'Desokupados'
Desalojada una treintena de personas que habitaban durante meses una nave industrial abandonada
Doroteo carg¨® ayer por la ma?ana un par de somieres y una bombona de butano en el carro. Luego arre¨® el borriquillo. La mujer y sus cinco hijos m¨¢s peque?os se quedaron esperando en la acera. El sem¨¢foro se puso en rojo y el hombre cumpli¨® con el C¨®digo de la Circulaci¨®n antes de ir en busca de un nuevo techo, precario, pero que proteja del sereno. La escena ocurri¨® en la calle de Miguel Yuste, despu¨¦s de que la polic¨ªa ejecutara la orden de desalojo (pac¨ªfico) de una nave industrial ubicada en el n¨²mero 48.Doroteo Jim¨¦nez se perdi¨®, entre coches forzados al frenazo, por la primera esquina de la izquierda. Iba en busca de otra de las naves que la crisis industrial dej¨® desiertas en el distrito de San Blas. Luego volver¨ªa a buscar a la mujer, Mar¨ªa Luisa Ramos, y a los cinco chavales. Tienen entre 11 y 2 a?os, y no han pisado nunca un colegio. "Tampoco tengo ganas de ir", explicaba Carmen, de nueve anos. Su hermano ?lvaro, de 11, asent¨ªa. S¨®lo el m¨¢s peque?o, Lolo, ten¨ªa un juguete con el que distraerse.
Los ni?os, tan alegres. como re?idos con el jab¨®n, pasaron buena parte de la ma?ana pendientes de los gestos de sus mayores, que iban de la carcajada a los gritos y los improperios. Re¨ªr por no llorar cuando se pierde la casa. Aunque sea provisional.
Los Jim¨¦nez dejaron de ser chabolistas. Para convertirse en okupas en septiembre. Entonces, el Ayuntamiento derrib¨® los chamizos de cuatro familias gitanas -incluido el suyo- en San Blas, muy cerca de Los Focos. Hab¨ªa que dejar el suelo libre para viviendas, aunque ellos no tuvieran derecho a una. ?La raz¨®n?: no estar censados como chabolistas en 1986. Aquel a?o, el Consorcio para el Realojamiento de la Poblaci¨®n Marginada (dependiente del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid) contabiliz¨® 2.670 familias chabolistas, a las que se prometi¨® una vivienda digna. Hoy todav¨ªa la aguardan 530 de aquellas familias, informa Bego?a Aguirre.
Con el chamizo derruido, una quincena de adultos con otros tantos ni?os a cuestas se dirigieron a la nave de Miguel Yuste, 48, donde ya se hab¨ªan metido algunos j¨®venes toxic¨®manos.
Ayer tuvieron que salir todos. La orden del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 41 era tajante. Y ah¨ª estaba la polic¨ªa para hacerla cumplir. Y el representante de la propiedad, para comprobarlo, Y los alba?iles, para soldar la puerta met¨¢lica y cegar los vanos. No hubo violencia. La treintena de ocupantes (avisados la v¨ªspera) fueron saliendo poco a poco de las cinco plantas del edificio, que antes alberg¨® un laboratorio y una firma inform¨¢tica. Dejaban atr¨¢s un rastro de suciedad (el inmueble no tiene agua), pertenencias de acarreo imposible y un brasero a¨²n encendido.
Rocio, una, moradora veterana, sali¨® empujando sus pertenencias cargadas en un cochecito. Puso rumbo a cualquier lado. "A ver si encuentro otro edificio desocupado y me meto", explicaba. A los 29 a?os, esta mujer paya que se desintoxica de la droga con metadona no piensa volver a tener nunca una casa. "Es un sue?o", zanj¨® con, su sonrisa desdentada.
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