Jurado sin tradici¨®n
EN MATERIA de reforma de la justicia, las prisas y las reacciones urgentes ante acontecimientos que despiertan alarma social no son nunca buenas consejeras. El jurado popular que ha exculpado a Mikel Otegi, militante de Jarrai -organizaci¨®n juvenil pr¨®xima a ETA-, pese a considerarle autor de la muerte de dos ertzainas en Itsasondo, ha sido, en opini¨®n generalizada, v¨ªctima del miedo o de la propia realidad social. Pero algo similar podr¨ªa haber ocurrido, y ha ocurrido de hecho, con sentencias de jueces profesionales, sin que se cuestionara el conjunto del sistema judicial. Y al hablar en caliente de la reforma d¨¦ la Ley del Jurado se corre el riesgo de deslegitimar esta reci¨¦n nacida instituci¨®n de justicia democr¨¢tica. El verdadero problema no es el jurado, sino la situaci¨®n que reina en Euskadi.Detr¨¢s de la energ¨ªa con que el PP -que se abstuvo en 1995 en la aprobaci¨®n de la Ley del Jurado- quiere ahora reformar dicha ley org¨¢nica, a la que la Constituci¨®n de 1978 abri¨® la puerta, puede latir un intento de desvirtuar lo que es una a puesta por la participaci¨®n democr¨¢tica en la justicia. Esperemos que no sea as¨ª y que un veredicto a todas luces injusto d¨¦ pie m¨¢s a una reflexi¨®n pausada sobre posibles mejoras en el funcionamiento del jurado que a una reforma precipitada.
El jurado -lo hemos dicho en otras ocasiones- no es una panacea ni un seguro contra la injusticia; y sus errores son y ser¨¢n siempre m¨¢s jaleados que los de los jueces, porque sus veredictos son tambi¨¦n casi irremovibles. Sin duda, la ley es perfectible. De hecho, se reform¨® ya unos meses despu¨¦s de su aprobaci¨®n en 1995 para subsanar algunos errores e introducir unas mejoras. El Gobierno del PP ha anunciado ahora su proposito de reformar la ley para evitar una repetici¨®n del caso de Itsasondo. Algunos han avanzado ya propuestas para modificar radicalmente el recurso de apelaci¨®n. Pero la idea misma de que un tribunal de jueces pueda modificar el veredicto de "no culpable" emitido por un jurado es incompatible con esta instituci¨®n.
M¨¢s all¨¢ de la discusi¨®n sobre esta u otra posible reforma concreta hay que considerar que ha transcurrido muy poco tiempo desde que un jurado emitiera su primer veredicto, en mayo de 1996 -hace s¨®lo 10 meses- como para saber con certeza c¨®mo mejorar esta ley. No ha habido tiempo suficiente para generar una m¨ªnima tradici¨®n en el funcionamiento del jurado. Y es la tradici¨®n la que hace que no se cuestione la generalidad del sistema por un veredicto concreto, por escandaloso que ¨¦ste sea. Cabr¨ªa recordar a este respecto que no lo fue menos en Estados Unidos el veredicto absolutorio de O. J. Simpson en el proceso penal y que no por ello se puso en cuesti¨®n el sistema en su conjunto. En nuestro caso no se puede zarandear constantemente esta nueva instituci¨®n, so pena de socavar su legitimidad democr¨¢tica y desalentar la participaci¨®n ciudadana no s¨®lo en el Pa¨ªs Vasco, sino en todo el territorio espa?ol.
Desde luego ser¨ªa un desprop¨®sito reformar la ley para impedir que puedan celebrarse en el Pa¨ªs Vasco juicios con jurado, ya que se quebrar¨ªa la unidad jur¨ªdica de Espa?a y se ceder¨ªa ante la coacci¨®n de los violentos contra la justicia en general. Lo que se deriva del veredicto del jurado sobre Otegi es la urgente necesidad no tanto de reformar la Ley del Jurado cuanto de crear en el Pa¨ªs Vasco las condiciones que hagan posible su funcionamiento normal, sin que sea exigible ninguna actitud heroica de los ciudadanos sobre los que recaiga por sorteo la funci¨®n de juzgar. En el caso de Itsasondo, al tratarse del homicidio de dos polic¨ªas auton¨®micos cometido por un joven militante de Jarrai, hab¨ªa suficientes elementos conexos con el entorno terrorista como para poner en duda la viabilidad del jurado. Pero lo mismo puede pasar en otros lugares con delitos que puedan relacionarse con las mafias de la droga. El miedo quiebra los principios de igualdad ante la ley, libertad y participaci¨®n que est¨¢n en la base del jurado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Mikel Otegi
- Jurado popular
- Sentencias pol¨¦micas
- Polic¨ªa auton¨®mica
- Comunidades aut¨®nomas
- Sentencias
- Polic¨ªa
- Asesinatos
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Pa¨ªs Vasco
- Lucha antiterrorista
- Sanciones
- ETA
- Fuerzas seguridad
- Grupos terroristas
- Juicios
- Espa?a
- Delitos
- Administraci¨®n p¨²blica
- Terrorismo
- Proceso judicial
- Justicia