Discordia auton¨®mica
EL DEBATE sobre el Estado de las autonom¨ªas que comienza hoy en el Senado aparece cargado de presagios acerca de un m¨¢s que probable enfrentamiento entre las comunidades gobernadas por el PSOE (Andaluc¨ªa, Castilla-La Mancha y Extremadura) y el Gobierno a causa de la financiaci¨®n auton¨®mica. El nuevo modelo -cesi¨®n del 30% del IRPF, con cierta capacidad normativa- fue acordado entre el Partido Popular y CiU en las negociaciones poselectorales que culminaron con el apoyo de los nacionalistas catalanes a la investidura de Aznar.Este debate, que no se ha producido desde septiembre de 1994, deber¨ªa clarificar la pol¨ªtica auton¨®mica del Gobierno de Aznar y definir las relaciones entre las autonom¨ªas hist¨®ricas y las llamadas "de v¨ªa lenta". Pero, dada la ausencia de di¨¢logo pol¨ªtico entre los dos partidos mayoritarios, se corre el riesgo de que se convierta en un pulso bronco y sin ideas. Aznar estar¨¢ arropado por los presidentes de las 12 comunidades en las que gobierna el PP, pero una vez m¨¢s su principal apoyo pol¨ªtico ser¨¢ el de Jordi Pujol, en su papel favorito de moderaci¨®n.
Son muchas las causas que han contribuido a generar este pesimismo previo al debate y muchos sus responsables. Entre ellos, el equipo auton¨®mico del Gobierno, con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, Francisco ?lvarez Cascos y Mariano Rajoy a la cabeza, que ha practicado una pol¨ªtica encaminada simplemente a satisfacer los requerimientos de los partidos nacionalistas, muchas veces en contra de su propio programa electoral.
La oposici¨®n y destacados expertos en financiaci¨®n auton¨®mica han destacado con suficiente claridad los desequilibrios de esta -pol¨ªtica y la imagen de agravios comparativos que genera en otras comunidades aut¨®nomas. No ser¨ªa de extra?ar, por otra parte, que en el transcurso del debate se aludiera a la contradicci¨®n manifiesta entre las promesas de energ¨ªa frente a las exigencias nacionalistas realizadas por los l¨ªderes del PP -incluido su presidente- antes de las ¨²ltimas elecciones y la conversi¨®n a la fe auton¨®mica despu¨¦s del 3-M, una vez comprobada la necesidad de esos votos para gobernar.
Una vez m¨¢s hay que registrar en t¨¦rminos negativos la ausencia del lehendakari Jos¨¦ Antonio Ardanza, que en medio de fuertes trifulcas entre el PNV y el PP a cuenta de la pol¨ªtica antiterrorista se ha amparado una vez m¨¢s en la falta de desarrollo estatutario. La raz¨®n de fondo habr¨ªa que buscarla, sin embargo, en la oposici¨®n, por otra parte nunca negada, de los nacionalistas vascos a reconocer al Senado como una C¨¢mara de las autonom¨ªas en la que todas las comunidades debatan en condiciones de igualdad. El PNV ha defendido siempre el derecho del Pa¨ªs Vasco a negociar bilateralmente con Madrid, y en ese contexto, las referencias a la ¨²ltima guerra dial¨¦ctica suenan m¨¢s bien a pretexto.
Pero si Aznar y su equipo no han podido articular una pol¨ªtica auton¨®mica satisfactoria para el conjunto del sistema, cabe reprochar a las comunidades aut¨®nomas gobernadas por el partido socialista -Andaluc¨ªa, Extremadura y Castilla-La Mancha- la presteza con que han abandonado cualquier intenci¨®n de di¨¢logo para cerrarse en banda a cualquier negociaci¨®n seria. Es evidente qu¨¦ esa estrategia producir¨¢ pocos resultados para los ciudadanos de esas comunidades.
Con estos precedentes nada positivos, la. comunicaci¨®n del Gobierno sobre el debate, que ocupar¨¢ tres d¨ªas de discusi¨®n y uno de conclusiones en el Senado, ha contribuido a empeorar la situaci¨®n. El texto oficial tiene las se?as de identidad de este Ejecutivo: grandes declaraciones, escasos contenidos y muy poca imaginaci¨®n. La reforma del Senado, los retoques en la legislaci¨®n aplicable a las autonom¨ªas lentas o la reforma de la Administraci¨®n perif¨¦rica son asuntos de importancia, sin, duda, pero siguen ya una tramitaci¨®n burocr¨¢tica conocida y palidecen ante el enfrentamiento dial¨¦ctico entre Jaime Mayor Oreja y Xabier Arzalluz y los agravios, reales o t¨¢cticos, de Andaluc¨ªa, Extremadura y Castilla-La Mancha. La torpeza en la negociaci¨®n con las autonom¨ªas pasar¨¢ probablemente hoy su primera factura en forma de posiciones atrincheradas y pocas soluciones.
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