10 a?os de contrahistoria
La okupaci¨®n de viviendas o edificios vac¨ªos en Madrid no es un fen¨®meno nuevo. Desde hace m¨¢s de veinte a?os, en los barrios obreros, sobre todo en aquellos de vivienda social construidos por las instituciones, se ha producido un goteo de familias que daban la patada a pisos inutilizados en busca de un techo. Pero el movimiento okupa, relacionado con j¨®venes de tendencia libertaria, asamblearia y autogestionaria, naci¨® en Madrid un poco m¨¢s tarde, hace cerca de una d¨¦cada.Las okupaciones de un antiguo edificio de Hacienda en el n¨²mero 41 de la calle de Argumosa, en Lavapi¨¦s, en 1987, y de la vieja f¨¢brica de Metal-Mazda, en la calle de Arregui y Aruej, 14, junto al Puente de Vallecas, dieron el pistoletazo de salida a la Asamblea de Okupas de Madrid. Su teor¨ªa principal: replicar al sistema socavando una de sus bases, la propiedad privada, y utilizando modos de decisi¨®n asamblearios y autogestionarios. Su pr¨¢ctica: utilizar como vivienda o local de ocio y reuni¨®n los edificios vac¨ªos. La palabra maldita es especulaci¨®n. Tampoco polic¨ªa es un vocablo que genere demasiadas simpat¨ªas. Pero a partir de esas bases comunes cada casa okupada es un mundo.
Un mundo que ha entrado en una nueva fase desde que el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 15 de Madrid orden¨® el pasado lunes el desalojo del centro social de La Guindalera, a instancias de los due?os del edificio. Aquel desalojo dur¨® cinco horas y fue supervisado por el propio jefe superior de Polic¨ªa de Madrid, Carlos Corrales. La mitad de los 158 detenidos fueron arrestados tras resistirse de forma pac¨ªfica a abandonar la nave. El resto, en los enfrentamientos con los agentes que se produjeron durante toda la ma?ana en las zonas de Ventas y Alcal¨¢, y durante los cuales grupos de encapuchados destrozaron las lunas de una quincena de establecimientos bancarios. Fuentes judiciales tasaron los da?os en 25 millones de pesetas.Esta intervenci¨®n y el arresto masivo que sigui¨® supusieron un acontecimiento inesperado, ya que en estos diez a?os de movimiento okupa s¨®lo en otra ocasi¨®n fueron detenidos todos los j¨®venes que se resist¨ªan al desalojo. Fue el 29 de marzo de 1995, cuando la polic¨ªa detuvo a 10 okupas encerrados en el antiguo colegio Abraham Lincoln, en la calle de Illescas, del barrio de Campamento. Pero el juez de guardia les concedi¨® el habeas corpus y abri¨® una investigaci¨®n de la posible ilegalidad del arresto.
Posteriormente, y desde el pasado octubre, han sido desalojados otros dos centros okupas, pero,sin consecuencias masivas. As¨ª, el 4 de octubre, la polic¨ªa ech¨® a porrazos a 45 j¨®venes amotinados en una antigua panificadora en la calle de Villaamil, 46 (Tetu¨¢n). Y cuatro d¨ªas despu¨¦s le toc¨® el turno al centro social Lavapi¨¦s, en Lavapi¨¦s, 15. All¨ª, los j¨®venes escaparon por los tejados a la vista del fuerte despliegue: un centenar de agentes y el helic¨®ptero.Ahora s¨®lo quedan tres centros en la ciudad: El Barrio, en el paseo de Extremadura (Latina); el centro Palomeras (Puente de Vallecas) y La Escalera Caracola, en Embajadores.
En estos diez a?os, la lista de okupaciones y desalojos es prolija: el antiguo diario Informaciones, un viejo colegio en Otamendi, una nave de la calle Seco... El centro m¨¢s emblem¨¢tico fue el de Minuesa, abierto durante seis a?os en una antigua imprenta de la ronda de Toledo. Su desalojo fue espectacular, ya que en su interior se amotinaron unos cien j¨®venes. Ninguno fue detenido. Luego se produjeron 22 arrestos durante los enfrentamientos con la polic¨ªa, en los cuales un grupo de j¨®venes intent¨® volcar un autob¨²s. S¨®lo se les imputaron faltas por des¨®rdenes p¨²blicos.
Con esta historia escasa en detenidos, los 158 arrestos del lunes marcan una l¨ªnea divisoria. El delegado del Gobierno niega que se haya querido dar un escarmiento. Pero los afectados no se lo kreen.
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