Muestrario siniestro
La maquinaria que rige el pensamiento colectivo de HB y sincroniza los movimientos de sus dirigentes se quebr¨® ayer en Mallabia (Vizcaya) mientras ETA mataba en Granada y se dispon¨ªa a hacerlo en Madrid. El eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la cadena termin¨® por romperse ante la perspectiva del ingreso en prisi¨®n, cuando la figura del preso ahorcado en la celda de Alcal¨¢ Meco Jos¨¦ Mar¨ªa Aranzamendi segu¨ªa estando omnipresente en ese mundo. Lo repitieron los desconcertados familiares del dirigente de HB que sigui¨® ayer los pasos del recluso de ETA: nada hac¨ªa presagiar que Eugenio Aramburu estuviera jugando con la idea del suicidio, nada permit¨ªa suponer que ayer ¨¦l fuera el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil.Ciertamente, dadas las circunstancias, quiz¨¢s no resulte gratuito suponer que la presi¨®n pol¨ªtica y social que conlleva pertenecer a la direcci¨®n de HB en estos momentos, la tentaci¨®n de emular el sacrifio del preso de ETA y el miedo y el cansancio mismo hayan tensado la soga en Mallabia.
Con su muestrario de im¨¢genes siniestras, diab¨®licamente concatenadas, la jornada de ayer ofreci¨® la prueba de c¨®mo la din¨¢mica que exige la inmolaci¨®n de los dem¨¢s en el altar de los objetivos propios arrastra tambi¨¦n a ese mundo hacia su propio despe?adero personal y colectivo. Sin necesidad de establecer un nexo org¨¢nico com¨²n, el asesinato del magistrado del Tribunal Supremo muestra, simplemente, que los activistas del comando Madrid han le¨ªdo r¨¢pidamente los mensajes en su deformado prisma de la realidad y se han puesto manos a la obra.Ayer, pese a su papel de verdugos en Granada y Madrid, las gentes de ETA-HB interiorizaron a fondo su condici¨®n de v¨ªctimas, un ejercicio subjetivamente imprescindible porque les permite exonerarse de toda culpa y equiparse en el sufrimiento. El dolor, sincero, por la muerte del preso de ETA y del dirigente de HB, se funde con el alivio de la responsabilidad propia y como tantas otras veces estalla enardecida en gestos y actos de reafirmaci¨®n colectiva.
La concatenaci¨®n de muertes producidas ayer es, claro est¨¢, resultado de una tr¨¢gica combinaci¨®n circunstancial pero ese hecho no impide atribuirle el car¨¢cter de sintom¨¢tico. El suicidio del preso Jos¨¦ Mar¨ªa Aranzamendi y el de Eugenio Aramburu, sin precedentes en la Mesa Nacional de HB pueden ser significativo del v¨¦rtigo que provoca la actual ofensiva emprendida por ese mundo. La suma de asesinatos y suicidios es, desde luego, sintom¨¢tica del grado de enfrentamiento anunciado por aquellos dirigentes de HB que presagiaron "un a?o muy duro".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.