Paso firme del Extremadura

El equipo de Marcos Alonso necesitaba convencerse a s¨ª mismo de que los ¨²ltimos contratiempos (la derrota copera ante el Celta y el vergonzante empate con un Atletic diezmado) hab¨ªan sido episodios pasajeros. Pero el Extremadura no vino al Sardinero a curar, en plan samaritano, las heridas de nadie, sino a ahondarlas y hacerlas m¨¢s profundas. El cuadro de Josu Ortuondo dej¨® en evidencia el centro del campo racinguista, donde el juego careci¨® de mando, sentido, sosiego y fluidez. Una y otra vez, Jaime, Zalazar, Petkovic y Mor¨¢n ca¨ªan atrapados en su propia tela de ara?a, mientras el adversario aprovechaba en su beneficio el amplio margen de maniobra que le dejaban.Curiosamente, el d¨ªa que Marcos Alonso . perfila el 11 m¨¢s ofensivo de la temporada, con dos puntas y un centro del campo con clara vocaci¨®n de ataque, resulta que s¨®lo es capaz de producir dos ocasiones de gol en los primeros 45 minutos de juego. Por su parte, Ortuondo acert¨® al administrar en el segundo tiempo la renta de dos goles que hab¨ªa obtenidos en el primer tramo del encuentro. El t¨¦cnico vasco supo nadar y guardar la ropa, defendi¨® bien su parcela defensiva y sali¨® al contragolpe con peligrosidad. Aunque cedi¨® el mando del partido al Racing, no renunci¨® en ning¨²n momento a los placeres del gol. Un placer grand¨ªsimo, para los amantes del f¨²tbol, fue el tercer tanto, ejecutado de forma magistral por el argentino Basualdo, el hombre, sin duda, m¨¢s creativo del partido.

En cualquier caso el Racing no arroj¨® la toalla en ning¨²n momento. Al cuadro de Marcos Alonso, cuando le falla el arma de la raz¨®n, echa mano de la pasi¨®n, esa ciega pulsi¨®n que le abri¨® al final del partido el camino de la esperanza. Pero ya era demasiado tarde para recuperar el tiempo perdido. Sin embargo, queda una sombra de duda en torno a la ca¨ªda de Correa en el ¨¢rea, a s¨®lo dos minutos del final. Pareci¨® un penalti claro que no vio o no se?al¨® el colegiado, que fue cuestionado por el p¨²blico.