"Pap¨¢ es introvertido y de pocas palabras"
El ¨²ltimo deseo de Deng era pisar Hong Kong, seg¨²n la biograf¨ªa escrita por su hija
"Pap¨¢ ten¨ªa otra aspiraci¨®n que todav¨ªa deb¨ªa ser materializada. Deseaba poner los pies en Hong Kong cuando China recuperara la soberan¨ªa, en julio pr¨®ximo. Dijo que aunque tuviera que visitar Hong Kong en una silla de ruedas, lo har¨ªa; aunque tan s¨®lo estuviera unos minutos en Hong Kong, estar¨ªa satisfecho. Por entonces, ¨¦l tendr¨ªa 93 a?os de edad. Nuestra familia cree que ser¨¢ capaz de visitar Hong Hong y haremos todo lo posible para satisfacer su deseo".As¨ª concluye Deng Maomao, la hija del l¨ªder chino, la descripci¨®n de la jornada del 9 de noviembre de 1987, el d¨ªa en que su padre pierde todos sus cargos oficiales en la jerarqu¨ªa china. Deng Xiaoping ha muerto sin poder materializar su ¨²ltimo sue?o.
Ese testimonio procede de Deng Xiaoping, mi padre, el libro publicado en China en 1993 por Deng Maomao y, en su versi¨®n inglesa, dos a?os despu¨¦s en EE UU. Maomao es la cuarta de los cinco hijos de Deng Xiaoping, y desde 1989 hasta ayer fue su ayudante personal y portavoz.
Maomao cuenta c¨®mo fue el almuerzo familiar de aquel 9 de noviembre de 1987. "Pap¨¢", escribe, "expres¨® su deseo de llevar la vida simple de un hombre com¨²n tras su jubilaci¨®n, de pasear libremente por las calles y hacer visitas aqu¨ª y all¨¢". Su nieta mayor, Mian Mian, dijo con una sonrisa: "El abuelo es verdaderamente un idealista". Horas despu¨¦s, materializada la retirada ante el Comit¨¦ Central del Partido Comunista de China, hubo una cena festiva en la casa de Deng, con abundante vino tinto. "Pap¨¢", recuerda Maornao, "sonri¨®. Llevaba, a?os prepar¨¢ndose para el retiro. Al fin, su deseo se hab¨ªa hecho realidad".
. La publicaci¨®n de Deng Xiaoping, mi padre viol¨® un viejo tab¨² chino seg¨²n el cual los familiares no deben escribir sobre un pariente, por importante que sea, mientras est¨¦ vivo. Maomao justific¨® as¨ª su decisi¨®n: "En este libro he escrito sobre la vida de un hombre que encarna una generaci¨®n de heroicos y longevos l¨ªderes. Lo que cuento cubre tan s¨®lo un corto periodo de tiempo en la historia, pero ese periodo es un importante eslab¨®n en la magn¨ªfica cadena de la historia china, que se prolonga desde hace miles de a?os".
Maomao se dirige en primer lugar a los j¨®venes chinos, para pedirles que no sucumban al materialismo y recordarles lo mucho que luch¨® la generaci¨®n de sus abuelos para levantar a China de su postraci¨®n. El libro relata, en un tono. m¨¢s bien ¨¢ulico:, el nacimiento de Deng en una aldea de la provincia de Sichuan, su educaci¨®n en Francia. en los a?os veinte, su trabajo revolucionario clandestino y su ascenso como dirigente militar, alto funcionario y, finalmente, l¨ªder del Partido Comunista Chino.
Con la excepci¨®n del relato del d¨ªa de la jubilaci¨®n de su padre, el libro se detiene cuando ¨¦ste camina por los cuarenta a?os. Deng todav¨ªa est¨¢ lejos de la conquista de la c¨²pula del poder en 1977 y de la reforma que introdujo en el r¨¦gimen chino al permitir una muy controlada introducci¨®n de la econom¨ªa de mercado y apertura a Occidente. Una apertura que quiso simbolizar con un gesto personal: en 1979 envi¨® a su hija Deng Maomao y su marido a trabajar en la Embajada china en Washington.
"Pap¨¢", escribe Maomao, "es introvertido. No es pretencioso y prefiere guardarse para s¨ª sus experiencias. Incluso su familia sabe poco de su pasado".
No obstante, de la lectura de la biograf¨ªa se deduce que en sus tiempos de estudiante en Francia Deng forj¨® su amistad con Zhou Enlai, al que siempre considerar¨ªa como una especie de hermano mayor, y se convirti¨® al ideal de devolver a China su condici¨®n de naci¨®n fuerte, saludable y unida. M¨¢s tarde, en los a?os cuarenta, aprender¨ªa de Mao las artes de la supervivencia y la estrategia.
De la lectura se desprende que Deng nunca sacraliz¨® la ideolog¨ªa comunista, sino que tan s¨®lo la consider¨® el instrumento del momento para el resurgir del nacionalismo chino. Y tambi¨¦n que de las excelentes relaciones que tuvo su padre, a diferencia del duro enfrentamiento de Mao con el suyo, proced¨ªa su insistencia en la negociaci¨®n y el consenso, algo que lo hac¨ªa diferente de un Mao que acentuaba la lucha y la contradicci¨®n. "Pap¨¢", cuenta Maornao, "escuchaba las opiniones de los dem¨¢s antes de tomar decisiones".
Den Xiaoping, mi padre contiene pocas revelaciones verdaderamente ¨ªntimas sobre un personaje que su propia hija califica de "introvertido". Pero Deng Maomao cuenta que era sobrio a la hora del elogio -"pap¨¢ nunca nos ha alabado. 'No est¨¢ mal'. Esa frase es suficiente para ¨¦l"-, aunque, en el fondo, ten¨ªa un buen car¨¢cter: "Es f¨¢cil llevarse bien con ¨¦l". Y descubre que el para¨ªso perdido del hombre que llegar¨ªa a ser el m¨¢s poderoso de la naci¨®n m¨¢s grande del planeta era una pluma Parker que, en su juventud, le rob¨® un d¨ªa un carterista de Shanghai del bolsillo de la camisa. "Incluso ahora", escribe Maomao, "pap¨¢ conserva este robo en su coraz¨®n. Cada vez que va a Shanghai habla del episodio y dice: 'Los carteristas de Shanghai son terribles".
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