"Mis canciones traen un mensaje de tolerancia", dice el artista
Joan Manuel Serrat subi¨® el domingo pasado al escenario del teatro Carlos Marx de La Habana despu¨¦s de diez a?os de ausencia y arras¨®. Cuando Serrat sali¨® a escena, 6.000 personas abarrotaban los pasillos y las escaleras del local convertidos en verdaderas gradas. El cantante afirm¨® que sus canciones tra¨ªan "un mensaje de tolerancia y pluralidad, en favor de la inteligencia y el progreso".
Cientos de cubanos hab¨ªan hecho cola durante varios d¨ªas y algunos hasta hab¨ªan dormido a las puertas del teatro para conseguir unas localidades de platea para el concierto. El p¨²blico, en su mayor¨ªa joven, arrop¨® al cantante durante toda la noche, que comenz¨® con Hoy puede ser un gran d¨ªa y acab¨®, despu¨¦s de varios bises, con Fiesta.El artista catal¨¢n no quer¨ªa que su visita ni sus canciones fueran manipuladas ni malinterpretadas por nadie en Cuba. "He venido a cantar a unas mujeres y unos hombres que est¨¢n en un lugar determinado, que son c¨®mplices y gozan con mis canciones", declar¨® Serrat antes del espect¨¢culo. El cantante fue invitado a la isla por la empresa tur¨ªstica Cubanacan y el Instituto Nacional de la M¨²sica, y la recaudaci¨®n del dinero de las entradas ser¨¢ donada para el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, que organiza la Uni¨®n de J¨®venes Comunistas.
Serrat, que ofreci¨® tres conciertos, el primero en la playa de Varadero, y los otros dos en La Habana, uno el domingo y otro ayer, lunes, afirm¨® que sus canciones tra¨ªan "un mensaje de tolerancia y pluralidad, en favor de la inteligencia y el progreso".
La gira del espect¨¢culo que present¨® en La Habana, A vuelo de p¨¢jaro, comenz¨® el 12 de octubre de 1996 en el James L. Knight Center de Miami.Tambi¨¦n all¨ª una gran parte del p¨²blico era cubano. "Con el pueblo cubano tengo una relaci¨®n de afecto y complicidad y no tengo ninguna discrepancia", dijo Serrat a su llegada a La Habana. En el teatro Carlos Marx hubo afecto y complicidad a raudales, y en algunos casos, risas interiores, como cuando, al presentar un tema, Serrat brome¨® con lo que el paso del tiempo puede hacer con las canciones, con los trajes y con las cosas. "Si nos queda mal ahora, no hay que pensar que el traje est¨¦ pasado de moda, sino que, a lo mejor, el que est¨¢ pasado de moda es uno", dijo con iron¨ªa el cantante, que fue interrumpido por los aplausos del p¨²blico.
Fueron 26 canciones que recorrieron sin orden cronol¨®gico toda su discograf¨ªa, desde su primera canci¨®n en castellano, La paloma, hasta temas como Ni?o silvestre, Benito o Bendita m¨²sica, de su ¨²ltimo disco, Nadie es perfecto. Los cubanos Amaury P¨¦rez Vidal y Carlos Varela le acompa?aron en dos trabajos del elep¨¦ En tr¨¢nsito.
Los espectadores, pese a que en -su mayor¨ªa eran muy j¨®venes, parec¨ªan saberse todas las canciones, y de ah¨ª que muchos cantasen en susurros o en alta voz con Serrat. Hab¨ªa hippies con collares de santo y j¨®venes vestidos al modo americano, y tambi¨¦n estaba el diputado del PSOE Luis Y¨¢?ez y una delegaci¨®n del Parlamento catal¨¢n presidida por su presidente, Joan Revent¨®s.
Los j¨®venes se mezclaron con naturalidad con algunos cubanos maduros y vividos que hab¨ªan asistido al primer concierto que Serrat dio en Cuba en 1972. Fue en el teatro Amadeo Rold¨¢n, cuando a¨²n estaba vivo Franco y el cantante era un s¨ªmbolo de resistencia y lucha contra la opresi¨®n. Pero ahora corr¨ªan otros tiempos y una muestra de ello es que algunos cubanos pagaron cinco d¨®lares (660 pesetas) por una entrada de reventa en la puerta, para ver a Serrat en platea, diez a?os despu¨¦s de su ¨²ltima actuaci¨®n.
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