Mucha ma?a
Cuando el forense observa el interior de un cr¨¢neo perforado por una parabellum, no ve sino una habitaci¨®n en la que se ha ido la luz. Pero cuando el que se asoma a ese agujero practicado en la nuca es un patriota, lo que contempla es un caser¨ªo lleno de gente feliz, ataviada con trajes regionales, y j¨®venes de mirada pura que entonan canciones en las que se exaltan las virtudes raciales de su pueblo. Despu¨¦s de esa visi¨®n, si uno no despega el ojo de la calavera, aparecen, de frente y de perfil, vitoreados por los ancianos y los ni?os, los generales del ej¨¦rcito de salvaci¨®n desfilando detr¨¢s de un animal (a veces, una cabra).Para edificar una patria no hace falta ning¨²n talento espec¨ªfico. Hay generales que con un pelot¨®n de fusilamiento y una f¨¢brica de caspa funcionando las 24 horas del d¨ªa han construido dominios que est¨¢n en los libros de texto y en las enciclopedias. Lo que se necesita es constancia, voluntad y, desde luego, mucha disciplina. Por eso, la patria, que en alg¨²n momento ha llegado a relacionarse con la ¨¦pica, es, en realidad, un g¨¦nero de incompetentes. Se levanta sin inspiraci¨®n, sin planos ni presupuestos, a base de colocar un cad¨¢ver sobre el anterior procurando no salirte de la l¨ªnea. Por no presupuestar, no se presupuestan ni los muertos, que unas veces son mil y otras un mill¨®n, depende del espacio que quieras ocupar en los fasc¨ªculos y del n¨²mero de estatuas que pretendas.
Hay gente que se asoma a un cr¨¢neo perforado y no encuentra m¨¢s que un cuarto fr¨ªo, con la chimenea apagada. Los buenos patriotas, sin embargo, ven un anticipo de la gloria. La obsesi¨®n de acertar en la nuca tiene su porqu¨¦: es desde donde m¨¢s perspectiva nacional ofrece el orificio. Para construir una patria, en fin, las ideas, en general, son un incordio, pero hace falta en cambio mucha ma?a.
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