La inversi¨®n extranjera sigue en Cuba un a?o despu¨¦s de la ley Helms-Burton
La ley Helms-Burton llega hoy a su primer a?o sin haber logrado claramente, su objetivo principal de desincentivar la inversi¨®n extranjera en la Cuba de Fidel Castro. Seg¨²n el Gobierno cubano, ninguna empresa extranjera con inversiones importantes se ha marchado de la isla, aunque varias compa?¨ªas Y bancos que financiaban producciones agr¨ªcolas s¨ª han cambiado su esquema de trabajo para eludir el posible alcance de la ley.
La ley Helms-Burton ha conseguido, en cambio, enrarecer el clima pol¨ªtico y de negocios, intimidando a comerciantes y empresarios que, en principio, no deben ser afectados, por la ley estadounidense. Un peque?o grupo de empresas ha abandonado sus negocios en la isla arguyendo razones ajenas a esta norma."Los efectos de la Helms-Burton van mucho m¨¢s all¨¢ de lo puramente econ¨®mico. Tienen una dimensi¨®n psicol¨®gica, y por eso es muy dif¨ªcil evaluar sus resultados concretos", asegura un economista cubano. Para esta fuente, la ley Helms-Burton afecta mucho m¨¢s a las empresas cuyos lazos con Cuba son incipientes, que a aquellas que llevan alg¨²n tiempo en la isla o poseen inversiones de envergadura. "Hay simples comerciantes o empresarios que, ante el ruido que ha armado Estados Unidos, prefieren no buscarse problemas. No vienen, no hacen negocios, o deciden irse sin saber que la ley no les afecta a ellos, y estos casos son muy dif¨ªciles de detectar y cuantificar".
La ley prev¨¦ sanciones contra aquellas empresas extranjeras que "trafiquen" con bienes expropiados a empresas o ciudadanos estadounidenses tras el triunfo de la revoluci¨®n de Fidel Castro. Esto, de por si, reduce mucho el n¨²mero de posibles afectados, ya que de las 5.911 reclamaciones presentadas en Estados Unidos por norteamericanos despu¨¦s de enero de 1959, menos de una decena afecta a empresas concretas, de las cuales varias son europeas.
Hasta el momento, los "castigados" por Estados Unidos son la empresa mexicana de telecomunicaciones Domos y la canadiense Sherritt, que tiene inversiones en la industria del n¨ªquel y del turismo en Cuba. Domos vendi¨® su participaci¨®n a la empresa italiana Step, arguyendo razones econ¨®micas, ajenas a la ley. Sherritt ha dicho p¨²blicamente que no se marcha y ha recomendado a otros inversores entrar en el mercado cubano.La mayor parte de las compa?¨ªas extranjeras que pueden ser afectadas por la Helms-Buron han reaccionado hasta el momento de dos formas. Una es enroscarse y defender p¨²blicamente los negocios y las inversiones en Cuba, como han hecho Sherritt o el grupo espa?ol Sol-Meli¨¢, que posee tres hoteles en r¨¦gimen de empresa mixta en Varadero y construye otro en La Habana.
Otro grupo de empresas y bancos extranjeros, sobre todo aquellos que prefinanciaban diversas producciones agr¨ªcolas, han escogido la estrategia de la discreci¨®n, y han reorganizado su esquema de trabajo en la isla para eludir la ley. Es el caso de Tabacalera, el Banco BilbaoVizcaya o el banco holand¨¦s. ING, que han abandonado el esquema de financiaci¨®n, provincial de la producci¨®n de az¨²car y tabaco para dar simples cr¨¦ditos o "adelantar" recursos.
La ley Helms tambi¨¦n ha afectado a algunas empresas que no lo reconocen de forma p¨²blica, como la cementera mexicana Cemex, que, tras ser advertida por Estados Unidos, no renov¨® el contrato de administraci¨®n que ten¨ªa en la isla con una f¨¢brica de cemento que hab¨ªa pertenecido a la Lone Star Industries, de Stanford.
El Gobierno cubano no niega el da?o que ha hecho la ley. La tesis oficial es que, sobretodo, ha entorpecido y retrasado la concesi¨®n de cr¨¦ditos y tambi¨¦n postergado la toma de decisiones de algunas empresas interesadas en hacer negocios en Cuba.
El vicepresidente cubano, Carlos Lage, inform¨® recientemente de la firma de 42 nuevos contratos de asociaci¨®n con empresas extranjeras despu¨¦s de la aprobaci¨®n de la ley Helms-Burton. En la actuafidad hay 260 asociaciones mixtas.
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