Kasp¨¢rov triunfa y da una leccci¨®n de pundonor

, El esp¨ªritu de lucha de Gari Kasp¨¢rov no decrece con la edad (33 a?os) y contrasta con la laxitud y falta de ambici¨®n y de profesionaldad que muestran algunas j¨®venes estrellas. Necesitado de una victoria frente a su ex alumno VIad¨ªmir Kr¨¢mnik en la ¨²ltima ronda del torneo de Linares para lograr el primer premio, el campe¨®n del mundo la consigui¨® tras exprimir una peque?a ventaja durante seis horas. Con una defensa numantina, Kr¨¢mnik (21 a?os) demostr¨® su capacidad para suceder al Ogro de Bak¨².La preparaci¨®n psicol¨®gica y t¨¦cnica de la partida debi¨® de ser muy dura para ambos. Alguien pas¨® cerca de la suite de Kasp¨¢rov a las 02.30 de la madrugada y oy¨® el t¨ªpico ruido de piezas que golpean en el tablero: Kasp¨¢rov y su analista, Yuri Dojoi¨¢n trabajaban duro. Como ocurre con K¨¢rpov, Kasp¨¢rov no concibe otro puesto al final de un torneo que no sea el primero, aunque se lo arrebate a un amigo.

Kasp¨¢rov, que acostumbra a llegar un par de minutos tarde, estaba como un clavo en su silla tres minutos antes de la hora hundiendo la cabeza entre las manos para buscar la m¨¢xima concentraci¨®n. Pero no pod¨ªa encontrarla, y adem¨¢s no le hizo gracia que Kr¨¢mnik, casi siempre puntual, no estuviera frente a ¨¦l cuando el ¨¢rbitro puso el reloj en marcha: El campe¨®n avanz¨® dos pasos su pe¨®n de dama y empez¨® a caminar por el escenario como un le¨®n enjaulado.

Por fin apareci¨® Kr¨¢mnik con el andar pausado y la habitual chaqueta roja que agranda a¨²n m¨¢s sus casi dos metros de estatura. Kasp¨¢rov le recibi¨® de pie y con una sonrisa limpia, sin falsas poses, un tratamiento que reserva para muy pocos. Su cara ya mostr¨® cierta sorpresa cuando Kr¨¢mnik no hizo lo que todo jugador hace al llegar tarde: rellenar con garabatos la planilla (fecha y nombre de los jugadores) y hacer r¨¢pido el primer movimiento para que el reloj deje de correr. En lugar de ello, el tranquilo rival del Ogro tom¨® el cartoncito que sirve para pedir con sumiciones, hizo una cruz en el ep¨ªgrafe "agua mineral con gas" y se lo dio a un miembro de la organizaci¨®n. Kasp¨¢rov le mir¨®, como diciendo: "?Qu¨¦ pachorra tiene este t¨ªo!".

Muy pronto, el campe¨®n pas¨® de la sorpresa al escozor mental: contrariamente a sus defensas usuales (india de rey o eslava), Kr¨¢mnik opt¨® por la nimzo-india, in¨¦dita en su repertorio. Es taba claro que ven¨ªa muy preparado contra la variante que Kasbajo realizado por ambos durante la noche anterior no hab¨ªa servido para nada. As¨ª empez¨® una larga lucha de maniobras en la que Kasp¨¢rov, que respeta a Kr¨¢mnik mucho m¨¢s que a otros, arriesg¨® bastante menos de lo que en ¨¦l es habitual. Pero no dej¨® de luchar ni un segundo en busca de una victoria esencial. En su caso, m¨¢s de uno hubiera firmado tablas a la espera de que una carambola en el coeficiente de desempate le diera el primer premio. Pero ¨¦l es de otra pasta; en eso, las j¨®venes estrellas deber¨ªan copiarle.

Clasificaci¨®n final