Revoluci¨®n Silva

Cojan el diccionario de t¨®picos futbol¨ªsticos, rastreen el apartado sobre los milagros que puede obrar un simple cambio de entrenador y todo lo que encuentren lo podr¨¢n aplicar al Deportivo y a su nuevo t¨¦cnico, el brasile?o Carlos Alberto Silva. Cuatro veces se ha sentado Silva en el banquillo blanquiazul y las cuatro ha terminado con victoria, una racha como no se viv¨ªa en La Coru?a desde la ¨¦poca de Arsenio.En s¨®lo un mes Silva se ha ganado a todo el mundo en La Coru?a: a los dirigentes, encantados con su laboriosidad y discreci¨®n; a los seguidores, entusiaimados por el renacer del equipo; a la prensa, que agradece sus buenos modales tras las tormentosas relaciones con John Toshack y a los futbolistas, que aseguran que ha puesto fin a lo que ellos mismos definen como "un ambiente enviciado". Hace un mes el Deportivo era un buque con la tripulaci¨®n amotinada, los pasajeros indignados y el capit¨¢n dando tumbos sin rumbo. Hoy, tal vez en un exceso de euforia, ya se habla de intentar dar caza al Madrid. Y en la directiva empieza a calar la idea de renovar un a?o m¨¢s a Silva.Silva, de 58 a?os, conoc¨ªa desde hace alg¨²n tiempo al presidente del Deportivo Augusto C¨¦sar Lendoiro, quien le consultaba a -menudo sobre posibles fichajes en el mercado brasile?o. Quiz¨¢ por ello el t¨¦cnico pareci¨® llegar a La Coru?a con un diagn¨®stico muy certero sobre los males del equipo. Su primera decisi¨®n fue intensificar los entrenamientos y devolver el mando al preparador f¨ªsico, Jos¨¦ ?ngel Franganillo, marginado por Toshack.

Tampoco le ha temblado la mano para imponer la disciplina y sin ning¨²n tipo de favoritismo para sus compatriotas. Fue el propio Silva quien pidi¨® la semana pasada a la directiva que expedientase a Flavio Concei¨¢o por viajar a Brasil sin permiso y a Helder por criticar su exclusi¨®n del equipo titular. Silva ya ven¨ªa precedido de una cierta aureola de severidad y nada m¨¢s llegar a La Coru?a incluso se record¨® una vieja an¨¦cdota ap¨®crifa que le atribu¨ªa el haberle dado una bofetada a Bebeto cuando entrenaba la selecci¨®n ol¨ªmpica de Brasil. Silva asegura que todo es producto de la leyenda. "Conmigo habr¨¢ disciplina hasta el ¨²ltimo d¨ªa".