Malabo suena en el sur
J¨®venes de la comunidad guineana afincados en las ciudades de la periferia madrile?a graban un disco con su m¨²sica tradicional
La jornada comienza torcida. Un extra?o cortocircuito ha chamuscado la mesa de grabaci¨®n. A pesar del grave contratiempo, los j¨®venes m¨²sicos de Guinea. Ecuatorial no se desaniman. Al contrario. Sacan a la calle sus instrumentos aut¨®ctonos de percusi¨®n y comienzan a elaborar m¨²sica r¨ªtmica. Todos son inmigrantes que viven en el sur de la regi¨®n (Fuenlabrada, M¨®stoles, Alcorc¨®n ... ) y que ahora se encuentran en un peque?o estudio de centro de Madrid, cerca de la plaza e Santa Ana, para grabar un disco de m¨²sica tradicional de su pa¨ªs. Es un proyecto sobrado de cari?o e impulsado espont¨¢neamente por la escritora guineana Mar¨ªa Nsue."Casi todos los que participan son m¨²sicos aficionados, pero son realmente buenos. El africano s¨®lo canta cuando est¨¢ triste, cuando est¨¢ desesperado. Y ¨¦se es el tipo de vida al que estamos acostumbrados", se?ala Mar¨ªa Nsue, alma de este ambicioso proyecto.La grabaci¨®n del disco, que se editar¨¢ en abril, es s¨®lo el primer paso. Todo se basa en la obra de Nsue llamada Mbaya (que se podr¨ªa traducir como un saludo del tipo ?qu¨¦ tal?), un musical que cuenta una historia ritual acontecida en Guinea. "Lo primero es la grabaci¨®n del disco, luego la parte coreogr¨¢fica y finalmente la filmaci¨®n. Es una especie de pel¨ªcula musical algo compleja", comenta esta escritora que lleva tres a?os viviendo en M¨®stoles y que est¨¢ casada con un espa?ol.
Participan activamente en el proyecto la compa?¨ªa discogr¨¢fica independiente madrile?a Nube Negra, que editar¨¢ el disco, y la Agencia de Cooperaci¨®n Internacional, que aporta una subvenci¨®n. Esta ¨²ltima consigui¨® traerse de Guinea varios instrumentos aut¨®ctonos imprescindibles para elaborar una m¨²sica muy ritual.
"La gesti¨®n se dilat¨® much¨ªsimo. El Gobierno de Guinea lo autoriz¨® tras nueve meses de gestiones y luego la polic¨ªa espa?ola estuvo casi una semana examinando los instrumentos. Igual pensaban que trafic¨¢bamos con algo", dice Nsue.
Pero al fin tienen los instrumentos, de nombres casi impronunciables (nk¨², menja? o mba?), pero que producen un ritmo irresistible. Adem¨¢s, el Museo Etnol¨®gico madrile?o les ha autorizado a grabar con los instrumentos ancestrales que all¨ª guarda. Eso s¨ª, deber¨¢n desplazarse los m¨²sicos al museo porque la antig¨¹edad del instrumento no permite ning¨²n traslado, ya que podr¨ªan deteriorarse.
Para coordinar el aspecto musical, Nsue reclut¨® a Baron Ya B¨²k-Lu, un m¨²sico profesional guineano de 35 a?os que lleva casi siete en Madrid. Baron resalta el nivel de los participantes: "No son profesionales, pero incluso eso es positivo, porque esa ingenuidad ayuda a que todo sea m¨¢s natural e improvisado. Me lo estuvo pasando muy bien".
La mayor¨ªa dice sentirse a gusto en Madrid, aunque la adaptaci¨®n siempre trae alg¨²n problemilla. As¨ª lo resume Baron: "Cuando dejas tu casa, el contacto con otra cultura es brusco, tienes una gran inseguridad y esto crea al principio tensiones
Participan en la grabaci¨®n las tres etnias m¨¢s importantes de Guinea Ecuatorial: bubis, ndoes y fang. La mayor¨ªa se instal¨® en la zona sur porque ten¨ªan all¨ª familiares y amigos y "porque es m¨¢s barato que el centro".Ahora llaman a la periferia del sur de Madrid "Malabo II", como si fuese una extensi¨®n de la capital guineana. Todos son veintea?eros Y estudian carreras como inform¨¢tica o contabilidad. "La m¨²sica la llevamos dentro", comenta Mitogo Nsue mientras golpea un curioso instrumento de percusi¨®n. "En nuestra tierra aprendemos a tocar y a cantar muy j¨®venes, en las misas". Y reh¨²yen hablar de pol¨ªtica: "En Guinea, si quieres vivir en paz, no te metas ni en pol¨ªtica, ni en asuntos de mujeres".
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