El mundo de la canci¨®n rusa
En muy pocos a?os, el nombre del bar¨ªtono Dimitri Hvorostovsky (Krasnoiarski, Siberia, 1962) se ha impuesto en el campo de la ¨®pera y el recital y, sobre todo, a trav¨¦s de algunas grabaciones discogr¨¢ficas estelares como la de La traviata. Triunfos como el de Guerra y paz, en San Francisco; Eugenio Onieguin, en Venecia; Don Juan, en Salzburgo, o Don Carlos, en Mil¨¢n, afianzan el prestigio de un cantante y m¨²sico que a su buena voz une una excelente t¨¦cnica.Su presentaci¨®n en el cielo lieder¨ªstico de La Zarzuela la ha hecho con un programa valiente: una parte consagrada a las extraordinarias. canciones de Rashmaninov y una segunda, casi descubridora en Madrid de la personalidad de Iuri Sviridov (Fatez, Kursk, 1915), disc¨ªpulo de Shostakovich y heredero de alguno de sus rasgos conceptuales y procedimentales.
Ciclo de 'lieder'
D. Hvorostovsky, bar¨ªtono, y M. Arkadiev, piano. Obras de Rasmaninov y Sviridov. Teatro de La Zarzuela. Madrid, 29 de enero.
El ciclo Rusia lanzada a la deriva, sobre poemas de Sergei A. Esenin (1895-1925) entronca m¨¢s con Mussorsgki y el inmediato Shostakovich que con el cosmopolita Rashmaninov.
Desde el primer lied (Oto?o) hasta el ¨²ltimo (Patria m¨ªa) ,canta Sviridov los grandes sentimientos partiendo muchas veces de ¨ªntimas impresiones: el silencio, el bosque de enebros, la casa natal, las hojas humedecidas por la lluvia y el resplandor del lucero.
Hvorostovsky penetra hasta el ¨²ltimo rinc¨®n de los pentagramas, que canta excelentemente asistido por su colaborador, el pianista moscovita Mijail Arkadiev, de inusitada brillantez pl¨¢stica y dramaturgia.
El d¨²o result¨® perfecto, y ya en 10 melod¨ªas de Rasmaninov (autor al que los comentaristas se empe?an en perdonarle la vida y discutirle su vena creadora) dej¨® huella en el ¨¢nimo de todos. El clima de adhesi¨®n se convirti¨® en cascada de entusiasmo despu¨¦s del aria de Don Carlos, dada como propina y antes de la canci¨®n napolitana Catar¨ªs a?adida luego.
La presentaci¨®n aqu¨ª del bar¨ªtono ruso le abre, lo mismo que en tantas otras ciudades, las puertas del futuro y le asegura el favor del p¨²blico.
Babelia
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