Los soldados del presidente
Nadie ha confirmado todav¨ªa que Felipe Gonzalez denunciara -en una reuni¨®n a puerta cerrada del Comit¨¦ Federal del PSOE- la entrega al PP de 25 millones de d¨®lares donados en secreto por Emilio Azc¨¢rraga, presidente de la empresa mexicana Televisa, asociada con Telef¨®nica y Televisi¨®n Espa?ola en la plataforma digital promovida por el Gobierno de Aznar. Nadie ha probado tampoco que ese obsequio de dinero para la campa?a electoral de 1996 sea un hecho cierto. Ni siquiera el diligente fiscal general del Estado, tan activo con el PSOE, ha emprendido acciones contra el PP. La ofendida negativa y la airada reacci¨®n de los dirigentes populares resultan perfectamente comprensibles; l¨¢stima que los porta voces del PP no den siempre ejemplo de cautela en sus acusaciones, tal y como acaba de suceder con su imprudente denuncia -por prevaricaci¨®n contra los inspectores de finanzas y por cohecho contra los gobernantes del PSOE- de una supuesta prescripci¨®n de 200.000 millones de deuda tributaria.El rumor de esa fantasmag¨®rica donaci¨®n multimillonaria llueve sobre las pr¨¢cticas de financiaci¨®n irregular partidista (al estilo de las operaciones del PSOE a trav¨¦s de Filesa), pero tambi¨¦n sobre las relaciones de Televisa con el PRI, la organizaci¨®n que gobierna M¨¦xico desde hace casi siete d¨¦cadas. En su documentado libro En la frontera del caos (Javier Vergara Editor, 1996), Andr¨¦s Oppenheimer rastrea los or¨ªgenes del conflicto de Chiapas, relata su encuentro en la selva con el subcomandante Marcos, indaga los asesinatos del candidato Luis Donaldo Colosio y de Jos¨¦ Francisco Ruiz Massieu, analiza la crisis financiera mexicana de diciembre de 1994 y explica el exilio del ex presidente Carlos Salinas y el encarcelamiento de su hermano Ra¨²l tras el ascenso de Ernesto Zedillo a la presidencia de la Rep¨²blica. Pero esta nueva obra del ganador del Premio Pulitzer de 1987 (calificada por Bob Woodward como "un espectacular trabajo de periodismo, investigaci¨®n y observaci¨®n") tambi¨¦n cuenta con pelos y se?ales la cena organizada en la casa del ex ministro de Hacienda Antonio Ortiza Mena el 23 de febrero de 1993, diez meses antes del levantamiento zapatista, para levantar fondos con destino a la campa?a presidencial del PRI de 1994.
Seg¨²n la minuciosa reconstrucci¨®n realizada por Andr¨¦s Oppenheimer de esa cena, Emilio Azc¨¢rrag¨¢ dobl¨® la petici¨®n inicial sugerida por Gerardo Borrego (presidente del PRI) y se ofreci¨® a donar 50 millones de d¨®lares por su "gran deuda de honor" con un Gobierno que le hab¨ªa hecho ganar "tanto dinero en los ¨²ltimos seis a?os". Televisa dispon¨ªa en esas fechas de cuatro de los cinco canales de la capital y del 95% de la audiencia de un pa¨ªs en el que la circulaci¨®n conjunta de la prensa apenas alcanzaba el 3% de la audiencia televisiva. Tras la victoria de Zedillo en las elecciones, Azc¨¢rraga proclam¨® que los hombres de Televisa eran "soldados del Presidente" de M¨¦xico.
Si ya es absurdo sostener que dos plataformas digitales constituir¨ªan en Espa?a un monopolio mientras que la plataforma ¨²nica garatizar¨ªa el pluralismo informativo, el historial de Televisa (socio de Telef¨®nica y Televisi¨®n Espa?ola en la plataforma gubernamental) hace todav¨ªa mas chocante la afirmaci¨®n. No menos sorprendente resulta que el nuevo director de Televisi¨®n Espa?ala fuese sancionado -consentencia firme de la Audiencia Nacional en 1992- por abusar de su autoridad como jefe de la inspecci¨®n tributaria para informarse , de la situaci¨®n fiscal de un adversario pol¨ªtico cuyo esca?o termin¨® ocupando en el Ayuntamiento madrile?o; su patosa broma seg¨²n la cual Jes¨²s Polanco no es del PSOE sino que el PSOE es de Jes¨²s Polanco revela que Fernando L¨®pez-Amor (ex militante del CDS) es fundamentalmente un soldado del Presidente.
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