Salzburgo en inviemo
Entre el 24 de enero y el 2 de febrero se, est¨¢ celebrando en Salzburgo la tradicional Mozartwoche, la cita seguramente m¨¢s intimista y mozartiana de cuantas propone anualmente la ciudad natal del autor de La flauta m¨¢gica. En los d¨ªas que arropan la fecha del nacimiento de Mozart (27 de enero), Salzburgo refuerza una vez m¨¢s sus se?as de identidad musicales. El plato fuerte de la presente edici¨®n es la ¨®pera seria Mitridate, re di Ponto, estrenada en Mil¨¢n cuando Mozart ten¨ªa 14 a?os y cuyo libreto se inspira en un texto de Racine. No todos los a?os se representa ¨®pera en la Mozartwoche. La anterior data de 1993, un Lucio Silla lleno de sugerencias. Ahora, Mitridate ha vuelto a despertar las expectativas que cada nuevo Mozart genera en Salzburgo.Roger Norrington ha optado por dar ligereza y vitalidad al tempo musical. "Mozart virtualmente nunca escribi¨® m¨²sica lenta. Muchos no acaban de comprender que andante o adagio no son indicaciones de ¨¦xtasis, sino de movimiento", ha afirmado el director ingl¨¦s. A ello Jonathan Miller, el conocido transgresor de Rigoletto, ha correspondido con una versi¨®n esc¨¦nica de gran sobriedad y desnudez, en que el tratamiento teatral est¨¢ m¨¢s cercano a Shakespeare o al mundo oriental que a la b¨²squeda desesperada de efectos para suplir una posible monoton¨ªa recitativo-aria. La utilizaci¨®n de la luz acent¨²a la poes¨ªa, los cantantes (Kasarova, Ford, Sieden) ofrecen una realizaci¨®n sin pirotecnia en las coloraturas pero de l¨ªnea mel¨®dica estilizada, y en conjunto el espect¨¢culo resulta una pintura de figuras en un paisaje interior con el color de la m¨²sica como c¨¢lido acompa?ante de un viaje necesariamente de invierno.
No hay pues esta vez esc¨¢ndalo en la escena, de no ser que ¨¦ste venga por el rechazo a la atemporalidad o la abstracci¨®n ambiental, como si Mozart necesitase de una historia de romanos paralela para que se pueda percibir la esencia de su Mitridate. En Hazlett el ego¨ªsta, encantandor conjunto de disgresiones sobre literatura inglesa publicado en 1935, Adolfo Salzar comentaba la profanaci¨®n que para algunos cr¨ªticos supuso una representaci¨®n de Hamlet con el personaje protagonista en pijama. "Hamlet es demasiado buena literatura para no poder soportar esta prueba", dec¨ªa Salazar. Evidentemente, Mitridate no aparece en pijama, pero la reconstrucci¨®n de esta ¨®pera atiende m¨¢s al aspecto teatral de alcance universal que al historicismo a ultranza.
Salzburgo no se limita, en cualquier caso, a la Mozartwoche, que a¨²n cuenta esta misma tarde con Harnoncourt y el Concertgebouw de Amsterdam, y ma?ana con el tercero de los conciertos de la Fil¨¢rm¨®nica de Viena (con Alfred Brendel, nada menos; el primero fue con Maria Joao Pires). Salzburgo es, sobre todo, un para¨ªso para los amantes de la m¨²sica de c¨¢mara. Est¨¢ tan f¨¢cilmente al alcance del o¨ªdo que hasta empresas audiovisuales tan poderosas como Unitel prefieren grabar ahora el Octeto de Schubert a cualquiera de las ¨®peras programadas para el verano, no s¨¦ si como un signo de nuevas tendencias o como reflejo del contagioso ambiente de sosiego que se respira.
La ciudad de Mozart sigue llorando la reciente muerte de S¨¢ndor V¨¦gh, un m¨²sico aqu¨ª venerado y al que indirectamente su Camerata Acad¨¦mica ha homenajeado con una transparente y magn¨ªficamente articulada versi¨®n de Mitridate. Pero en estos d¨ªas de invierno, Salzburgo invita especialmente al paseo y la conversaci¨®n. Desplazarse hasta el Steintheater de Hellbrunn, el escenario natural en la roca ideal para representar a Monteverdi y donde de hecho se pudo escuchar Orfeo por primera vez al norte de los Alpes, es una declaraci¨®n de principios. Como lo es tambi¨¦n dejarse llevar por los recuerdos compartidos de los aficionados de siempre cuando, en el ambiente tranquilo de los caf¨¦s, evocan con emoci¨®n aquel ensayo de Richter en el Frohriburg o aquel recital de Benedetti-Michelangeli en el Mozarteurn.
Ajena a los desorbitados montajes tur¨ªstico-culturales o a los pulsos de poder art¨ªstico de otras ¨¦pocas del a?o, la ciudad de Salzburgo muestra en estas fechas el peso espec¨ªfico de la ense?anza musical o la tradici¨®n hist¨®rica como facto res clave para garantizar una vida musical cotidiana de fuste. E incluso est¨¢ abierto a la sor presa. Imag¨ªnense: una noche me sugirieron ir a una actuaci¨®n de jazz. ?De jazz? Las im¨¢genes de El malogrado de Thomas Bernhard saltaron como un rel¨¢mpago a mi memoria. ?Y si apareciese Gulda? En verano ser¨ªa imposible, pero en invierno, qui¨¦n sabe.
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