El Betis esper¨® hasta el final

Casi todo menos el Betis jug¨® a favor del Betis. En uno de sus m¨¢s flojos partidos de la temporada, el equipo de Serra Ferrer tuvo que sudar para doblegar a un rival muy puesto en el terreno, serio, disciplinado y con una ilusi¨®n tremenda por no defraudar. El Betis, como ocurriera en el duelo copero con el Tenerife, reserv¨® los goles para los ¨²ltimos minutos. El fin de fiesta. El ¨²nico equipo de la categor¨ªa que ha marcado en todos los partidos se iba al descanso con el marcador in¨¦dito, pero con un punto de esperanza: Nadj se hab¨ªa lesionado y Finidi, que ocupaba plaza en el banquillo, empezaba a calentar.La salida del nigeriano fue desequilibrante. Era el ¨²nico que intentaba romper la roca dispuesta por Ortuondo en el centro del campo. Tambi¨¦n jug¨® a favor del Betis el colegiado Ansu¨¢tegui Roca. Perdon¨® la tarjeta roja directa a Roberto R¨ªos cuando como ¨²ltimo hombre agarr¨® a Silvani, que se iba solo a la porter¨ªa de Prats. Poco despu¨¦s, mostraba una riguros¨ªsima segunda tarjeta amarilla a Pineda y dejaba a los extreme?os con un futbolista menos. Los b¨¦ticos se beneficiaban del particular m¨¢s menos del ¨¢rbitro.

Con este panorama, los goles no tardar¨ªan en llegar. La superioridad num¨¦rica del Betis compensaba su inferioridad estrat¨¦gica. Serra entreg¨® el ala diestra a Ca?as y M¨¢rquez, pero a estos canteranos les faltaba chispa, imaginaci¨®n. La orquesta desafinaba por donde mejor ha sonado en la temporada: la defensa. Fallos inveros¨ªmiles de Vidakovic, de R¨ªos, de Jarni. La tarde de Alfonso fue punto y aparte y le puso el colof¨®n con un manotazo al bal¨®n que le vali¨® una tarjeta amarilla y le impedir¨¢ jugar el s¨¢bado en el Bernab¨¦u frente a su antiguo equipo. Un compa?ero de equipo declar¨® hacer un par de semanas que Alfonso era medio Betis. El caso es que con su discreta actuaci¨®n y la del resto de las l¨ªneas, el Betis era medio equipo.

Serra Ferrer dispuso a toda su artiller¨ªa pesada para intentar perforar la porter¨ªa de Navarro Montoya, el singular portero del Extremadura que sali¨® del Boca Juniors huyendo de Bilardo. La entrada de Sabas y de Pier fue decisiva, sobre todo la del primero. Sirvi¨® en bandeja a Alfonso y a Finidi los dos primeros goles. La grada coreaba su nombre, Sabas, aunque no hubiera marcado.

El Extremadura no baj¨® los brazos. El farolillo rojo no deslumbra, pero calienta, da un calorcito que se plasm¨® en el hermoso gol marcado por Dur¨¦, que acortaba distancias. De la presunta goleada se pasaba a un amago de emoci¨®n que volvi¨® a apagar Sabas cuando abri¨® un espacio imposible para que entrara Finidi y propiciara que Pier con la colaboraci¨®n de un contrario sentenciara el partido. Y convirtiera al Betis, en la ¨²nica alternativa fiable al gobierno autoritario del Madrid. Y el s¨¢bado se ven las caras, aunque sin Alfonso. O sea, sin medio equipo.