Ajusticiado en varas
, El cuarto novillo fue ajusticiado en varas. Como si lo hubiesen acribillado en el pared¨®n, como si le hubieran dado el paseo tir¨¢ndole por un acantilado. El novillo, bonito de tipo, gir¨®n de capa y bravo, se arranc¨® al caballo y aprovechando que su recrecida codicia lo enredaba en el peto descomunal, el individuo del castore?o le dio le?a cuanto le vino en gana, le dio hasta en el carn¨¦ de identidad, le dio para que se arrepintiera de haber nacido.Ver a su merced, encelado e indefenso, al pobre animalito, el individuo del castore?o vot¨® en la silla, se aup¨® sobre los estribos y hundi¨® la puya donde le ven¨ªa en gana. Al salir de aquello, el novillo iba dando tumbos, peg¨® una voltereta, hubieron de levantarlo tir¨¢ndole del rabo, se volvi¨® a desplomar y pareci¨® que hab¨ªa rodado sin puntilla.
Ojeda / Zurano, Vega, Poli
Novillos de Francisco Ojeda -3? devuelto por inv¨¢lido-, bien presentados, flojos, encastados.Tom¨¢s Zurano: golletazo (silencio); dos pinchazos bajos, media y dos descabellos (silencio). Mari Paz Vega: estocada trasera ca¨ªda y rueda de peones que tira al novillo (oreja); pinchazo, espadazo infamante en un costado y rueda de peones (vuelta). El Poli: aviso antes de matar, estocada corta atravesada y rueda de peones (silencio); estocada corta (silencio). Plaza de Valdemorillo, 5 de febrero. 2? corrida de feria. Lleno.
Concluida la carnicer¨ªa, el individuo del castore?o se fue de rositas porque al p¨²blico el toro y su lidia le tra¨ªan sin cuidado. Al p¨²blico que hoy llena las plazas las suertes del toreo y la fiesta misma no le importan en absoluto y su ¨²nica pretensi¨®n es aplaudir, que haya orejas, si es posible tambi¨¦n risas, sentirse copart¨ªcipe de un suceso triunfal, marcharse pronto y si te he visto no me acuerdo.
Los aficionados son distinto asunto, pero ¨¦sos no est¨¢n. Dicen los taurinos que los aficionados presentes en cualquier corrida cabr¨ªan en un autob¨²s. Y es verdad. Ahora bien, con los ausentes se llenar¨ªan todas las plazas y m¨¢s que hubiera, s¨®lo que los propios taurinos los han echado de ellas con sus tropel¨ªas y ya no quieren volver. Esta fiesta absurda y degradada no les interesa. Esta fiesta absurda, degradada y aburrida es la verg¨¹enza nacional.
Desde que la fiesta existe el p¨²blico que acud¨ªa a las funciones -con sus conocimientos, su talante, su exigencia y su ¨¦tica- siempre fue reflejo exacto de la sociedad civil en cada momento. Luego, si sigue siendo as¨ª, estamos arreglados.
Al novillo ejecutado Tom¨¢s Zurano le dio pases y su conjunto fue similar al que logr¨® en el anterior, que estaba inv¨¢lido. Es decir: un tost¨®n. El Poli tampoco consigui¨® cuajar suertes hondas, ni art¨ªsticas, ni siquiera bonitas a los que le correspond¨ªan, ambos nobles y encastados.
Uno se pregunta qu¨¦ querr¨¢n, que esperan del toreo estas j¨®venes promesas, incapaces de cortarles las orejas a unos novillos inofensivos. Un novillero sol¨ªa ser como Mar? Paz Vega, que sali¨® a por todas y ech¨® las rodillas a tierra y se arrim¨® y sac¨® pases, no precisamente exquisitos aunque s¨ª recios y voluntariosos. Y tuvo por eso premio.
Bien es verdad que hubo en la plaza bastante favoritismo con Mari Paz Vega, incluso cuando al sexto novillo le ensart¨® un horrendo espadazo por cerca de la barriga. Daba la vuelta al ruedo y algunos espectadores quer¨ªan justificarlo: "Es mujer y se le debe perdonar". A ver por qu¨¦, proced¨ªa preguntarles. Claro que al p¨²blico actual no se le puede. preguntar nada. El p¨²blico actual ni sabe, ni quiere saber, ni le importa que rajen a los toros. Ni los propios toros le importan. Con solazarse en el triunfalismo se da por satisfecho.
Babelia
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