Megaciencia
Aunque la expresi¨®n gran ciencia (en ingl¨¦s, big science) se usa con cierta frecuencia, no tiene m¨¢s que un significado descriptivo y no implica intr¨ªnsecamente una definici¨®n de una clase de ciencia. Es dif¨ªcil determinar con precisi¨®n el momento hist¨®rico en el que los programas de la gran ciencia entran a formar parte de las actividades programadas regularmente por las comunidades cient¨ªficas nacionales o internacionales. Algunos autores opinan que la d¨¦cada de los a?os cincuenta podr¨ªa ser la elecci¨®n l¨®gica. Fue en EE UU donde los pol¨ªticos decidieron que la guerra fr¨ªa requer¨ªa que este pa¨ªs fuera el l¨ªder en el desarrollo de la f¨ªsica de altas energ¨ªas, lo que significaba la construcci¨®n de grandes aceleradores de part¨ªculas. Sin embargo, a trav¨¦s de la historia se pueden encontrar algunos ejemplos con las caracter¨ªsticas de gran ciencia, la mayor¨ªa relacionados con expediciones.En los a?os cincuenta se vio claramente para la mayor¨ªa de los observadores que la ¨¦poca en la que la investigaci¨®n cient¨ªfica era una empresa individual hab¨ªa pasado a la historia. Se suelen distinguir dos tipos de gran ciencia. El primero requiere la construcci¨®n de grandes instalaciones, lo que representa inversiones en equipos muy costosos; en muchos casos, del orden de billones de pesetas. La constituci¨®n de la materia, el origen del universo, la formaci¨®n de las galaxias, estrellas y dem¨¢s cuerpos celestes, el origen de la vida y las propiedades de la materia condensada son algunos de los campos que requieren estas grandes instalaciones. Como ejemplos tenemos los grandes aceleradores de part¨ªculas, los telescopios y las sondas y observatorios espaciales.
El segundo tipo de ESA gran ciencia incluye grandes programas que requieren cooperaci¨®n a gran escala, investigaci¨®n multidisciplinar y una gran amplitud de problemas y temas a debatir. Como ejemplos de estos programas podr¨ªamos incluir el Programa Internacional de la Geosfera y la Biosfera (IGBP), el Programa de Investigaci¨®n del Clima a Nivel Mundial (WCRP) y el Programa del Genoma Humano.
Los cient¨ªficos, pero tambi¨¦n los contribuyentes en general, est¨¢n plenamente convencidos de que es precisa la cooperaci¨®n entre pa¨ªses para evitar la duplicaci¨®n de esfuerzos y el despilfarro de los escasos recursos disponibles. Por estos motivos, la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) estableci¨® en 1992 el Foro de la Megaciencia. El t¨¦rmino megaciencia fue adoptado para designar los esfuerzos de investigaci¨®n que, debido a su alto coste, complejidad e importancia cient¨ªfica, merecen una atenci¨®n especial de los contribuyentes y de los Gobiernos. El foro se re¨²ne dos veces por a?o. En la actualidad, los grupos de trabajo establecidos est¨¢n tratando temas tales como los problemas encontrados por los cient¨ªficos de todo el mundo para participar en los grandes programas e instalaciones, las nuevas fuentes de neutrones, la bioinform¨¢tica, la f¨ªsica nuclear, el observatorio de neutrinos en el mar profundo y los temas m¨¢s preocupantes a escala planetaria global.
Si se abandonara el concepto de megaciencia, algunas disciplinas cient¨ªficas quedar¨ªan condenadas a estancarse y no ser¨ªa posible la realizaci¨®n de lo que parece el objetivo com¨²n de la humanidad: compartir la responsabilidad de extender las fronteras del conocimiento. Seg¨²n dec¨ªa el f¨ªsico Alvin Weinberg, las grandes instalaciones cient¨ªficas actuales son s¨ªmbolos del mundo moderno, como las pir¨¢mides lo fueron del antiguo Egipto o las catedrales de la Edad Media, y las culturas que han dedicado demasiado tiempo de sus talentos a construir monumentos que nada tienen que ver con los temas reales del bienestar de la humanidad, normalmente han conocido malos momentos. Weinberg concluye que no debemos tener cortedad de miras con estos monumentos cient¨ªficos que nos distraigan del prop¨®sito real: el enriquecimiento de la vida humana.
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