El hambre destapa la lucha por el poder en Corea del Norte
J¨®ven¨¦s 'pragm¨¢ticos' y comunistas 'radicales' se enfrentan en Pyongyang cuando s¨®lo quedan alimentos para tres meses
El llamamiento que hizo un alto funcionario de Corea del Norte en la conferencia del Foro Econ¨®mico Mundial, celebrada el mes pasado en Davos, solicitando inversiones de capital privado en esta naci¨®n devastada por el hambre era s¨ªmbolo de una intensa lucha pol¨ªtica interna en Pyongyang. Pero tambi¨¦n coincid¨ªa con una profunda divisi¨®n en la Administraci¨®n del presidente Bill Clinton y en el Congreso de EE UU sobre si se ayuda a Corea del Norte a vencer el hambre por razones humanitarias, o se aprovecha el hambre para acelerar el fracaso del r¨¦gimen de Kim Jong II.El resultado de ambos debates internos de -los cuales el ¨²ltimo afecta directamente al primero- va a definir con toda seguridad no s¨®lo el futuro de Corea del Norte y de sus 24 millones de habitantes, sino tambi¨¦n la estabilidad del este de Asia en general. Evidentemente, los riesgos son inmensos para todos los implicados, incluido EE UU y sus intereses en el campo de la seguridad nacional; entre otras cosas, Washington mantiene todav¨ªa 37.000 soldados en Corea del Sur por debajo de la l¨ªnea de armisticio, 44 a?os despu¨¦s de Finalizada la guerra de Corea.
La incapacidad de Washington para continuar las constructivas medidas que puso en pr¨¢ctica el a?o pasado podr¨ªa desencadenar una cat¨¢strofe en la pen¨ªnsula coreana. Y el tiempo se acaba; a pesar del racionamiento, a Corea del Norte s¨®lo le quedan provisiones de alimentos para tres meses.
La agencia oficial de noticias de Corea del Norte, KCNA, ha anunciado que el pa¨ªs s¨®lo tiene la mitad de los cereales necesarios para alimentar a su poblaci¨®n (2,5 millones de toneladas en vez de 5 millones), un reconocimiento sin precedentes del alcance del hambre despu¨¦s de dos a?os de monstruosas inundaciones. Este c¨¢lculo fue confirmado en Washington por el director en funciones de la CIA, George J. Tenet. La Cruz Roja revel¨® que las raciones de comida en Corea del Norte han disminuido hasta un nivel cuatro veces inferior al que normalmente se considera esencial para una poblaci¨®n sana; las racione! diarias de cereales han pasado de 396 gramos a 99 gramos por persona (las raciones de, los campamentos de refugiados de la ONU en ?frica son de 623 gramos).
Andrew Natsios, ex administrador adjunto del Organismo para el Desarrollo Internacional de EE UU, y responsable de los programas para combatir el hambre durante la Administraci¨®n de George Bush, ha advertido: "Es evidente que Corea del Norte se est¨¢ quedando estancada en una crisis considerablemente m¨¢s grave que la que llev¨® a la muerte de un mill¨®n de personas en Etiop¨ªa entre 1984 y l985". Puede que hayan muerto decenas de miles de personas desde que empezaron las inundaciones, en 1995. Natsios record¨® que, cuando el hambre golpe¨® Etiop¨ªa, Ronald Reagan dio instrucciones de enviar alimentos a pesar de la dictadura asesina de Addis Abeba. "Un ni?o hambriento no entiende de pol¨ªtica", dijo el presidente.
En un acto de desesperaci¨®n, Pyongyang accedi¨® en la primera semana de febrero a aceptar 200.000 barriles de residuos nucleares de Taiwan a cambio de decenas de millones de d¨®lares (que podr¨ªan ascender a 230 millones de d¨®lares en los pr¨®ximos a?os), para comprar alimentos.
Adem¨¢s de la horrible perspectiva de una oleada de muertes masivas por inanici¨®n, el futuro pol¨ªtico de Corea del Norte tambi¨¦n est¨¢ en juego, y los alimentos forman parte de esta ecuaci¨®n. La muy acertada presencia del presidente Kim Jong II en Davos, la primera presentaci¨®n oficial de Corea del Norte en este foro capitalista, ten¨ªa un importante significado. Daba a entender que los moderados de Pyongyang, todav¨ªa prevalec¨ªan sobre los radicales que se oponen a todo contacto con el mundo exterior de acuerdo con los preceptos de autosuficiencia de amado l¨ªder Kim II Sung, que muri¨® en julio de 1994.
En la medida en que se pueden percibir las tendencias del r¨¦gimen herm¨¦ticamente cerrado y patol¨®gicamente represivo y reservado de Corea del Norte, muchos expertos extranjeros creen que Kim hijo, el querido l¨ªder, ha delegado importantes responsabilidades de planificaci¨®n pol¨ªtica a un grupo m¨¢s joven de comunistas moderados que creen que su pa¨ªs no puede sobrevivir eternamente en completo aislamiento en un mundo que cambia a marchas forzadas. Pero Kim Jong II todav¨ªa no ha sido nombrado secretario general del PC ni presidente de la naci¨®n, como su padre, aunque se espera que reciba estos cargos en abril y julio, respectivamente.
Selig Harrison, destacado experto estadounidense en asuntos de Corea del Norte, dice que "en el seno del r¨¦gimen se desarrolla un intenso conflicto pol¨ªtico entre un viejo sector ortodoxo y una generaci¨®n m¨¢s joven de pragm¨¢ticos partidarios de la reforma con una mayor orientaci¨®n cosmopolita" y que "Kim Jong Il desempe?a un papel mediador pero, por lo general, se le identifica con los pragm¨¢ticos".
Estos pragm¨¢ticos triunfaron el d¨ªa en que Corea del Norte, poco despu¨¦s de la muerte de Kim Sung II, accedi¨® a desmantelar sus reactores d¨¦ plutonio para armas nucleares a cambio de dos modernos reactores civiles fabricados en Corea del Sur y concesiones econ¨®micas y pol¨ªticas de EE UU.
Mientras los pragm¨¢ticos de Pyongyang segu¨ªan adelante con la pol¨ªtica de liberalizaci¨®n econ¨®mica, los radicales devolv¨ªan el golpe el pasado mes de septiembre enviando un submarino con un comando de saboteadores. Cuando emergi¨® en la costa surcoreana fue capturado. Una vez m¨¢s, la diplomacia estadounidense hizo el milagro cuando, tras una docena de reuniones secretas, convenci¨® a los norcoreanos de que presentaran sus excusas por el incidente.
Entretanto, la econom¨ªa norcoreana, que hab¨ªa retrocedido en un 30% desde 1990, ca¨ªa en picado, y el espectro del hambre segu¨ªa cirni¨¦ndose sobre el pa¨ªs. Hablando en t¨¦rminos pura y c¨ªnicamente pol¨ªticos, los pragm¨¢ticos, y es posible que Kim Jong II entre ellos, se enfrentaban a una derrota total a manos de los radicales si no eran capaces de conseguir comida. Dicho de otra forma, 24 millones de personas inocentes se han convertido en rehenes de la pol¨ªtica de Pyongyang y de Washington; y dicho llanamente, millones de personas pueden morir de hambre.
. ?Y cu¨¢les ser¨ªan las consecuencias de una victoria de los radicales? En t¨¦rminos generales, seg¨²n Selig Harrison, "se reforzar¨ªan los elementos ortodoxos entre los dirigentes norcoreanos. Aumentar¨ªan las disensiones internas, y eso invitar¨ªa a la manipulaci¨®n de los grupos de poder rivales de Pyongyang por parte de Corea del Sur, China, Jap¨®n y Rusia. El resultado final podr¨ªa ser una lucha civil que desemboque en enfrentamientos militares entre el Norte y el Sur, lo cual provocar¨ªa la intervenci¨®n de EE UU".
Si se pusiera fin a la crisis de alimentos y las consecuencias que se derivan de ella, se podr¨ªan reanudar las relaciones pragm¨¢ticas entre Corea del Norte y el resto del mundo. Esto, a su vez, podr¨ªa llevar con el tiempo a una soluci¨®n de "aterrizaje suave" para el problema de Corea del Norte. Supuestamente se parecer¨ªa a la relaci¨®n entre EE UU y China o Vietnam, con contactos econ¨®micos y culturales cada vez m¨¢s intensos y, alg¨²n d¨ªa, con un cambio radical del sistema. Al fin y al cabo, eso pas¨® en Europa del Este.
Sin embargo, por ahora, se impone la necesidad de que la Casa Blanca evite el desastre humano.Copyright 1997. Tad Szulc. Distribuido por Los Angeles Times Syndicate.
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